Esta situación se acrecentó en los últimos años del gobierno anterior con la nula acción del Estado en el control de la comercialización. Por lo que abogamos por la celeridad en resolver el anunciado regreso de la ONCCA, hoy más necesaria que nunca y, al decir de los reclamos de los actores de la cadena, nunca más expuesta la poco feliz iniciativa de su disolución, emparentada en su momento, con tapar la corrupción de la gestión Echegaray.
El Ministro anunció en todos los medios su regreso, lo que celebramos aguardando celeridad en los tiempos de la administración central, que estuviera emparentada con la gravedad de la situación que atraviesan la Industria y la cadena de la carne en su conjunto.
Dada esta situación, las seudo-cooperativas intensifican su faena llegando en la actualidad a 11% de la faena total de Buenos Aires, distorsionando totalmente el mercado y generando los siguientes problemas:
a) Evasión impositiva (IVA-Ganancias-Ingresos Brutos);
b) Evasión previsional;
c) Riesgo sanitario. Frigoríficos con habilitación provincial que tienen carnicerías en CABA sin habilitación para el tránsito federal;
d) Reducción a casi esclavitud a los operarios, (supuestos cooperativistas) que reciben ingresos inferiores a los de convenio y no gozan de vacaciones pagas, ART ni salario familiar.
Todo lo enumerado en el párrafo anterior distorsiona la comercialización y sirve de excusa a algunos “empresarios” para realizar maniobras elusivas y evasivas convirtiendo el mercado interno en “tierra de nadie”.
Creemos que ha llegado el momento de que la actual administración le otorgue mayor celeridad a la solución de este problema.
Por tercera vez en el año, en junio la faena de hacienda vacuna se ubicó por debajo de las 950 mil cabezas. En términos interanuales la caída llegó a 11,4%.
Puesta en una perspectiva ‘histórica’, la faena correspondiente a junio fue de las más bajas, ocupando el 33º puesto de los últimos 37 junios.
El principal factor explicativo del bajo nivel de faena está dado por el proceso de retención de vientres que ya lleva más de un año (el cual fue potenciado en algunos meses por el factor climático adverso).La participación de las hembras fue de 41,1% en el primer semestre del año, es decir 1,7 puntos porcentuales menor al ratio correspondiente a enero-junio de 2015.
En línea con el escenario contractivo, la producción de carne vacuna descendió 3,7% en comparación con mayo pasado y 11,3% en relación a junio del año pasado. Casi la totalidad de la contracción señalada se explicó por la caída de la faena total, ya que el peso promedio declarado se ubicó en 225 kilogramos en gancho y registró una suba de apenas 0,2% interanual.
Del total de carne producida en lo que transcurrió del año, casi 92% se volcó al mercado interno. En términos interanuales se observó una contracción de 6,8% (-3,4% junio-junio).
El consumo per cápita de carne vacuna retrocedió 7,7% entre los primeros semestres de 2015 y 2016. El promedio se ubicó en 55,3 kilogramos/año.
En mayo las exportaciones certificadas por el Senasa se ubicaron en un nivel de 14.776 toneladas peso producto (tn pp), exhibiendo un alza de 6,4% mensual y un avance de 28,9% interanual. Y con estos guarismos, en los primeros cinco meses del año las colocaciones externas de carne vacuna lograron mostrar por primera vez en el año una mejora de 1,4% anual. La facturación por las exportaciones de carne vacuna ascendió a 374,4 millones de dólares aproximadamente en enero-mayo de 2016. La contracción acumulada se redujo a sólo 1,6% anual.
Y en junio una nueva disminución de la cotización en pesos del billete norteamericano (-0,4% mensual) hizo que el precio promedio por kilo vivo expresado en dólares tuviera un aumento significativo con relación al mes previo (6,2%), ubicándose el promedio en 1,678 dólares por kilo vivo.
La suba del precio de la hacienda en pie (5,8% mensual) fue acompañada desde atrás por el precio promedio de la carne vacuna en el mostrador, que aumentó 2,5% mensual (para ubicarse en $ 111,3 por kilogramo). En tanto, en relación a junio de 2015 el valor de la hacienda en pie se ajustó 55,4% y el de la carne en el mostrador hizo lo propio en 51,8%. Si se toma el primer semestre del año y se contrasta con igual lapso del año anterior, surge que el valor de la hacienda en pie subió 49,7% y el de la carne en el mostrador 47,5%.
Asimismo, al comparar los valores registrados en junio de 2016 con los vigentes en agosto de 2009, período en el que quedaron a la vista los resultados de la política antiganadera del gobierno nacional anterior, se observa que la hacienda en pie acumuló un aumento de casi 742,7% y la carne ofrecida al consumidor final otra de 676,2%. Esto implica que el precio de la carne aún mantiene una brecha de 7,9% con respecto al valor de la hacienda en pie.
Esto confirma nuestros análisis pasados, en los cuales explicamos que el valor de la carne en el mostrador sigue al valor de la hacienda en pie, es decir que se ajusta en forma rezagada y, a su vez, que el ajuste es más moderado. Cuando el ciclo ganadero ingresa en un proceso de retención de vientres, se produce una importante suba del precio de la hacienda, pero el poder adquisitivo de la población le pone un límite al ajuste del precio en el comercio minorista, produciéndose traslados de márgenes intracadena de valor. Cuando el ciclo ganadero ingresa en una fase de liquidación, el ajuste a la baja del precio de la carne también se verifica más tarde en el tiempo y el mismo disminuye menos que el valor de la hacienda en pie, recuperándose el margen del comercio minorista.