El oficialismo tomó con moderada expectativa el acuerdo electoral entre Mauricio Macri y Elisa Carrió en momentos en los que para la Casa Rosada la única prioridad es encontrar la manera de salir de la crisis abierta por la conmocionante muerte del fiscal Alberto Nisman.
Desde el kirchnerismo evitaron la reacción directa, y desde los despachos oficiales coincidían ayer en que, en principio, la jugada electoral de Macri y Carrió no los perjudica, sino que hasta podría beneficiarlos. Hasta qué punto podrían verse favorecidos es la gran incógnita tanto para aquellos precandidatos más representativos del kirchnerismo como para el gobernador Daniel Scioli.
Desde ambos sectores sostienen que la pelea por el voto antikirchnerista se concentrará entre la nueva dupla y Sergio Massa, a quien perciben como el principal perjudicado del acuerdo para competir en una misma primaria que anteayer anunciaron Macri y Carrió.
Cuando la conmoción social está centrada en la misteriosa muerte de Nisman, en la Casa Rosada creen que el acuerdo incorpora un nuevo elemento de debate en la agenda pública que finalmente sume a la estrategia oficial de retomar la iniciativa tras el cimbronazo político que generó el desenlace del fiscal que había acusado a la presidenta Cristina Kirchner.
Pero más allá de la idea de poder superar lo antes posible la crisis abierta para el Gobierno, los candidatos del Frente para la Victoria consideran escaso el impacto del acuerdo entre Macri y Carrió en sus chances electorales, hoy mermadas a partir del caso Nisman.
"Ayuda a fraccionar el voto opositor y eso es favorable", reflexionó un dirigente del cristinismo. Esa misma opinión expresó Scioli en las últimas horas, cuando compartió con su equipo de trabajo la noticia del sorpresivo acuerdo electoral.
Por el momento, la evaluación puertas adentro del Gobierno es que el más perjudicado es Massa, que ahora deberá apurar un acuerdo con un sector del radicalismo. "Cuanto más se consoliden dos espacios opositores, más se beneficia el candidato del oficialismo", agregan desde el sciolismo. Es la misma lógica que históricamente aplicó el kirchnerismo en las elecciones presidenciales.
Incluso, en el Gobierno se esperanzan con que el sector que responde a Julio Cobos y Hermes Binner mantenga su espacio como alternativa presidencial, sumado a las críticas que ya hizo el senador Fernando "Pino" Solanas al acuerdo de su ex aliada con el líder de Pro.
En esa lógica, quedarían tres espacios diferenciados que disputarán el mismo voto en contra del kirchnerismo, dos de ellos, el de Massa y la dupla Macri-Carrió, mucho más consolidados para la elección general de octubre.
En sus charlas privadas, Scioli se mostró sorprendido, según contaron sus allegados, y consideró que no lo afecta. Su duda es si el pacto político queda solamente ahí o se extiende a otros sectores. Él cree que Massa no entrará en esa primaria. "Salvo que tengan alguna otra carta guardada, no hay riesgos", confió a los suyos anteanoche, desde Mar del Plata, donde cerró la campaña veraniega.
Del otro lado, entre los candidatos del kirchnerismo, Florencio Randazzo mantiene su expectativa de darle pelea al gobernador y en su entorno también argumentaron que la dupla entre Macri y Carrió obliga a Massa a reposicionarse. "Pelean por el mismo mercado opositor", reflexionó uno de sus colaboradores.
De todas maneras, en el oficialismo, la única prioridad es sobrellevar el caso Nisman, que ya impactó negativamente en el Gobierno, según marcan las encuestas.
Consciente de esa situación, Scioli intentará esta semana retomar su agenda de gestión y se concentrará en el Operativo Escuela, su nuevo eje de campaña. Su prioridad es mostrar liderazgo, según reflejan sus colaboradores, y creen que el caso Nisman no lo perjudicará tanto como a los candidatos más cercanos a la Casa Rosada.
En el Gobierno están, de todas maneras, lejos de pensar en la campaña electoral inmediata tras el tembladeral que provocó la sospechosa muerte del fiscal que acusó a Cristina Kirchner.