Lo realizan de manera orgánica como actividad complementaria en fincas tradicionales. Las tierras del departamento, a partir del intenso trabajo humano para domar el desierto, se transformaron en un oasis productivo donde florecen los más diversos frutos, que han sido los impulsores del crecimiento durante décadas. Pero nuestro suelo alberga otras potencialidades que lo hacen muy apto para plantaciones que, no siendo tradicionales, pueden encontrar un desarrollo considerable.
Es el caso del azafrán, una hierba valiosísima -siempre se dijo que a igual peso es más caro que el oro- que está siendo adaptada y ya cuenta con muchos productores que complementan en sus fincas los cultivos tradicionales con este apreciado manjar. Juan Carlos Landa, uno de los integrantes de la cooperativa de productores llamada Prosur, señaló a Diario San Rafael que "ya tuvimos dos cosecha, la última entre abril y mayo. Ahora hay un poco de producción, pero muchos prefieren dejar los bulbos y otros han cosechado. Arrancamos con 300 bulbos y hoy esa cifra se ha triplicado". A su vez, también señaló que "el producto es de altísima calidad, hay algunos productores de la provincia que ya están exportando, y el suelo es especial, tiene todas las condiciones para la producción".
De todos modos, los productores tienen en claro todavía que la actividad es complementaria de sus explotaciones tradicionales. "Hay un concepto, nadie va a vivir del azafrán porque exclusivamente tiene que trabajar el productor, es muy costoso y tiene mucha mano de obra. No podés poner gente a trabajar porque te sacan un poco y fuiste. Entonces queremos que sea complementario para un productor pequeño", agregó Landa.
Sobre el conocimiento que tuvieron que aplicar, señaló que "tuvimos el asesoramiento de ingenieros del Ministerio y cursos con el INTA de La Consulta, donde ya hace años que trabajan e incluso exportan azafrán, de una hectárea sacan cinco kilos". Parece nada, pero cinco kilos a precios de oro es una gran cantidad de ganancias. Al principio señaló Landa que consiguieron un subsidio provincial de 90 mil pesos para compra de bulbos, pero luego no tuvieron más apoyo.
Otro punto saliente es que el camino escogido es absolutamente orgánico, sin uso de agrotóxicos, como lo señala un informe de un programa oficial de calidad alimentaria, que define a los productores como "asociados con la finalidad de realizar cultivos de calidad y con agregado de valor, de diversificar la producción de sus fincas, intentado aportar sustentabilidad a los sistemas productivos de la región (…)estos productores que se encuentran en una etapa incipiente de producción de azafrán, los cuales han decidido producir de forma orgánica, no solo porque consideran apto al sistema, sino porque además el Oasis Sur de la provincia presenta excelentes condiciones agroclimáticas para desarrollar este tipo de actividades". Y agrega que "Casi la totalidad de los establecimientos cuenta con muy buenas condiciones de aislamiento respecto a las actividades realizadas por los vecinos, aislados de posibles fuentes de contaminación, en áreas libres de cultivos OGM (organismos genéticamente modificados)".
Vale decir que Argentina importa cerca de tres mil kilos anuales de azafrán que se usa en diversas cosas además de su caracter saborizante, por ejemplo para la fabricación del fernet, una bebida qeu tiene cada vez más adeptos, y también tiene usos en la industria medicinal.
Cuando todos hablan de "diversificar" la matriz productiva, estos agricultores encontraron un camino. Aún incipiente y complementario, pero quizás se puedan abrir nuevos rumbos.
Fuente: Diario San Rafael