Fuera de todos los inconvenientes que están surgiendo en estos días por las medidas erróneas tomadas por las autoridades económicas a través de la Comisión Nacional de Valores, generando zozobra en las filas de los inversores y conformadores de fondos de inversión, todas las miradas están puestas en los discursos de los candidatos a  ser el próximo presidente de la Argentina. Y en estos discursos y manifestaciones públicas, los diferentes sectores encuentran la posibilidad de tratar de dilucidar que puede llegar a ocurrir con los mercados.

Sin considerar la situación del mercado de capitales y del financiero, las últimas definiciones de los candidatos han producido escozor en aquellos que tienen algo que ver con el sector agropecuario, aseguró en su informe semanal el analista agropecuario Alejandro Ramírez.

Pero casi ninguno habla frontalmente sobre qué es lo que va a hacer a partir del 10 de diciembre con temas puntuales como el cepo cambiario, el impuesto a las ganancias, la apertura de las exportaciones e importaciones, las retenciones a las exportaciones, los subsidios, e infinidad de otros temas.

Porque si prestamos bien a los últimos discursos, algunos dicen que sacarán totalmente las retenciones a las exportaciones de todos los productos. Pero no dicen de dónde generarán los 15.000 millones de dólares al año que no entrarían por este concepto a las arcas del fisco.

Otros manifiestan que eliminarán de cuajo el cepo cambiario, sin comentar como harían ante una corrida cambiaria, sabiendo que el Banco Central no tiene las reservas que hoy se informan. Al contrario, muchos entendidos dicen que el 11 de diciembre saldrá a la luz el verdadero estado del BCRA y las escasísimas reservas. Siendo esto un verdadero futuro escándalo.

El candidato del oficialismo no manifiesta nada claramente, solamente diciendo a los productores que siembren que con él les ira bien. (¿) Pero no se atreve a definir nada desde el aspecto económico, y menos lo relacionado al sector agropecuario. No dice si devaluará, cuando y como, si sacará el cepo cambiario, si quitará las retenciones a las exportaciones. Una incógnita insostenible, pensando que solo faltan 30 días para el acto eleccionario.

El candidato del PRO propone modificar todo rápidamente y con efecto de shock. Devaluar, quitar el cepo, disminuir o cancelar totalmente las retenciones a las exportaciones, abrir los mercados. Pero el hombre de campo descree que este panorama sea el que vaya a ocurrir. Recuerden que cuando la limosna es grande.

Y el otro candidato con chances de poder pelear la contienda de la elección presidencial es el del Frente Renovador, que siendo más agresivo en sus manifiestos, también demuestra conocer poco del tema agropecuario, buscando sus referencias en personajes que participaron en el actual gobierno y en el anterior. Ex funcionarios que no dejaron buenos recuerdos en las filas del campo, por la gestión realizada o porque directamente no hicieron nada para promover y apuntalar al sector.

Y todo esto genera incertidumbre y preocupación en el sector agropecuario. Una muestra de esto es la posible escasa cosecha de trigo que vamos a tener este año. Tan sólo 8,5 millones de toneladas, siendo una de las peores cosechas de los últimos 45 años. Así queda demostrado la incertidumbre del sector que sembró el trigo con un gobierno y lo cosechará y venderá con el próximo. Desconfiando de lo que vendrá. Ya estamos viendo menor siembra de sorgo, de maíz y de girasol. La incógnita es cuantas hectáreas se sembrarán con soja.

Pero ante las indefiniciones continuas de los candidatos, el campo mira azorado a la espera de mejores vientos, que ayuden a poder salir de la tremenda crisis en la que se encuentra el productor agropecuario argentino.

Recordemos que en votos, el campo no hace ganar elecciones. Pero en dinero, sostiene, empuja y moviliza la economía de un país como es el nuestro. Ya llegará el día en que los políticos consideren esto.