MENDOZA.- Las economías regionales no dejan de gritar a los cuatro vientos su preocupante realidad. Este martes, en el Valle de Uco, Mendoza, se realizó una asamblea de la Sociedad Rural Argentina, con especial participación de viñateros, para avanzar con pedidos concretos a las autoridades para intentar torcer el rumbo, pero con una clara apuesta a un cambio de gobierno.
La situación de los productores es "dramática", según vienen advirtiendo en
los últimos años. Sin embargo, en los meses más recientes la crisis se agudizó y
dejó en evidencia el duro golpe que ha sufrido el primer eslabón de la cadena,
sobre todo por los bajos niveles de rentabilidad y competitividad.
Según un estudio realizado por la Universidad Nacional de Cuyo para la Asociación de Viñateros de Mendoza, "la mayor parte de la renta del negocio se queda en el eslabón agregado que conforman la distribución y la comercialización de los productos en el mercado interno". Así, en la evolución de la distribución de la renta vitivinícola según los eslabones de la cadena productiva se puede observar que la producción primaria pierde 0,073 dólar por litro, la elaboración pierde 0,026 dólares por litro, mientras que el fraccionamiento gana 0,63 dólares por litro y la distribución y comercialización alcanza 0,96 dólares por litro.
"Queremos generar un comité de crisis del agro, empezar a ver soluciones. Hay una gran falta de rentabilidad y competitividad, por los altos costos. Además, vemos una diáspora de productores. Afortunadamente estamos siendo escuchados por el gobierno entrante y hemos recibido todo el apoyo de la Sociedad Rural Argentina, con la presencia de Etchevehere", expresó a LA NACION el titular de la SRA del Valle de Uco y miembro de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Leiva. "Vamos a entregar un petitorio a Cornejo, en medio de esta transición que es tan larga, mortal. Pedimos medidas para revertir lo que hoy vale el vino, para que la fruta no se tire, para que las hortalizas recuperen mercados y para que deje de reducirse la producción de ajo", indicó Leiva, y agregó: "Estamos muy complicados, con una gran presión tributaria y con juicios laborales".
La crisis en primera persona
"La situación es crítica y compleja. Nosotros no terminamos de entender como puede ser que todo aumenta: la nafta, el pan, los salarios ajustados por paritarias, y hasta el vino, pero a los productores no nos llega ninguno de esos aumentos. Al final, bodegas y comercializadoras de vino, saben que el vidrio de las botellas aumenta, el corcho también, las cápsulas, etc. Todas esas cosas aumentan su valor porque su proveedor le pone el precio. El único que no le pone precio a nada es el viñatero, que tiene que conformarse con que cada año le digan cuanto vale su uva y en cuanto tiempo le van a pagar", expresó a LA NACION Oscar Pereyra , un pequeño productor mendocino, al frente de una finca familiar, y agregó: "Veo un futuro negro y es más desesperante si uno piensa en toda la actividad que genera la vitivinicultura en el interior de las provincias. No hay que ser un gurú económico para predecir que de esta crisis se sale como sector, que la vitivinicultura no va a desaparecer, lo que no nos dicen es que va a cambiar de dueños".