Si bien el mes de marzo comenzó insinuando la continuidad del patrón húmedo que produjo graves inundaciones en CB y SF, la oferta de agua tuvo una drástica moderación desde la cuarta jornada del mes pasado, ofreciendo algunos eventos remanentes sobre la zona crítica, pero lejos de los milimetrajes observados previamente y con una muy modesta contribución sobre ER, LP y BA.
La comparación de las precipitaciones registradas con los valores estadísticos (1973-2014), permite definir los desvíos (anomalías) y analizar en forma cualitativa y a gran escala el comportamiento de las lluvias de marzo. Claramente se destaca el corrimiento positivo sobre el centro de SF y las vecindades de CB, definido en aquellas primeras jornadas del mes. También es importante mencionar la sobreoferta de agua que se ha generalizado en vastos sectores semiáridos del país. Sin embargo, la mayor parte de la zona agrícola principal muestra desvíos negativos. Es más, si este mapa se confecciona considerando el mes comenzando el día 4, toda la región pampeana se presenta deficitaria de precipitaciones. Es decir, más allá de que luego de aquella fecha se concretaron algunos eventos pluviales, la sumatoria de milimetrajes ha sido muy modesta en las últimas cuatro semanas del mes. Entonces, si consideramos desde el 4 de marzo al 4 de abril, el color naranja toma toda la región pampeana, sin excepciones, claro gran parte de CB y SF, cuentan con un arrastre pluvial muy positivo.
El análisis de esta anomalía y su impacto necesariamente debe contextualizarse según la zona que se considere. Para toda la zona núcleo esta deficiencia pluvial no afectó en nada el rendimiento de los cultivos. Aquellos cultivares que aún no cerraban su ciclo, contaban con reservas sobradas que permitieron afrontar jornadas veraniegas sin limitantes hídricas. Superada la primera quincena, ya quedaban pocas sementeras con una demanda de agua que pudiera considerarse relevante. Al mismo tiempo los lotes más avanzados encontraban en este período seco y cálido condiciones más que favorables para la cosecha. Posiblemente el impacto negativo más importante de esta performance pluvial de marzo, se la lleven las zonas agrícolas ubicadas al sur del Salado bonaerense, limitando seriamente la performance de los cultivos de segunda y complicando el escenario para la resiembra de pasturas en la zona de invernada, principalmente en la cuenca baja de un río que presenta una fuerte disminución de su caudal, reflejo indudable de la performance pluvial del último cuatrimestre en la zona.
Dado que es la época en que la actividad de recolección está en plena efervescencia, esta situación hídrica pasa a segundo plano, es más, hasta resulta conveniente. El ingreso a los lotes, el transporte y el acopio de granos resulta altamente beneficiado por la persistencia de tiempo seco.
Amén de este punto que cuenta a favor, sería altamente satisfactorio que se concreten las lluvias previstas para la transición entre quincenas. La interrupción en la cosecha sería sólo temporaria y los lotes comenzarían a recomponer al menos en forma parcial su perfil de cara a la fina. No olvidemos que aquellas sementeras con intenciones de hacer trigo, abren su ventana de siembra en la segunda quincena de mayo en las zonas del norte. Es decir desde el miércoles próximo solo resta apenas un mes para lograr que la humedad vuelva a niveles adecuados (no estamos incluyendo zonas de CB o del oeste de SF). En este sentido ganan significancia los pronósticos que anticipan estas lluvias, principalmente como señal de cambio de patrón.
- Por CCA - exclusivo Agrositio
- Si desea obtener mas información sobre clima, haga click AQUI