La soja se negoció con leves bajas ayer en la Bolsa de Chicago y completó así la cuarta semana consecutiva con saldo negativo. La previsión de una nueva cosecha abundante en los Estados Unidos, donde el clima se mantuvo favorable para el desarrollo de los cultivos, y la incertidumbre en torno del rumbo de la economía en China, país del que se ha vuelto dependiente el mercado global de la oleaginosa, fueron los principales fundamentos bajistas para las cotizaciones.
Al momento de fijar los ajustes de la jornada, las pizarras mostraron bajas de US$ 0,92 y de 1,10 sobre los contratos septiembre y noviembre de la soja, cuyos valores resultaron de 322,34 y de 318,39 dólares por tonelada. En el balance de la semana, estas posiciones resignaron un 1,79 y un 2,15% frente a los precios vigentes el viernes anterior, de 328,22 y de 325,37 dólares.
A la espera de las nuevas cifras de oferta y demanda global de granos que el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) publicará el viernes próximo, la campaña 2015/2016 se encamina a ser la cuarta consecutiva con una producción mayor a la demanda. En efecto, según el informe de agosto, la oferta mundial será de 320,05 millones de toneladas y la demanda, de 309,86 millones.
En ese contexto, propicio para el crecimiento de las existencias y para la persistencia de precios deprimidos, China añade incertidumbre con la devaluación de su moneda, que torna más caras sus importaciones (particularmente las originadas en los Estados Unidos), y con una tasa de crecimiento inferior a la prevista por el mercado.
Según cifras del USDA, entre la campaña 2013/2014 y la 2014/2015, las compras chinas de soja crecieron un 9,4%, al pasar de 70,36 a 77 millones de toneladas, mientras que el incremento proyectado entre los ciclos 2014/2015 y 2015/2016 es de sólo el 2,6%, de 77 a 79 millones. Cabe advertir que el cálculo de importaciones por 79 millones para la temporada actual fue hecho por el organismo antes de la devaluación del yuan.
Hoy, buena parte de los operadores tiene claro que para que los precios de la soja no sigan cayendo ya no basta con que China no reduzca sus compras, sino que reconocen que es necesario que las incremente. En la dimensión de ese aumento estará echada la suerte o la desgracia del valor de la oleaginosa.
En el mercado doméstico la fortaleza de la demanda volvió a mantener sostenido el nivel de los precios de la soja. Para la zona del Gran Rosario las fábricas pagaron entre 2080 y 2100 pesos por tonelada con entrega inmediata. Por lotes importantes algunos compradores convalidaron hasta 2150 pesos.
La suba también se reflejó sobre los puertos de Bahía Blanca y de Necochea, donde la propuesta de los exportadores varió de 2000 a 2050 pesos por tonelada.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones septiembre y
noviembre de la soja retrocedieron US$ 1,50 y 0,50, mientras que sus ajustes
fueron de 231,50 y de 235,30 dólares por tonelada.
Maíz y trigo
Para el maíz estadounidense, las pizarras de Chicago mostraron ayer subas de US$ 0,69 y de 0,59 sobre los contratos septiembre y diciembre, cuyos ajustes resultaron de 137,59 y de 142,91 dólares por tonelada. En el balance de la semana, estas posiciones del grano grueso perdieron un 3,78 y un 3,20% frente a los valores vigentes el viernes anterior, de 143 y de 147,63 dólares. Así, el cereal completó la segunda semana consecutiva con saldo negativo.
El inminente inicio de la cosecha del cereal en los Estados Unidos, que se prevé por encima de los 340 millones de toneladas -en agosto el USDA la estimó en 347,64 millones-, mantuvo bajo presión las cotizaciones del grano grueso.
Acerca del maíz argentino, los precios se mantuvieron estables ayer, pero muy lejos de las expectativas de los vendedores. Por tonelada disponible los exportadores pagaron $ 900 para la zona de Rosario y $ 890 para Bahía Blanca. Por mercadería para octubre los interesados volvieron a proponer US$ 100 por tonelada en las terminales ubicadas en la costa del Paraná.
En el Matba, la posición septiembre del maíz subió US$ 0,50 y terminó con un ajuste de 97,50 dólares por tonelada, en tanto que el contrato abril bajó US$ 0,80 y terminó la jornada con un valor de 119,20 dólares.
Respecto del trigo, el contrato septiembre en Chicago y en Kansas sumó US$ 0,46 y 2,58, mientras que su ajuste resultó de 168,20 y de 164,80 dólares por tonelada, respectivamente. No obstante, en el balance de la semana dicha posición cayó un 4,03 y un 2,02% frente al valor vigente el viernes anterior, de 175,27 y de 168,20 dólares. Anteayer, el valor del grano fino tocó el nivel más bajo desde junio de 2010 sobre Chicago y el menor desde abril de 2007 en Kansas.
En el mercado doméstico, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires relevó las ofertas de los molinos entre 1450 y 1700 pesos por tonelada, según calidad, procedencia y forma de pago.
Para Rosario, la exportación pagó $ 1050 por trigo condición cámara, sin cambios, y $ 1350 por cereal de calidad (ph 78 y un mínimo de 10,5% de proteína), $ 50 más que anteayer. El grano de calidad se cotizó a US$ 154 en Bahía Blanca, sin variantes.
La posición enero del trigo en el Matba sumó US$ 0,50 y terminó la rueda con un valor de 136,50 dólares por tonelada, en tanto que el contrato marzo se mantuvo estable, con un valor de 147 dólares.