En el Ministerio de Agroindustria, que conduce Ricardo Buryaile , se dio una
situación insólita: sin que les dijeran que tenían que irse porque no concurrían
a trabajar, decenas de personas que estaban contratadas nunca más aparecieron
por las oficinas del edificio que se encuentra en Paseo Colón al 900.
Aunque no se sabe aun de cuánta gente se trató, el dato fue confirmado por una
fuente. Según el último registro disponible, al 22 de diciembre pasado, esa
cartera contaba, sin considerar organismos descentralizados como el INTA y el
Senasa, con 4200 empleados. Vale recordar que cuando era Secretaría de
Agricultura, hasta octubre de 2009, esa dependencia tenía 1500 empleados.
El número de empleados de Agroindustria podría variar cuando se conozca un nuevo registro de empleados, que podría mostrar una baja importante. En rigor, se calcula que de esa cifra 1200 son de plantas y el resto contratados, entre ellos de manera directa y con la Fundación ArgenInta.
A fines de año, los secretarios de las distintas áreas de Agroindustria recibieron la siguiente orden. Todo contrato que vencía ya no debía prorrogarse por un año, como se venía haciendo, sino por solo tres meses. La razón: dedicar ese plazo a estudiar caso por caso los contratados y recién ahí ver si se hace una renovación más larga.
"Se decidió renovar por tres meses para ver si son necesarios caso por caso", contó una fuente de esa cartera. "Antes los contratados terminaban y se les prorrogaba un año, ahora eso cambió", agregó.
Esa instrucción habría bajado a Agroindustria directamente desde el Ministerio de Modernización, de Andrés Ibarra, que está poniendo bajo la lupa la organización de las dependencias del Estado.
Por otra parte, según contó otra fuente, quedó en stand by un concurso para 463 cargos que venía de la gestión anterior. "Mucha gente pasó la evaluación, pero después no entró y no tuvo más novedades sobre cómo seguía", indicó esa fuente, que había rendido para ocupar un cargo en el concurso.
En este contexto, según contó un funcionario, hubo una especie de "autobaja" de gente que estaba vinculada al Ministerio pero que no cumplía tareas. Es decir, con el cambio de Gobierno nunca más volvió a su oficina.
"En varias áreas se dio el caso de que muchos no aparecieron más por su trabajo; no sabemos aun cuántos", señaló una fuente.
Por lo pronto, en las distintas secretarías sus funcionarios se encuentran realizando la tarea de analizar contrato por contrato. Esa misión no está exenta de rispideces con los gremios estatales. Hay sindicalistas buscando acercar listas para que se deje su gente.
En ciertas Secretarías y Subsecretarías del Ministerio ya hubo baja de contratos. "Nosotros dimos de baja a 20 que nunca venían a trabajar", dejaron trascender en la Secretaría de Agregado de Valor.
Esta última Secretaría, que a su vez está integrada por dos subsecretarías y ocho direcciones nacionales, cuenta con unos 800 empleados. Para comparar, posee casi tanto personal como la multinacional Monsanto, que todo el año emplea de manera directa a 1000 personas.
"Hay mucha gente", se sorprendió un funcionario de esa cartera agrícola. Hace unas semanas, otro funcionario se llevó una sorpresa al ingresar a un despacho. En una oficina había quince personas asignadas pero solo tres computadoras disponibles para trabajar.