Si en la cancha se ven los pingos, como dice el refrán popular, en la pista
de Palermo es donde se ve cómo hicieron su pasta de campeones los reproductores.
Pero, mucho antes de llegar a la pista, un laborioso trabajo de criadores y
cabañeros marcó un tipo de animal que, a exhibido a la vista de todos, dice algo
sobre su tamaño, conformación, funcionalidad y objetivo.
Haber recorrido los boxes del pabellón de bovinos deja un par de conclusiones sobre lo que se vio este año en la Exposición Rural de Palermo.En un contexto donde la ganadería tiene delante de sus narices un nuevo horizonte tras el fin de las trabas para exportar que hubo con el kirchnerismo.
Como característica común, se va afianzando la presión de selección sobre la
funcionalidad, productividad y corrección de los animales. Además de la presión
selectiva sobre la productividad, también queda claro un manejo para una recría
sana para que no se comprometa luego con el sobrepeso. De hecho, la coincidencia
entre cabañeros y especialistas del negocio es que en las juras se castigó la
sobrepreparación.
También se observa un esfuerzo por achicar las distancias entre la producción a campo y lo que se ve en la pista central de Palermo. La abrumadora presencia de jurados que, siendo productores y cabañeros son conocedores de la realidad de la producción en el país, va en esa misma línea.
Otra tendencia que se puso de relieve es que las razas parecieran compartir el objetivo común de un animal de tamaño moderado, con rápido crecimiento.
Hay también una evolución en cuanto a los datos duros para medir un animal. En Hereford, en las mediciones de ecografía se vio que se redujo el nivel de grasa dorsal, lo que refleja que los animales no vinieron con sobre preparación. En tanto, el área de ojo de bife se mantiene y evolucionaron los Deps (Diferencias Esperadas en la Progenie), con cada vez más ejemplares con bajo peso al nacer y un buen desarrollo posterior.
"Cada vez más los criadores ponen presión selectiva sobre la productividad de los animales", subrayó Carlos Ojea Rullán, un hacedor de campeones de diferentes cabañas. En la Rural se presentó el libro "Pasión ganadera, 35 años de compromiso con el mejoramiento genético bovino", donde Ojea Rullán es el protagonista de conversaciones con el historiador agropecuario Juan Cruz Jaime.
Parado en la fila de Angus, Ignacio Corti Maderna (h), gerente de Don Benjamín SA, decía que, si bien este año vinieron menos animales de la raza, las filas "se ven más parejas, uniformes".
"Se ven animales más útiles para la producción a campo. Se nota año tras año la búsqueda de un tipo de animal más eficiente para nuestro sistema productivo", contó.
En líneas generales, la idea que prima es apuntar a animales más precoces para que entren en producción más rápido.
En este contexto, Tomás Lennon, cabañero de Terragarba, indicó que el foco, en el actual contexto para la producción, está puesto en "producir más carne con animales que se adapten más a ambientes que pueden ser inhóspitos".
De las cuatro principales razas (Angus, Hereford, Braford y Brangus), solo Hereford y Braford crecieron en cantidad de animales en la muestra. Hereford lo hizo un 10% y Braford un 15 por ciento.
Promedios para arriba
Otra marca que deja Palermo hay que buscarla en los precios promedio pagados, muy superiores a 2015. En Braford, ocho machos promediaron $ 301.000, en tanto que 17 hembras hicieron un promedio de $ 275.000. Según Gustavo Cócaro, director ejecutivo de la raza, esos promedios se ubicaron "un 40% arriba del año pasado".
En Braford, el precio máximo fue por el Reservado de Gran Campeón Macho, box 901 de la cabaña La Mansión, de Country SA, que se vendió en $ 580.000 por el 50%. Adquirió esa parte la cabaña Los Amores, de Santa Fe.
En Angus, una subasta de hembras antes de la jura arrojó un promedio de $ 65.375 para ocho hembras puro pedigree, 32% por encima de 2015.
Mientras tanto, en Brangus se observó una suba más fuerte de los promedios. Doce machos promediaron $ 223.500, un 174% más versus el año pasado. En tanto, 14 hembras promediaron $ 206.750, un 79% más. En Brangus, el precio máximo lo hizo el Gran Campeón Macho, de Grupo Peyrano Fiduciaria SRL (cabaña Rancho Grande) y Pastoril Agropecuaria SA, vendido a Labranza SA, de Formosa, en $ 545.000.