Como novedad respecto al mercado mundial, debemos destacar las últimas estimaciones sobre la cosecha brasileña, ahora menor a lo pensado hace pocos días, a raíz del daño producido por la escasez de lluvias sufrida por buena parte del país desde enero.
En el vecino país, ya no se habla de 97 millones de toneladas. Muchos estiman tan sólo 94 ó 95 millones.
La firma Agroconsult, con sede en San Pablo, calcula una producción de 94,70 millones. No estima una menor cosecha menor a este volumen por el buen desempeño registrado en Rio Grande, Paraná y Matto Grosso que compensa las bajas sufridas en Minas Gerais y Goiás.
También Paraguay y Bolivia han tenido algunos problemas. Y Uruguay no ha recibido el volumen de lluvias ideal.
Respecto a los pronósticos de producción en nuestro país, habría que empezar a dudar que se cumplan. El Ministerio de Agricultura prevé una cosecha de 58 millones de toneladas. La pregunta es… ¿será así?
En vista de las arrolladoras precipitaciones sufridas en la parte norte de la región agrícola, con epicentro en Córdoba y Santa Fe, las dudas sobre producción crecen.
Se trata de una franja que recorre Córdoba y finaliza a orillas del Paraná en Santa Fe ha llovido cerca de 500 mm. Esta zona del país se aprecia muy comprometida.
A las excesivas lluvias del año pasado se suman ahora las precipitaciones de los últimos dos meses, con sus secuelas de caminos intransitables, napas elevadas y lagunas, charcos y falta de piso en los lotes de soja.
La humedad, también, tiene sus efectos negativos sobre cultivos susceptibles a enfermedades de final de ciclo. Y lo peor de todo: aumenta el temor a no contar con adecuado piso para la entrada de las máquinas trilladoras.
En el área núcleo, sobre todo en el sur, las condiciones de los cultivos son muy buenas porque las lluvias han sido, si bien acentuadas, mucho más moderadas. Los canales naturales han operado con cierta eficiencia, pero es difícil saber cómo evolucionarán cuando baje el agua de las zonas inundadas en busca del río Paraná.
El cuadro de la BCR es elocuente. Se refiere a las lluvias caídas desde el primer día del año.
Estos factores deberían actuar en favor de mejores precios.
Sin embargo, no sólo operan ellos. En un contexto de oferta en aumento por las expectativas favorables de siembra en EE.UU. también actúa, en dirección opuesta, la firmeza del dólar respecto a las principales monedas. A su vez, la depreciación del real de Brasil viene a echar nafta al fuego.
El dólar en Brasil sigue aumentando y roza ahora el pico de 3 reales. El contrato del dólar futuro para el mes de abril se aproxima a 3,010 reales.
¿Cuál de las fuerzas dominará?
La respuesta es un enigma. Importa mucho el devenir del clima en Sudamérica.
Daría la impresión de que los mercados del norte todavía no han tomado debida nota de la posibilidad de una visible caída en la producción de la Argentina. No es descabellado estimar 55 millones de toneladas en lugar de 58.
También habría que tomar en cuenta la posibilidad de que el dólar comience a recorrer un camino inverso una vez promediado el año.
Mientras tanto, el mercado de hoy continuó con la tónica de ayer. En el Mercado a Término de Rosario (ROFEX), el contrato de soja fábrica Marzo cotizó a $ 2.098.