Puede ser el "rey del pollo", pero también el de la hamburguesa o el de las salchichas. El destinatario de esos "títulos" es Alexandre Borges, CEO para el Cono Sur de BRF, el gigante brasileño de la alimentación mundial, que faena en el país 80.000 pollos por día y aspira a duplicar esa cifra el año próximo, elabora 3.750.000 hamburguesas por mes y produce 67,5 millones de salchichas mensuales. Con marcas como Paty, Vieníssima y Sadia, entre otras, muestra auténtica vocación de liderazgo en cada categoría.
Empresario de origen brasileño, que hace un año y nueve meses se instaló en
el país, Borges dice que el diferencial que tienen respecto de otros
compatriotas que compraron aquí y tuvieron que irse es que ellos ven a largo
plazo y, además, tienen la tecnología adecuada para procesar el alimento y
vender en el mercado local lo que éste necesita y exportar al mundo lo que el
mundo reclama. Además confía en la oportunidad que se presenta en estas tierras.
"Más tarde o más temprano, la Argentina va a ser una potencia mundial en
conversión de grano en proteína", augura.
-¿Cuál es el atractivo que ve BRF en la Argentina?
-Nosotros -que tenemos una mirada de largo plazo en el rubro de alimentos-
vemos que la Argentina tiene estructuralmente una vocación casi natural de
producir granos y otras cosas, y el país es muy competitivo. Entonces, cuando
pensamos en nuestro negocio, que se basa también en los granos y su conversión
en proteína animal, es muy importante tener una presencia fuerte aquí. Así como
pasó con Brasil en todo el crecimiento que tuvo de exportación y de
consolidación como proveedor mundial de alimentos, también puede pasar con la
Argentina. Es una posición estratégica estar acá, para integrar a nuestra
plataforma global para atender al mundo, además del mercado doméstico. Queremos
ser líderes en las categorías donde estamos, vemos el país como una oportunidad.
-En el tema de la carne, muchos compatriotas suyos compraron acá y tuvieron que vender. ¿No son un poco arriesgados ustedes en apostar acá?
-Trabajamos con las proteínas de pollo, de carne vacuna, de cerdo y de
pescados. Para BRF, su fortaleza son los pollos, cerdos y alimentos procesados.
Pero más que operar en commodities tratamos de avanzar en alimentos de valor
agregado. Además, la carne vacuna no ha sido un gran enfoque nuestro. Aunque sí
son un gran fuerte las hamburguesas, la carne vacuna es más un insumo para
nosotros, mientras que para nuestros compatriotas que se fueron era su foco.
Cuando pensamos en proteína natural nuestra fortaleza está más en pollos y
cerdos. No estamos tan cerca de lo que pasa con los frigoríficos, porque no es
nuestra área.
-Ahora, con todas las dificultades que hay en el país, como inflación y cepo al dólar, entre otros, ¿por qué siguen viendo atractiva a la Argentina?
-El país ciertamente tiene sus desafíos. Yo creo que una mayor apertura económica sería mejor para el país. Si tuviera una estructura de financiamiento de más largo plazo podría facilitar las inversiones. Y hay otros temas, como los que usted mencionó. Pero si miro la historia de BRF, somos gigantes en Medio Oriente, que está siempre en crisis; también en África, que no es de los lugares más estables. O sea que no nos preocupa tanto la coyuntura de corto plazo. Cuando operamos en países en vía de desarrollo se viven ciclos, a veces mejores, a veces peores. La mirada que tratamos de hacer es de largo plazo. Hoy no hay granos más baratos que los que hay aquí.
-¿Les conviene venir a transformar el grano en proteína aquí?
-Por supuesto, no tengo dudas de eso y de que la Argentina más tarde o menos tarde va a ser una potencia mundial en la conversión de grano en proteína. Entonces, nosotros no queremos estar afuera. La Argentina es un lugar en el mundo en el que hay que estar si se quiere transformar grano en proteína.
-¿Cuál es el diferencial que ustedes tienen en pollo, teniendo en cuenta que hay muchas empresas del rubro a las que les está yendo muy mal?
-Estamos viviendo un momento muy duro de la industria, tanto en el mercado local como en el de exportación, y por eso algunas empresas pasan por dificultades. Lo que pasa es que la industria nacional se ha concentrado en vender el producto commodity, con poco valor agregado. Acá tenemos en general un pollo más pesado, entero, que casi ningún lugar del mundo lo quiere. En Medio Oriente se vende de un kilo y acá hay de 3,2 kilos. Esto lo consume la Argentina, Chile y Venezuela, nada más. Todas las exportaciones de acá iban a Venezuela, pero ahora están cerradas las importaciones allí porque ese país está en un mal momento. Nadie compra los pollos grandes enteros pesados, y la industria local no tuvo la oportunidad de invertir para trozar. Entonces los pollos argentinos son enteros, pesados y con poca capacidad de congelamiento, y además a veces no tienen las relaciones comerciales para exportar. Nosotros exportamos a 110 países, tenemos 23 oficinas comerciales en el mundo. ¿Cuál es nuestra fortaleza? Tenemos dinero para invertir, estamos poniendo más valor agregado, lanzamos los pollos congelados por presas, traemos más practicidad, condiciones sanitarias mucho mejores, y nos salimos del commodity. Así también trozamos, porque a veces se prefiere un muslo o a veces la pechuga. Si querés vender las patas tenés que ir a China, si querés vender las alas tenés que ir a Asia, si querés vender la pechuga tenés que ir a Europa.
-¿Y ustedes pueden hacerlo?
-Totalmente. El año pasado integramos la producción local de la Argentina con toda la estructura global comercial y logística que tenemos en BRF. Acá compramos el huevo, hacemos la incubación, engordamos los pollos, los cortamos, hacemos el proceso completo. Hoy estamos en una posición muy distinta del resto de la industria, porque estamos en condiciones de congelar.
-¿Ya se transformó en el "señor pollo"?
-Nuestro sueño es ser líderes en las categorías que operamos, pero de un modo humilde, porque hay empresas importantes acá que respetamos. Pero vamos a crecer. Y veo con buenos ojos si la competencia también avanza y eleva la vara. Eso es mejor para todos. No somos los más grandes acá, pero los que nos superan trabajan más commodity. Para el año próximo vamos a duplicar nuestra producción: hoy faenamos 80.000 pollos por día y llegaremos a 160.000. Vendemos también a la industria, pero queremos vender cada día más al consumidor final y a la exportación. Nosotros respondemos hoy por cerca de 15% del mercado mundial de pollo, somos los más grandes de Brasil, donde faenamos 7 millones de pollos al día.
-¿Y cómo está en el negocio de las hamburguesas?
-Ya somos líderes totales acá. Las hamburguesas son Paty, acá no se dice hamburguesa, sino Paty. Es una marca importantísima, linda, que representa mucho para la Argentina. Tenemos la obligación de hacerla crecer. Entonces, hoy compramos Goodmark que complementa el liderazgo. Pero lo específico en hamburguesa es Paty. Además vamos a exportar Paty a Perú, España y Brasil. Es una hamburguesa premium, sofisticada, distinta. Vamos por más.
-¿Qué otro diferencial tienen más allá de la marca?
-Ese es el gran diferencial. Este año invertimos de marketing más de lo que invertimos en los últimos tres.
-¿Cuántas hamburguesas por día hacen en la Argentina?
-Tres millones de kilos por mes, en promedio, que equivalen a 3.750.000 hamburguesas por mes.
-¿Cuál es su inversión total en la Argentina?
-Más de US$ 400 millones, entre las adquisiciones y las mejoras que hicimos en cada empresa y en las líneas productivas.
-¿Y cómo están con los cerdos?
-No producimos, sólo procesamos para hacer los chacinados. Compramos a frigoríficos locales y también importamos. Hoy no tenemos una cadena integrada, pero estamos estudiando el tema de ser también productores de cerdos. No se entiende por qué el país no es más fuerte de lo que es en este rubro. Los grandes productores de acá, con 12.000 madres, son chicos, si se tiene en cuenta que, si quisiéramos poner una inversión aquí, no podríamos tener una producción menor de 40.000 madres. Falta bastante. Puede ser una oportunidad interesante.
-¿Cuánto impacta la noticia de que el chacinado es cancerígeno?
-Es un tema de la industria global. Hay que tener cuidado con esos anuncios, para entender exactamente cuál es el grado de daño que produce. Porque se lo compara con el cigarrillo, pero si se va en detalle no es tan así. Estamos dispuestos a estudiar y trabajar para tener productos cada vez más saludables, pero que tengan sabor y que sean buenos.
-¿Cómo están en el mercado de salchichas?
-Consolidamos nuestra posición de liderazgo. Compramos Vieníssima que estaba un poco golpeada, perdía mercado, etc... Pero creemos que puede ser otro ícono argentino. Con Paty Viena y Vieníssima consolidamos liderazgo de mercado, que antes estaba muy repartido. Ahora, con el liderazgo, viene la responsabilidad de traer innovación y tecnología. Producimos 2.500.000 mensuales, lo que equivale a 67,5 millones de salchichas por mes. Pero hoy también somos líderes en margarina, donde vendemos al consumidor y también a las industrias. Sumando las dos vendemos 2.500.000 kilos mensuales.
-¿Hacia dónde va BRF de ahora en adelante?
-Vamos por más. Con nuevas categorías. El año pasado lanzamos el jamón, con la marca Sadia. Este año lanzamos mortadela y pensamos lanzar otros productos. También tenemos fiambres en general, porque es una categoría en la que queremos crecer y está conectada con el tema de qué haremos con los cerdos. También buscamos una participación más grande en el mercado de los rebozados, que hoy está dominado por Granja del Sol. Es una categoría que lideramos en todos los mercados donde estamos, menos acá. Estamos estudiando también en vegetales congelados si podemos hacer desde aquí una plataforma de exportación para espinaca, acelga, choclo y chauchas, todo bajo la marca Sadia.
-¿Por qué no exportan otra cosa además de pollos?
-Las hamburguesas son difíciles porque tienen la misma retención que la carne, lo mismo sucede con las salchichas. Margarina sí exportamos. Los fiambres tienen una vida útil más corta, entonces se complica. Quizá podamos exportar algún fiambre con vida útil más larga a Chile, o salchichas congeladas. Pero lo más exportable que tenemos es pollo, donde tenemos el foco.
Una empresa que va por más
Presencia
Está en la Argentina desde 1992, primero como comercializadora e importadora
a través de la firma Sadia, hasta que en 2011 adquirió Dánica y parte de la
avícola Avex, y en 2012 compró Quickfood, que elabora productos de marcas
reconocidas como Paty, PatyViena y Green Life
Compra estratégica
Hace un mes le compró a Molinos Río de la Plata las marcas Vieníssima, Goodmark, Manty, Delicia, Hamond y Tres Cruces por la suma de 43,5 millones, según se informó a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y al Bovespa
Más faena
BRF faena en la Argentina 80.000 pollos por día, pero prevé llevar esa cifra a 160.000 el año próximo. En Brasil, donde es la mayor empresa de alimentos, faena 7 millones de pollos diarios
Hitos y cifras de un gigante
qNacimiento. BRF se creó en Brasil en 2009, tras la fusión de Sadia y Perdigao, convirtiéndose en uno de los gigantes del mercado mundial de alimentos. Actualmente es la séptima compañía alimentaria del mundo en valor de mercado. Exporta a más de 110 países. Tiene 100.000 en todo el mundo (2700 en la Argentina).
qInversiones. Desde que está en la Argentina (2011), BRF ha invertido por más de US$ 400 millones, dinero que se empleó para comprar marcas, pero también para agregar tecnología de punta en sus fábricas y centros de producción.
qCrecimiento. Según sus últimos resultados publicados, la empresa tuvo en el tercer trimestre de este año ingresos operativos por 8300 millones de reales (US$ 2147,5 millones), lo que significó un crecimiento de 14,4% respecto del ejercicio anterior.
qSustentabilidad. En septiembre, la compañía comunicó al mercado que integra por cuarta vez consecutiva el Índice de Sustentabilidad Dow Jones - Mercados Emergentes (DJSI), índice que evalúa el desempeño de sustentabilidad de las empresas en los ámbitos económico, ambiental y social.
qCalificación. Este año, las tres principales calificadoras de riesgo internacional (Moodys, Standard & Poors y Fitch) elevaron la calificación corporativa de BRF, posicionándola por sobre la nota de crédito soberano.
qProducción local. En el país tiene siete plantas industriales: en Carlos Casares, Llavallol y Baradero (Buenos Aires), San Jorge y Arroyo Seco (Santa Fe), Río Cuarto (Córdoba) y Villa Allende (San Luis).