El maíz también dio que hablar con súper rindes. En Isla Verde, provincia de Córdoba, el asesor Alejo Villar vio picos en el monitor de rendimiento de la cosechadora de 160 quintales. Fue con un híbrido Tijereta 626 MG RR, sembrado el 19 de septiembre. Tuvo doble fertilización con 150 kilos de urea por hectárea y 80 kilos de fosfato monoamónico por hectárea y 290 kilos de sol mix chorreado el 29 de octubre.

Según Villar, a diferencia de la soja, donde este año los lotes con napas altas fueron los que menos rindieron ante tantas lluvias, en maíz en cambio resultaron los que expresaron más rendimientos.

"La diferencia entre un lote y otro en maíz se basó únicamente en el peso de 1000 granos, ya que a la cosecha el promedio de plantas, espigas, hileras, etcétera, era el mismo", contó.

En Montes de Oca, Santa Fe, un campo alcanzó 140 quintales con el Pioneer 31A08 sembrado el 18 de septiembre a una densidad de 80.000 semillas por hectárea, según informó el asesor Guillermo Boni. "Como no es RR se planteó la estrategia de control de malezas mediante el uso de atrazina más acetoclor y glifosato que fueron aplicados en preemergencia. Al momento de la implantación se incorporó 60 kilos de nitrocomplex plus en la línea, y 125 kilos de urea al costado de la línea de siembra. En V6 se reforzó la nutrición del cultivo mediante el chorreado de fertilizante líquido, a razón de 115 kilos de N/ha", señaló.

En la localidad entrerriana de Isletas en un campo que asesora Illeana Gieco, un Pioneer 1979 dio 127 quintales, bien por encima de los 70 a 80 quintales del promedio histórico de la zona. Ese híbrido se fertilizó con 70 kilos de fosfato diamónico (PDA) y 100 kilos de urea.

Mientras tanto, en Alcorta, Santa Fe, la firma Jakas, Kokic, Ivancich SA (JKI SA) obtuvo 190 quintales. Marcó un récord. Lo hizo con un híbrido experimental de Nidera, empresa que tiene módulos de ensayos donde sus técnicos realizan análisis de los ambientes y trazan un plan de acción aplicando buenas prácticas para la agricultura, entre otras de manejo de nutrientes en base a índices del suelo, por ejemplo.

En el lote donde el maíz rindió 190 quintales, en los último siete años se buscó un balance de macroporos y microporos derivado de las aplicaciones de calcio y magnesio.

Y se sumó la incorporación de azufre con una dosis anual de 160 kilos por hectárea de una mezcla de calcio, magnesio y azufre. Luego hubo aportes de fósforo con una dosis de 150 kilos por hectárea de fosfato con cuotas de nitrógeno amoniacal y, posteriormente, el aporte de nitrógeno (250 kilos de urea por hectárea).

Paso a paso para el rinde

Ambientes

Los ambientes sin limitantes, con óptimas estructuras en el suelo, pudieron expresar con buenas lluvias todo su potencial

Genética

La genética de los híbridos permitió en algunas zonas superar los promedios históricos

Manejo

La fertilización colaboró para el alto rinde.