Entretanto, hoy se mantendrá el bloqueo a la planta que la canadiense Saputo tiene en Rafaela, pero la medida se extenderá a las procesadoras de Williner en Bella Italia (cerca de Rafaela) y en Suardi, y a la planta de Verónica, en la misma localidad santafecina.
El tema fue eje de la reunión que productores agropecuarios, convocados por la Mesa de Enlace provincial, realizaron ayer a la vera de la ruta nacional 34, en Lehmann. "Se habló de la problemática dirigencial. Hay sectores muy relacionados con el gobierno nacional, con acuerdos con Atilra, que resolvieron tomar plantas a espaldas de los productores. Como ante este panorama todos toman el camino más corto, nadie sabe con quién ir", explicó a LA NACION el dirigente Gustavo Vionnet, de la Confederación de Asociaciones Rural de Santa Fe (Carsfe), de la Mesa de Enlace Provincial.
Según trascendió, durante la mañana decenas de tamberos, al no poder enviar su producción a planta, arrojaron la leche a los canales de la red de desagües. "No hay una idea acabada de cuánto se arrojó, pero estamos hablando de miles de litros de tambos que casi no tienen capacidad de cadena de frío", sostuvo un productor. Para Vionnet, por ahora no hay que esperar muchas novedades. "Pensamos que se impone una gestión del gobierno provincial convocando a las partes", sostuvo.
Como informó ayer este diario, la protesta se inició el domingo, con un bloqueo a la planta que la firma Saputo tiene en Rafaela. "Es hora de que el productor tome conciencia y se cambie la historia de la lechería en el país. No puede ser que sólo se quieran salvar los empresarios y al resto que a Dios lo ayude. Los 9000 productores que quedamos, tenemos que plantar bandera y luchar", alertó Daniel Oggero, de la comisión ejecutiva de la Asociación de Productores Lácteos de la Argentina (APLA), con sede en Suardi.
Al inicio del año los tamberos percibían 3,15 pesos (por litro retirado en tranquera). El 29 de diciembre de 2014, la industria anunció que bajaría el precio 24% en enero y 24% en febrero. Al final, ante varias amenazas, el litro de leche quedó fijado en 3,10 pesos. El Centro de la Industria Lechera (CIL) emitió un comunicado en el que señala que "debido a la profundidad de la crisis de la lechería internacional y sus implicancias locales en un sector que necesariamente exporta el 30% de su volumen, se hace imposible reconocer precios de materia prima que escapen a esta realidad sin que ello afecte la viabilidad de toda la actividad". La entidad rechazó los bloqueos y advirtió que no hacen más que agravar la crisis.