Teniendo en cuenta que las necesidades de agua en el ciclo de soja son de 450 a 650 mm, se puede decir que le sobró, pero analizando con más detenimiento, hubo mucha agua en momentos perjudiciales para el cultivo, como en la implantación. También escaseó en momentos claves del verano, cuando las temperaturas, sobrepasaron por lejos los límites óptimos del cultivo (25 y 30ºC). Durante enero y febrero, la cantidad de horas que las temperaturas estuvieron por encima del umbral de los 30 ºC resultaron en un 54% superior respecto al 2015. Hubo localidades que se destacan, como Noetinger, Pozo del Molle y Colonia Almada, donde la cantidad de horas con temperaturas mayores a 30 ºC, llegaron a 465 sobre un total de 1440 horas. Hubo también un cambio rotundo en las temperaturas mínimas. El régimen térmico de este año mostró diferencias contundentes y afectó a los cultivos. En la comparación, en enero y febrero del 2015, los mínimos estuvieron en 115 horas mientras que este año, la base arranca en 220 horas.
Pasaran unos cuantos años antes de que el año 2015 pierda su título del “más llovedor” por los 850 mm que dejó en los seis meses de crecimiento de la oleaginosa. Así y todo, este año lo siguió muy de cerca. En todo el ciclo la soja recibió apenas 60 mm menos que en la campaña pasada. En seis meses, las zonas de Godeken o Clason alcanzaron casi los 1.000 mm, que son las lluvias normales de un año (ver gráficos por localidad). Le sigue Guatimozin, donde el acumulado es de 970 mm. Esto dejó severos daños en extensas áreas. Las lluvias superaron máximos históricos mensuales, o estuvieron muy cerca de los mismos.
Los pronósticos indican un invierno húmedo, con ingresos de aire frío que se retrasarían o serían más moderados que los esperados. Las últimas dos semanas ofrecieron una tregua en el masivo ingreso de agua que mejoró la transitabilidad de los caminos. De todas maneras, la situación hídrica de la zona sigue siendo muy sensible, con suelos saturados por doquier. Aún siguen habiendo rutas y caminos cortados y zonas con numerosas lagunas. Pasadas las fiestas de Pascuas, empezará una fuerte actividad de trilla en la medida que las condiciones de los lotes lo permitan.
A pesar de que se sigue destacando que la dinámica atmosférica permanece muy inestable, el frente que actuó hace unos días, en Buenos Aires y en la región central del país se encuentra estacionario y permanece en el NE. Esto generará condiciones de buen tiempo sobre la región central, por lo menos hasta el viernes o sábado (25 y 26 de marzo). Lo que suceda después está por definirse en estos días y dependerá de la actividad de los nuevos ingresos de aire frío. Hasta el fin de semana se esperan temperaturas agradables, dentro de las medias propias de esta época, y nubosidad variable.