Cuando todo parecía entrar en un oscuro túnel, aparecieron síntomas de mejoras en los granos a nivel internacional.

¡Sí! Claramente se notó un rebote. Ello augura un período de precios en “serrucho”.

La cuestión central es… ¿cuál será la tendencia hasta octubre?

Del lado del análisis fundamental, la palabra hoy por hoy la tienen los pronosticadores del clima. Ellos señalan la posibilidad de precipitaciones, durante el mes de septiembre, de menor magnitud a la media en la zona agrícola de EE.UU. Especialmente en el famoso medio oeste.

A partir de esta posibilidad, los fondos han comenzado a entrar en acción. Por eso, durante la semana pasada emergió la inflexión en la evolución de precios.

Pero, también, vale destacar el papel de la demanda.

Pese a todo lo dicho, el consumo de China sigue jugando un rol central.

De acuerdo al USDA, se realizaron nuevas operaciones de exportación de soja de EE.UU. a China así como a otros países.

Ciertamente, la mayoría de estas operaciones serán cubiertas con la mercadería nueva, es decir con los primeros aportes de la inminente cosecha. Existen estimaciones de exportación por parte de EE.UU. que hablan de casi 3 millones de toneladas en agosto y en septiembre, de más o menos 5 millones.

Además, los analistas no han dejado de prever una demanda internacional firme a mediano plazo. De esta forma los operadores comerciales tienden a asegurar su suministro de mercadería para cubrir las demandas futuras, sobre todo de China. Y los fondos se mantienen alertas a cualquier señal al respecto.

Si la economía y el nivel de vida de esta gigante nación –aunque a menor ritmo- continúa en aumento, deberán incrementar la importación de mercadería, especialmente de harina de soja, para satisfacer las necesidades de su producción de carnes, básicamente de pollo y cerdo.

Para la industria de producción de carne de cerdo, el maíz y la soja en conjunto representan entre el 75% y 90% del alimento balanceado

Con relación a China, un reciente informe del Rabobank afirma algo simila. Si sus exigencias de alimentos proteicos siguen en crecimiento, sus importaciones de soja deberán recorrer una tendencia alcista.

Si en lugar del actual 2% de su demanda anual de carne porcina debiera importar 5%, tomaría cerca del 40% del comercio global de esta carne. Si EE.UU. pretendiera, por ejemplo, cubrir tal aumento tendría que aumentar su producción porcina en casi un 30%.

La situación de China puede llevar a engaño. Porque si bien es el principal productor es por lejos la con el 50% del total mundial, debe importarla.

Según el USDA, el consumo de carne porcina aumentaría 6,6 kilos per cápita anual en la próxima década.

Principales países consumidores: consumo de cerdo per cápita. (Datos de USDA)

Todo ello, significa un la imperiosa necesidad de aumentar la producción de soja y, obviamente, de maíz.