El Departamento de Información Agroeconómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba estimó ayer en 8 quintales de soja por hectárea el valor promedio para los alquileres agrícolas en la provincia, según el segundo relevamiento de 2015. Este valor se mantuvo estable respecto de la proyección inicial hecha en julio, pero quedó un quintal y medio por debajo de los 9,5 quintales vigentes el año pasado. Así, en el ciclo 2015/2016 se registraría la cuarta caída consecutiva en los valores de los alquileres medidos en quintales, desde el promedio de 11,5 quintales de soja por hectárea de la campaña 2011/2012.
En el análisis por departamento, los que más han ajustado su valor en la
estimación actual respecto de la hecha en julio pasado fueron Presidente Roque
Sáenz Peña y Totoral, con mermas del 14 y del 33%, respectivamente. Mientras que
los que han reportado un mayor incremento fueron Río Seco y Tulumba, con alzas
del 33% en ambos casos.
"En Córdoba se conforman tres zonas, de acuerdo con los niveles de alquileres: la zona sudeste, con Unión y Marcos Juárez que presentan arrendamientos de entre 11,5 y 15 quintales de soja por hectárea, con bajas del 12 y del 15% respecto de la campaña anterior; el centro, donde los alquileres se están fijando en valores que rondan los 8 y los 9 quintales, sin cambios, y las regiones norte y sur, donde no sólo se presentan los niveles más bajos de la provincia, con 4,5 a 7 quintales, sino donde también se advierten las bajas más pronunciadas, con variaciones negativas de hasta 3 quintales (Totoral)", detalló la Bolsa.
Como hecho distintivo de la campaña, la entidad advirtió sobre el incremento de la modalidad de contratos a porcentaje en todos los departamentos, con niveles que oscilan entre el 15 y el 30% del rendimiento del cultivo. "De esta manera, el gran riesgo que implica la actividad agrícola se distribuye entre el propietario y el arrendatarios", dijo la Bolsa. Y añadió que la caída en el valor de los alquileres "es un fiel reflejo de la situación crítica que vive el sector. Ante la falta de rentabilidad, el alquiler es la principal variable de ajuste. Los propietarios y los productores fijan en un menor nivel los arrendamientos, con el objetivo de que se cultiven las tierras y a la espera de que en el próximo ciclo la situación se revierta".