El trabajo releva, además, que en un año, la porción que el Estado obtiene de renta agrícola creció 15%, batiendo un nuevo récord.
La participación del Estado en la renta agrícola pasó de 81,7% en septiembre del año pasado, a 93,5% en junio pasado y ahora a 94,1%. Ese incremento se debe a "la combinación de factores como la caída de precios de los commodities agrícolas y a que la devaluación fue menor al incremento de costos", sostuvo el economista de FADA, David Miazzo.
"Que el Estado participe del 94,1% de la renta agrícola significa que la sumatoria de los tributos, provinciales y nacionales incluidos los derechos de exportación, y los costos de intervención (efecto Roes en trigo y maíz), representan $ 94,10 de cada $ 100 que genera de renta una hectárea promedio en la Argentina", sintetizó.
Al analizar la evolución en el último año, el trabajo de FADA remarca que en ese lapso, la soja cayó 18,6% en dólares, el maíz retrocedió apenas 0,6% y el trigo se precipitó 20,4%, en tanto la devaluación llegó a 11%.
"Así en el caso de la soja, el precio en pesos bajó 10% mientras que los costos se incrementaron 17,5%", sostuvo Miazzo.
Y aclaró que "la caída de precios se viene dando desde 2012 y el atraso cambiario (devaluación menor a la inflación) ocurre prácticamente todos los años desde el 2004".
La baja de los alquileres permite atenuar los números rojos del campo argentino, pero no alcanza para que el resultado después de impuestos en campo rentado sea positiva.
En ese orden, el trabajo indicó que para la hectárea promedio, con la superficie ponderada de soja, maíz, trigo y girasol, el resultado es de $ 302 de pérdida por hectárea, mientras en campo propio es positivo en $ 227, lo que representa menos del 20% del promedio de los últimos 8 años.
"La causa de esta pobre rentabilidad, además de la baja de precios, que llevan más de 40% de caída desde los máximos, es la existencia de los derechos de exportación y las restricciones a las exportaciones (ROE), ambas medidas que los países competidores de Argentina no poseen", resaltó FADA.
Para ejemplificar, el reporte toma el caso del trigo, que tiene un derecho de exportación de 23%, pero por efecto de los ROE vale en el mercado interno u$s 35 menos por tonelada de lo que debería valer (costos de intervención). "Por eso, el productor de trigo termina recibiendo en Argentina un 58% del precio internacional", indicó el estudio.
Para efectuar el índice, FADA toma en cuenta "la renta, que es lo que vale la producción menos los costos. En otras palabras, el resultado que se obtiene al restarle los costos de producción, comercialización y transporte al valor de la producción a precios internacionales".
"La producción y costos de la hectárea se calculan utilizando los rindes, costos y distancias al puerto promedio a nivel nacional para los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol y ponderando por la participación de estos cultivos en el área sembrada nacional", completó.