Mitad fastidio y mitad preocupación es el sentimiento más extendido que
tienen los productores del norte y centro del país. Les preocupa que la plaga de
la langosta avance hacia las regiones con cultivos de alto valor, como la zona
de riego de Santiago del Estero. Y se encuentran también muy enojados por la
falta de control del Senasa en la anterior gestión. "En julio dimos una alarma
que fue muy poco atendida por el gobierno kirchnerista. La consecuencia es que
hoy estamos con un problema muy serio por no haber actuado a fondo en toda la
región", sostuvo Juan Pablo Karnatz, pro secretario de CRA. Y agregó: "Esto es
un problema zonal y no de una sola provincia. El año pasado, la langosta estaba
en la fase aérea chica, pero ya desovo en la zona y hoy está transformándose en
saltona y es altamente dañina", detalló el dirigente confederado.
Según los observadores que tomaron contacto con la plaga, la langosta se encuentra en una etapa denominada "saltona" y en proceso de formación de agrupamiento, lo que permite el control terrestre. Pero advierten que "si la langosta pasa a su fase voladora podrá emigrar hacia otras provincias y seguir con el desove en lugares cada vez más lejanos".
Hay consenso entre los dirigentes rurales y los funcionarios de Senasa en coordinar las acciones. Que por un lado los productores denuncien los focos de langostas y que Senasa actúe fumigando en forma eficaz e inmediata. "Los focos empezaron a manifestarse a mediados del año pasado. No hubo una respuesta acorde por parte de las autoridades que entonces tenía el Senasa. Por eso necesitamos que esto cambié. Los técnicos se tienen que hacer cargo del problema y actuar sin dilaciones. La langosta como plaga tiene mecanismos de control que deben implementarse a través del Senasa que no actuó durante todo el 2015 y terminó generando el aumento en cantidad y extensión de esta plaga", expresó Sebastián Robles Teran, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Tucumán, Cartuc. En las reuniones, los dirigentes transmiten a los funcionarios la necesidad de controlar cuanto antes y de la manera más eficaz. La lucha contra la langosta no da margen para perderse en cuestiones burocráticas que demoren o limiten las acciones. Para Karnatz "es preciso que el Senasa despliegue un amplio operativo y después articular los presupuestos".
Se cuenta con muy pocas certezas y muchos interrogantes. Se sabe que el combate contra la langosta será largo, con varios meses por delante, por lo menos hasta que bajen las temperaturas y comience el invierno. En cambio, los resultados que puedan llegar a tener las fumigaciones de estos días antes que la langosta se convierta en voladora es un enigma que provoca gran ansiedad entre los productores. Sea por recuerdos propios o por relatos de los mayores, los daños en los cultivos que supo producir esta plaga siguen vigentes en la memoria colectiva. Nadie quiere volver a enfrentarse con la langosta en gran escala.
"A este problema hay que cortarlo de raíz. Ahora lo que debemos hacer es reducir la población de esta plaga. Para lograrlo necesitamos que haya inversiones en recursos financieros, personal y equipamientos", reclama el presidente de la Sociedad Rural de Tucumán, José Lobo Viaña.