El gran contexto global que benefició al país en la década kirchnerista se transformó en viento de frente para el nuevo gobierno, por la combinación de la crisis china, la baja en el precio de las materias primas, la suba en las tasas de interés internacionales y la continuidad de los problemas en Brasil.
Economistas consultados por LA NACION indicaron que, para lograr inversiones,
la nueva gestión deberá convencer al sector privado sobre el respeto profundo a
la estabilidad de las "reglas de juego".
Carlos Zarazaga, economista senior de la Reserva Federal de Dallas, dijo que "a este gobierno se le revirtió toda la buena suerte del anterior: el contexto será mucho más difícil". En particular, sostuvo que "lo de China, Brasil, la reversión de la política de tasas en Estados Unidos y la baja del petróleo no ayudan, porque inversiones como la de Vaca Muerta se pierden; no queda claro qué sectores traerán inversiones: puede ser infraestructura, pero hay que ver si los inversores se convencen de que la Argentina cambió respecto del trato a las empresas". A esto se suma que el Gobierno necesitará arreglar con los holdouts "porque ningún inversor va a querer colocar dinero si no se resuelven estos contratos incumplidos". En tanto, el profesor de la Universidad de Columbia Guillermo Calvo coincidió en que "hay un fuerte deterioro de los factores externos que enfrenta la Argentina y el resto de la región; China, en particular, está entrando en una vorágine financiera que podría terminar en un fuerte estancamiento productivo y estas condiciones no son buenas para los precios de las materias primas".
La contracara de este fenómeno, indicó, es que la Argentina "tiene la ventaja
de venir rezagada por los errores de política económica de la administración
anterior, lo que podría darle cierto oxígeno en el 2016, si es que las medidas
que se toman convencen al sector privado de que se va a generar un ambiente
mucho más propicio para la inversión productiva". Al respecto, dijo que para
tener acceso al financiamiento externo, "va a ser necesario arreglar con los
holdouts y tener el visto bueno de las instituciones financieras
internacionales, por lo que sería muy bueno una evaluación positiva por parte
del FMI, Banco Mundial y el BID". En el caso de las inversiones de mediano
plazo, opinó, "jugará un rol clave la confianza en la sostenibilidad de las
reglas de juego".
El ex presidente del Banco Central Mario Blejer señaló que "el frente externo está muy mal para la Argentina, por China, Brasil y las materias primas; en el caso chino, lo peor es que impedirá la apertura de nuevos mercados para el país".
El vicepresidente del BH expresó que "hay viento de frente, aunque con un buen equipo económico se puede demostrar que la Argentina es un buen polo para los inversores por su bajo endeudamiento y su alto rendimiento, pero para eso hay que arreglar con los holdouts y reconstituir la confianza".
El economista Eduardo Levy Yeyati -profesor de Harvard, director de Elypsis y nuevo director del BICE- afirmó que "el panorama global nos pega en términos de demanda, términos de intercambio, tasas de interés y tipo de cambio". De estos factores, lo peor es que "las exportaciones crecerán menos y se profundizará el atraso cambiario, por lo que seguirán vivas las expectativas de mayores devaluaciones".
En tanto, el jefe de analistas para América latina de la calificadora de riesgo Standard & Poors, Sebastián Briozzo, indicó que "el Gobierno asumió en un momento de crédito más caro, pero todavía con liquidez en el mercado".
Las inversiones, apostó, pueden venir igual, porque "la quita de las retenciones y la devaluación favorecen al agro, que, aun sin ser el mundo previo, sigue teniendo una buena rentabilidad".