Unas 600.000 hectáreas de trigo, equivalentes a casi el 20% de la superficie sembrada a nivel nacional, corren riesgo de perderse por las inundaciones en el centro y el norte de la provincia de Buenos Aires, y en el sur de Santa Fe.

Esta situación se daría si durante 15 a 20 días más persisten los fuertes anegamientos de los campos en las zonas afectadas.

Según la Bolsa de Comercio de Rosario, este año se cubrieron 3,4 millones de hectáreas con trigo, un 26% menos que el año pasado. Si por el agua esa superficie se achicara en 600.000 hectáreas, que a su vez significa una inversión perdida de casi $ 1800 millones, el área por cosechar con trigo quedaría en 2,8 millones de hectáreas. Una superficie similar tan baja se cosechó en 1951 con Juan Domingo Perón en medio de una fuerte sequía que hizo perder miles de hectáreas. De todos modos, el área por cosechar alcanzaría para una producción de nueve millones de toneladas, suficientes para el consumo interno y para poder exportar. El año pasado se recolectaron 12,8 millones de toneladas.

"Unas 600.000 hectáreas de trigo están en peligro. Eso se perdería si en el área anegada hay una constante de 15 a 20 días de anegamiento", expresó a LA NACION Daniel Miralles, docente e investigador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).

Miralles insistió en que esa apreciación se trata del "peor escenario, la peor pérdida esperable" si la inundación perdura 20 días. Sucede que en muchos lugares va a drenar rápidamente el agua.

Si una caída de 600.000 hectáreas es la perspectiva más pesimista, en la visión más optimista la pérdida rondaría las 200.000 a 300.000 hectáreas, según Miralles. Esto porque en algunas zonas el agua podría retirarse antes dando lugar a una recuperación de parte de los cultivos.

En su último informe, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que la superficie comprometida para el trigo asciende a 290.000 hectáreas. Esta entidad proyectó 3,7 millones de hectáreas sembradas, con lo cual supone en riesgo el 7,8% del total. Por su parte, ayer la Bolsa de Comercio de Rosario destacó, aunque para el sur de Santa Fe y el norte bonaerense, que "las zonas más complicadas por ahora están mejor de lo que se esperaba".

En declaraciones al sitio Sobre La Tierra (SLT), un servicio de prensa y divulgación científica y tecnología de la Fauba, Miralles recordó que el trigo tuvo un recorte del 50% en su área en los últimos diez años. Y dijo que para este año las perspectivas para el cereal son malas.

"Las perspectivas son pesimistas debido a que se combina la falta de incentivos para la siembra, como consecuencia de los cupos de exportación, un año con excesos hídricos y pronósticos de temperaturas mayores a las medias históricas. Todo esto sugiere que la potencialidad de los rendimientos se verá restringida", señaló al sitio SLT.

El especialista alertó, además, que la situación de anegamiento más crítica podría darse en septiembre y octubre, en el momento de floración, si se cumple el pronóstico de más lluvias copiosas a causa del fenómeno climático El Niño. De acuerdo con Miralles, podría perder más potencial de rendimiento en el cultivo.

El escenario podría ser similar a 2012, que también derivó por un fenómeno similar en recortes en el rendimiento y una cosecha de apenas algo más de 8 millones de toneladas. Al año siguiente de esa cosecha, hubo tensión en el abastecimiento interno y subas de precios en el trigo, la harina y el pan.

Informe

En la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), recibieron decenas de llamadas y mails de socios que informaron pérdidas de sus cultivos en el área inundada en Buenos Aires.

"El problema está en la zona centro, donde los productores informan pérdidas del 20 al 30 por ciento", señaló Matías Ferreccio, presidente de Argentrigo. Según Ferreccio, hay entre 350.000 y 400.000 hectáreas con el cereal "encharcadas, en riesgo" de pérdida.

"De esa superficie, 200.000 hectáreas podrían perderse y el resto tener una menor producción", dijo el presidente de Argentrigo. Ferreccio negó que esto pueda implicar problemas de abastecimiento interno, ya que se alcanzaría una producción de nueve millones de toneladas.

Un escenario peligroso

La depresión del Salado, en el centro bonaerense, el norte provincial y el sur de Santa Fe son las regiones más complicadas por las inundaciones.

El exceso de agua produce muerte de raíces en las plantas de trigo por falta de oxígeno.

Sólo en el centro bonaerense los productores calculan mermas del 30% en la superficie que implantaron en sus campos