El Congreso de AAPRESID (Asociación Argentina de Siembra Directa) reunió en
Rosario a más de 4.500 técnicos, agrónomos y productores. Es una buena parte del
ejercito que año tras año produce las cosechas que luego se venden y aportan la
mayor inyección de recursos a la economía.
Luego de ganar varias batallas, la moral de ese ejercito ahora está por el
piso. Refugiados en una trinchera, estos soldados ni piensan en asomar la cabeza
esta campaña 2015/16, en la que se espera una fuerte reducción de las
inversiones del sector.
La reunión anual de AAPRESID es un termómetro ideal para medir el ánimo de
los empresarios agropecuarios, los que años atrás (la Mesa de Enlace había
realizado el cálculo en 2012) no dudaban en enterrar una inversión cercana a los
15.000 millones de dólares, porque luego la cosecha los recompensaría.
Hoy el escenario es completamente diferente: los precios de los granos se
redujeron 30% desde el año pasado, pero no pasó lo mismo con los costos de
producción. La FAO apuntó ayer que los granos están en sus niveles más bajos de
los últimos seis años.
En este escenario, los números proyectados para la cosecha 2015/16 no cierran
para una gran mayoría de los productores, muchos de los cuales ya vienen
endeudados de la campaña anterior. Pablo Adreani, consultor de Agripac, calculó
que el rojo actual del sector es de unos 3.500 millones de dólares,
especialmente en el norte del país. Los cheques sin fondo están a la orden del
día en todo el interior, resaltaron varias fuentes.
En este congreso tecnológico exponen muchas de las empresas de insumos y
servicios para el agro. En todas las firmas consultadas por Clarín prevén un año
de fuerte ajuste en los niveles de inversión de los productores, que repercutirá
en sus ventas. Hay negocios donde esta caída ya se padece: en Profer
til comentaban ayer que las ventas de fertilizantes retrocedieron 30% respecto
de los niveles que tenían en 2014.
Las podas en el gasto se pueden realizar en todos los rubros. En
agroquímicos, hay perspectiva de que las aplicaciones se reduzcan a los mínimos
indispensables, solo cuando surja un problema. En términos agronómicos, el
escenario es escalofriante, pues supondrá una mayor sojización en el país, con
casi 60% del área agrícola destinada al poroto.
La explicación es simple: la soja requiere una inversión por hectárea muy
inferior a la del maíz o la de otros cultivos. Por eso ya se está estimando una
reducción de 30 o 40% en la siembra de ese cultivo.
En este contexto, María “Pilu” Giraudo, la presidenta de AAPRESID, adoptó un
discurso mucho más político que en años anteriores.
“Me llama la atención que no se termine de tomar conciencia del problema. Son
cosas que nos llenan de impotencia”, confesó. Se refería a la falta de señales
desde el Gobierno a este sector, uno de los más dinámicos de la economía. La
productora añadió que su entidad “está disponible a trabajar con el Gobierno,
sea cual sea su ideología”, y avisó que “el 11 de diciembre estaremos golpeando
las puertas del Estado para pedir un espacio de trabajo”.
Para Giraudo, “hay medidas de corto plazo que se pueden tomar en diez días porque son de sentido común”. Se refería a la posibilidad de devolver algo de rentabilidad al productor bajando las alícuotas de las retenciones, que en el caso de los cereales se llevan de 20 a 24% del valor bruto de la cosecha.