En apenas dos ruedas, el maíz estadounidense perdió buena parte del valor ganado en las últimas seis semanas alcistas consecutivas clausuradas el viernes pasado en la Bolsa de Chicago. Así de súbitos pueden ser los movimientos en el período clásicamente conocido como "mercado climático", que atraviesa todo el ciclo de producción de granos gruesos en los Estados Unidos, entre mediados de mayo y fines de octubre, y que tiene en el clima y en la especulación de los grandes fondos de inversión los dos principales fundamentos para el devenir de las cotizaciones.
Las pizarras del mercado estadounidense mostraron ayer bajas de US$ 9,84 y de
9,64 (equivalentes al 5,9 y al 5,7%) sobre los contratos julio y septiembre del
maíz, cuyos ajustes resultaron de 156 y de 158,36 dólares por tonelada. En el
balance de las dos primeras ruedas de la semana, estas posiciones perdieron un
9,5 y un 9,2% frente a los precios vigentes el viernes pasado, de 172,33 y de
174,30 dólares.
Según la agencia Reuters, durante la rueda los fondos de inversión liquidaron unos 45.000 contratos de maíz, equivalentes a poco más de 6 millones de toneladas del cereal. Esta acción de los especuladores, que generó la caída de los precios y que inexorablemente arrastró a los operadores más pequeños y a quienes no tomaron la previsión de cubrirse ante el riesgo de eventuales bajas en plena escalada alcista, estuvo relacionada con las lluvias que cayeron el lunes sobre Nebraska y Missouri; ayer, sobre áreas de Iowa, Illinois y de Ohio, y con las nuevas precipitaciones aisladas anunciadas para el resto de la semana en buena parte de las zonas productoras de granos gruesos de los Estados Unidos.
Cabe recordar que la tónica alcista que llevó al maíz a hilvanar seis semanas
alcistas consecutivas en Chicago estuvo relacionada con los pronósticos
climáticos que auguraron tiempo seco y caluroso, algo que aún buena parte de los
meteorólogos sostienen como probabilidad para las próximas semanas, como parte
de las condiciones que acompañan a La Niña.
Como ya se advirtió desde este espacio, la volatilidad es y será una constante en los próximos meses, por lo que nada será definitivo en materia de precios hasta tanto la suerte de los cultivos esté definida. Para el análisis del maíz no se debería perder de vista que la superficie sembrada en los Estados Unidos fue recientemente sostenida por el USDA en 37,67 millones de hectáreas, frente a los 35,64 millones de la campaña anterior, y que el volumen de la cosecha 2016/2017 fue proyectado por el organismo en 366,54 millones de toneladas, contra los 345,49 millones del ciclo 2015/2016.
En el mercado doméstico se sintió la influencia de las bajas externas, pero también el peso del avance de la cosecha y de la fluida llegada de camiones a las diversas terminales portuarias. Tanto para la zona del Gran Rosario como para Bahía Blanca, los exportadores ofrecieron ayer $ 2400 por tonelada de maíz, $ 200 menos que el jueves pasado. A diferencia de lo que venía sucediendo en los últimos meses, la propuesta de los compradores quedó por debajo del valor FAS teórico, que fue calculado en $ 2504 por tonelada por el Ministerio de Agroindustria de la Nación.
El maíz de la próxima cosecha se cotizó a US$ 165 por tonelada para Rosario y para Bahía Blanca, con quitas de 10 y de 8 dólares, en tanto que en Necochea lo hizo a US$ 160, con una baja de 5 dólares.
Las posiciones julio y septiembre del maíz en el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba) perdieron US$ 5,60 y 4,70, mientras que sus ajustes fueron de 179,90 y de 180,30 dólares.
Para la soja el balance de la rueda también fue negativo en la Bolsa de Chicago, donde los contratos julio y agosto resignaron US$ 3,76 y 4,68, al cerrar con valores de 416,40 y de 416,13 dólares por tonelada. La baja más pronunciada se registró sobre la posición noviembre (marca el ingreso de la nueva cosecha), que perdió US$ 8,09 al quedar con un ajuste de 408,13 dólares. Al igual que para el maíz, las lluvias fueron la razón bajista central para las cotizaciones.
En el mercado local no hubo variantes en el precio de la soja para la zona del Gran Rosario, dado que las fábricas volvieron a ofrecer $ 3900 por tonelada disponible y la exportación, $ 4000. En cambio, para Bahía Blanca y Necochea los interesados pagaron 3950 y 3900 pesos, 50 y 100 pesos por debajo de los valores vigentes en la rueda anterior.
Las posiciones julio y noviembre de la soja en el Matba perdieron US$ 2,90 y 2,50, mientras que sus ajustes fueron de 293,50 y de 304 dólares.
Acerca del trigo, la posición julio en Chicago y en Kansas bajó US$ 5,33 y 5,97, en tanto que su ajuste fue de US$ 168,47 y de 159,84. El rápido avance de la cosecha de las variedades de invierno volvió a ser el principal factor bajista para el cereal.
En el nivel local, la exportación pagó $ 2450 por tonelada de trigo para
Bahía Blanca y para Rosario, sin cambios, y $ 2400 para Necochea, con una quita
de 50 pesos.
Brasil: la crisis ya golpea a los agricultores
SAN PABLO (Reuters).- La peor crisis crediticia de Brasil en dos décadas está forzando a los agricultores a reducir su inversión. Los bancos endurecieron las condiciones del financiamiento tras una ola de morosidad provocada por la recesión más grave en ocho décadas.
"No hemos visto una contracción del crédito como ésta en la historia reciente", dijo Alexandre Figliolino, de la consultora MB Asociados. Y añadió: "Podríamos perder dos años de expansión agrícola". El área plantada con soja y maíz creció 0,3% desde la expansión del 5% en 2014.
Un ejecutivo de uno de los bancos brasileños que tratan con grandes y medianos deudores agrícolas dijo que a clientes que antes podían recibir préstamos por 20 millones de reales ahora sólo les aprueban la mitad. "Algunos agricultores irán a la quiebra en esas condiciones", dijo Marco Parzianello, administrador de campos en Mato Grosso. "Frenamos la expansión para acumular reservas de liquidez y suerte que así lo hicimos", agregó.