Son no sólo "los que se animaron a volver a Angola", sino los creadores de una suerte de Expoagro africana: "Expo Menongue2015", un ambicioso proyecto que va más allá de hacer una muestra estática, una dinámica y conferencias a cargo de expertos en diferentes temas. La iniciativa, que comenzará el próximo jueves y se extenderá hasta el sábado, incluye la apertura de un concesionario argentino permanente en el que además de máquinas y repuestos, se brindará capacitación y asistencia técnica. Es la conquista de África.
El grupo no hizo más que lo que a diario hacen quienes están en el campo: sembrar y después de un tiempo de esfuerzo y trabajo, cosechar los frutos. Pero el antecedente de la misión oficial organizada en 2012 por Guillermo Moreno -incluyó entre sus participantes a representantes de la feria La Salada y el papelón de una cosechadora que se vendió pero nunca funcionó- resquebrajó la imagen y la confianza entre ambos países.
"La idea comenzó a gestarse cuando en enero pasado, en 9 de Julio, recibimos a un grupo de empresarios angoleños y la gente de Yomel organizó una muestra dinámica", cuenta Silvio Brissio, directora de Agroland y alma mater de la iniciativa.
¿Cómo superaron la desconfianza y la falta de cultura de trabajo en equipo que caracteriza a las firmas argentinas? Aunque no apelaron a la figura de un consorcio de exportación, representantes de Apache, Pauni, Vassalli, Cestari, Pulqui, Yomel, Peón, Cassina, Montenegro y Giorgi establecieron con Agroland -que al mismo tiempo se asoció con una empresa angoleña- una suerte de convenio "de espíritu cooperativista", según explica Brissio, que establece, por ejemplo, que cada empresa viajará con algún producto que no compita con el resto. "Esto no es un proyecto comercial, es una apuesta a largo plazo en la que el principal esfuerzo no es para vender una cosechadora sino para establecer lazos de confianza que permitan mantener una relación en el tiempo, y en la que todo lo relacionado con la capacitación ocupa un lugar central", agrega. Para evitar los malentendidos del pasado, el grupo dispuso que sólo exhibirían en la muestra máquinas que se hubieran vendido antes (hasta hoy concretaron exportaciones por alrededor de tres millones de dólares).
Varias de las empresas que forman parte de esta movida participaron también de la misión organizada por el Gobierno, como Apache. "Son dos cosas muy diferentes. Lo anterior fue un convenio entre países; ahora los protagonistas son empresas del sector privado", explicó Fernando Porcel, director de exportaciones de la firma.
Aunque en Apache tienen más de 40 años de experiencia exportadora, Porcel aclara que "es clave conocer el mercado africano; para producir allá es necesario un proceso de docencia. Potencialmente es muy productivo, rico en recursos naturales y buenos suelos pero que requiere de conocimiento para romper las barreras que nos separan".
Carlos Cipollatti, de Electrificadores Peón (fábrica electrificadores rurales e inmovilizadores de ganado en Sunchales), contó que aunque la primera experiencia con el comercio internacional fue en 1995 y con el paso del tiempo llegaron a vender 45% de su producción, hoy esa cifra se redujo a 5%. ¿Por qué? Aumento de los costos internos y un tipo de cambio desfavorable, responde. Y señala que la estocada final la dio el cepo cambiario. "El 99% de nuestros insumos son importados. Para algunos hay variantes locales pero son de menor calidad y más costosos. Por ejemplo, los paneles solares acá cuestan 40% más que afuera."
Gustavo Montu, de Molinos Cassina (hace 35 años que fabrican molinos de viento para extracción de agua en San Justo, Santa Fe) definió el camino de la exportación como "áspero". Con una capacidad de producción mensual de entre 40 y 50 molinos, decididos a salir al mundo, pusieron en marcha una escuela de molineros para contar con especialistas en montaje (una de las principales falencias cuando se cruza la frontera), pero los vaivenes económicos locales les jugaron una mala pasada: cuando la escuela empezó a dar sus frutos, la cotización del dólar hizo que ya no fuera rentable exportar.
John Adams, encargado de seleccionar los expertos que darán las charlas técnicas sobre agricultura y ganadería, y brindarán la capacitación- una decena de técnicos del Inta, Acrea y diferentes universidades, dijo que "la Argentina tiene mucho para aportar en estos temas y esta es una excelente vidriera".
Néstor Cestari irá en representación de la firma que nació hace 88 años en Colón, Buenos Aires. En 1994 debutaron en el comercio internacional con ventas a Paraguay, Bolivia, Uruguay y Chile. "Salimos a buscar nuevos mercados porque cuando te especializás en un implemento tenés que ampliarte", dijo.
Cestari contó que la producción promedio de la firma era de 600 unidades anuales, de las que exportaban el 20%. "Entre 2013 y 2014 llegamos a exportar el 50% del total, pero la situación interna y la devaluación del real hizo que hoy tengamos 75% de capacidad ociosa. Los inconvenientes no son de ahora, son cosas que se vienen acumulando desde 2008. Para subsistir se necesita flexibilidad y capacidad de adaptación", concluyó.
El grupo tiene en claro que la aventura empieza formalmente el jueves. Desean que éste sea sólo el primer capítulo.