Si bien faltan algunos meses para que comiencen a negociarse las condiciones de los contratos de arrendamiento rurales para la campaña 2016/17, las nuevas medidas adoptadas por la administración de Mauricio Macri ya generan expectativas y especulaciones en el mercado de los alquileres.

En el sector creen que la quita de retenciones al trigo y al maíz, la eliminación de las trabas a las exportaciones y la modificación del tipo de cambio ayudarán a que los propietarios de los campos negocien mejores condiciones, pero remarcan que la diferencia no será contundente. Lo que suceda con los arrendamientos rurales la próxima campaña es clave, considerando que en la Argentina entre un 50 y un 60% de los cultivos se hacen sobre superficie arrendada.

"Va a haber mayores posibilidades para arrendar. La campaña pasada, fuera de la zona núcleo, la gran mayoría de los alquileres eran a porcentaje. Casi no se alquilaba con pago fijo a quintales. Este año va a haber más diversidad: contratos a porcentaje, contratos con una parte de pago fijo y otra a resultado y contratos directamente a pago fijo", afirma Roberto Frenkel Santillán, de la inmobiliaria Bullrich campos.

Otro aspecto que es de esperar que cambie es el planteo. La campaña que pasó, los arrendatarios evitaron alquilar campos para maíz y se volcaron a un cultivo más rentable como la soja. Narciso Vivot, de la inmobiliaria rural Elizalde, Garrahan & Cía, cree que con la quita de retenciones habrá un mayor porcentaje de alquiler de campos para maíz. "La última campaña muchos dueños tuvieron que ponerse firmes para que los arrendatarios incluyeran maíz en sus planes de siembra".

Frenkel Santillán piensa que también habrá más alquileres de campos para hacer trigo. "Antes se sembraba cebada para no tener problemas con los ROE [Registro de Operaciones de Exportación]. Ahora se va a alquilar para hacer trigo, también cebada y maíz. Se vienen cambios significativos en los planteos", anticipó Santillán.

Directivos de un grupo agropecuario que alquila grandes superficies en el sur de Córdoba, confiaron a LA NACION que estiman que las condiciones ofrecidas a los dueños de los campos mejorarán un 20%, aunque precisaron que no volverán los generosos pagos en quintales fijos que se daban hasta hace tres años. "Para eso va a ser necesario que venga plata de afuera", dijo un ejecutivo.

Lo cierto es que más allá de algunos cambios en las formas de pago del alquiler y en los cultivos a implantar, el escenario de los arrendamientos está aún muy sensible a algunos factores clave. Federico Bert, líder de investigación y desarrollo de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), considera que si bien hay una situación de mayor estabilidad, mucho van a influir en los alquileres el costo de los insumos, del transporte, de las labores y el precio internacional de las commodities. "Si no hay un aumento significativo de los costos, es de esperar que el interés por los alquileres aumente", asegura Bert.

Pablo Berceche, de la inmobiliaria Álzaga Unzué y Cía, sostiene que ya se percibe una mejora en las condiciones de negocio de los alquileres, pero que en gran medida la liquidez de los arrendatarios dependerá de los resultados de la cosecha pendiente.

Ernesto Ambrosetti, economista de la Sociedad Rural Argentina, rescata este "mejor clima de negocio para los alquileres agrícolas", más aún cuando se viene de dos campañas consecutivas muy negativas. Para Ambrosetti, los alquileres ofrecidos a los dueños de los campos bajaron un 20% la campaña pasada y habían retrocedido un 15% la anterior.

Según una encuesta hecha a productores de Aacrea, en la campaña 2014

15 el 21% de los encuestados redujo el área arrendada, mientras que en 2015/16 el 42 por ciento tomó la misma decisión.

Con las nuevas medidas económicas para el sector, se espera una leve mejora de los alquileres, pero hay zonas que siguen en una situación complicada. "La liberación del dólar ayudó, pero es insuficiente. En el NOA, por ejemplo, quedaron muchas hectáreas sin alquilar. Allí el cultivo estrella es la soja, que casi no tuvo rebaja de retenciones. También hay problemas en Chaco y Santiago del Estero", explica Frenkel Santillán. "Muchos campos de bajo rendimiento agrícola optaron por pasarse a la ganadería. El problema es que para hacer ganadería hace falta estructura y plata para invertir. No siempre se puede", continúa Santillán.

La compañía agropecuaria Lartirigoyen arrendaba hasta 2014 dos establecimientos que dejaron de ser viables para agricultura. Ante esa situación optaron por transformarlo en un arrendamiento para ganadería. "Hoy hay más interés en alquilar campo para ganadería que para agricultura", dice Pedro Nordheimer, especialista en negocios inmobiliarios rurales. En lo que respecta a agricultura hay más entusiasmo con las nuevas medidaspero aún no vimos resultados concretos".

60%

arrendamientos

Es el porcentaje de cultivos que se hacen en el país sobre superficie arrendada

-20%

Alquileres

Fue la caída en los valores ofrecidos por inquilinos a los dueños en la campaña pasada