Un kilo de queso sardo en Buenos Aires cuesta casi lo mismo que un kilo de camembert en París. No es un ejemplo al azar. Entre abril y mayo se registró el mayor aumento en los precios de los alimentos en lo que va del año como consecuencia del traslado de las subas en las tarifas de los servicios públicos y debido a las fuertes lluvias, que golpearon varias producciones.
Según la canasta alimentaria difundida ayer por la Dirección General de
Estadística y Censos de la ciudad, los bienes mostraron en mayo un variación de
4,8%, la más elevada en lo que va de 2016. Sin embargo, varios analistas
consultados por LA NACION estimaron que los primeros datos del corriente mes ya
muestran una morigeración en los incrementos de los precios.
Los lácteos fueron los grandes protagonistas. La leche, el yogurt y los derivados encabezaron las subas de mayo, con un alza de 8,16 por ciento. Por caso, el queso sardo -según el promedio difundido para ese mismo mes por el Indec en su nuevo IPC- cuesta $ 166 el kilo. En tanto, el kilo del queso camembert Coeur de Lion en París cuesta 177,50 pesos (al actual tipo de cambio). Tal comparación no toma en cuenta ni la calidad de los productos elegidos ni las diferencias de precios, según la variedad y el origen de ambos quesos. En los últimos doce meses, los productos lácteos subieron 31,8 por ciento.
En el ranking de aumentos de precios del mes pasado, a los lácteos les
siguieron las frutas y verduras (6,5%), las bebidas (5,8%), los aceites y grasas
(5,75%) y los cereales (3,6%). En lo que va del año, entre enero y mayo la suba
de la canasta alimentaria fue de 15,34 por ciento. Básicamente, una familia
porteña necesita $ 220 diarios para poder comer, mientras que a comienzos de año
precisaba unos 191 pesos.
Por los aumentos en los valores que se abonan por las tarifas de los servicios públicos (en la Ciudad de Buenos Aires subieron con mayor fuerza que en el resto del país la electricidad, el gas, los transportes y el agua), la canasta total subió más que la de los alimentos: en el acumulado del año avanzó 18,3 por ciento.
Esa canasta en mayo para un matrimonio compuesto por una mujer y un varón, ambos de 35 años, activos, con dos hijos varones de 6 y 9 años e inquilinos de la vivienda llegó a los 19.221,70 pesos.
"En mayo volvieron a aumentar fuerte los alimentos", afirmó José Donati, director de la dirección estadística porteña. "Creemos que se debió al traslado a costos de los aumentos de tarifas que hicieron los supermercados", agregó el funcionario. "En mayo, lo que influyó fueron las lluvias de abril", agregó Camilo Tiscornia, director de la consultora C&T Asesores Económicos.
"Eso pegó fuertemente en los precios de los lácteos, la carne y las verduras. Además impactó en los aceites porque disminuyó la molienda por la falta de granos. Por otro lado, subió el precio de la soja a nivel internacional", completó el analista.
Ecolatina estimó, según sus propios relevamientos en la ciudad y el GBA, que la canasta alimenticia del mes pasado tuvo un alza de 3,3%, mientras que el capítulo de Alimentos y Bebidas de su IPC trepó a 3,2% (el del nuevo Indec registró un 3,7%). "Ambos incrementos muestran una aceleración significativa respecto de lo observado en abril", afirmó Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la consultora privada. "Las causas fueron el traslado del aumento de tarifas y combustibles al sector productivo, y las inundaciones".
Todos los consultados coincidieron en que la primera quincena de este mes muestra una desaceleración de los precios de los alimentos.
Expectativas de inflación
La inflación esperada por los consumidores para los próximos 12 meses a nivel nacional se ubicó, para el promedio, en un 32,9%, según un sondeo de expectativas difundido ayer por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). El informe del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de esa universidad indicó que las perspectivas inflacionarias registraron una suba de 0,5 punto porcentual con respecto al relevamiento de mayo.