Durante el pasado mes de mayo se produjo un fenómeno que hace tiempo no se veía: la brecha entre lo que pagan los consumidores y lo que cobran los productores se redujo un 8,2%, según indicó un reciente informe de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
De esta manera, de los 20 alimentos agrícolas que integran la canasta que mide la CAME, en 14 aumentó el precio en origen, en 9 se incrementó el valor en destino y en 13 mejoró la brecha entre las dos puntas de los eslabones comerciales, mostrando así una mejora respecto a abril.
Los aumentos más importantes para los productores se dieron en la berenjena donde los precios se duplicaron, mientras que al consumidor aumentaron un 58,6%. En tanto, la brecha en la cebolla se redujo un 23,3% producto de la suba del 87% que tuvieron los productores.
Otros dos alimentos en origen que mostraron subas fueron el pimiento rojo (un 52,6%) y el brócoli (un 40,8%). Si bien en el caso del primer producto se dio de la mano de una suma similar en los precios al público, en el segundo, los valores al consumidor subieron solo un 13,5%.
En tanto, dos productos donde se observó una mejora significativa en la brecha fueron la acelga y la calabaza, donde la diferencia se redujo 1,6 veces y el diferencial de precios entre el productor y el consumidor se ubicó, entonces, en 4,15 veces y 5,86 veces respectivamente.
Entre los alimentos más desfavorecidos, se siguen encontrando a la pera y la manzana roja donde el productor recibe apenas un 8% y un 11% del precio final. En el caso de la pera el consumidor paga 24 pesos por kilo y el productor cobra 2 pesos con un diferencial de más de 1100%.
La manzana roja no se queda atrás. El productor cobra apenas 3,12 pesos, al tiempo que los consumidores pagan un precio final de 28,5 pesos (una brecha superior al 800%).