Si a los u$s 25.833 millones del viernes se le restan los yuanes del swap chino, los encajes de los depósitos en dólares, los pagos retenidos de deuda y el oro, lo que resta para abastecer al mercado son algo más de u$s 1000 millones. Si el BCRA consigue que los bancos liquiden un monto similar por la obligación de bajar a 5% su posición de activos dolarizados, apenas alcanzará para cubrir las ventas diarias y algunos vencimientos ineludibles.

Con esa foto en la cabeza, el futuro presidente deberá empezar a asignar responsabilidades cuanto antes. Faltan tres semanas para el cambio de gobierno, pero hay misiones financieras que empezarán en las próximas 48 horas.

Macri está cerca de confiar la gestión económica en las dotes de negociador de Rogelio Frigerio, titular del Banco Ciudad. Lo que priorizaría es la designación de un ejecutor confiable, capaz de buscar y conseguir apoyo político para las medidas más complejas, y con sólida capacidad de comunicación. Pero también podría ser un superministro de Infraestructura que negocie con gobernadores e intendentes.

Aunque en la campaña solo presentaron los títulos de las principales medidas, hay un plan integral que está bastante avanzado (con redacción de leyes incluida), gracias a la tarea de un nutrido grupo de economistas y expertos que en los últimos 18 meses trabajó con bajo perfil en la Fundación Pensar, el think thank del PRO.

Por eso completar el equipo será menos problema de lo que imaginan empresarios y analistas. Francisco Cabrera, el titular de esta entidad, tiene un lugar asegurado en el gabinete. Se lo menciona para Industria, aunque también podría adquirir un perfil mucho más relevante. No hay que olvidar que en la Ciudad su área se llama Desarrollo Económico, el leit motiv de la propuesta macrista.

Alfonso Prat-Gay, otro de los economistas de referencia de Cambiemos podría hacer sus aportes desde la Cancillería, replicando un modelo que usaron otros presidentes (Menem con Domingo Cavallo y De la Rúa con Adalberto Rodríguez Giavarini). Carlos Melconian no quedaría en la mesa chica, pero se mantendrá en el círculo de confianza presidencial: en el entorno del futuro jefe de Estado se asegura que su rol será atraer inversores para el sector energético, como futuro titular de YPF.

Federico Sturzenegger, actual diputado nacional, es uno de los economistas que dentro de la Fundación Pensar está haciendo foco en la situación del Banco Central. Pero no es el único: también trabajaron en ese frente Francisco Gismondi (coordinador de temas financieros), Luciano Laspina (economista jefe del Ciudad) y Nicolás Dujovne, quien se fogueó durante la Alianza tanto en el Ministerio de Economía como en el BCRA.

En el mapa del gabinete económico también hay que computar los aportes que puedan surgir del radicalismo (como Javier González Fraga) o de probables acuerdos políticos con Sergio Massa y José Manuel de la Sota.

Con la necesidad de aliviar el frente cambiario en diciembre, hay una decisión prácticamente tomada: acordar un crédito puente con bancos de inversión. Esos dólares serán claves para darle tiempo a otras medidas, como la baja de las retenciones a los granos y a la soja, que movilizarán la liquidación de los agroexportadores, y la negociación con los holdouts. También será inevitable para el nuevo gobierno renovar el swap chino, más allá de los cuestionamientos de campaña al pacto con el gigante asiático. En el resultado de esas gestiones se verá cuánto margen político y financiero queda para avanzar con la medida más áspera del plan: la unificación cambiaria y el levantamiento del cepo.