La noticia de la muerte del fiscal Alberto Nisman sacudió a la opinión pública y la dejó inmersa en una conmoción que persiste hasta hoy. El hecho tiene en el gobierno nacional, y en Cristina Kirchner en particular, a los actores que saldrán más afectados en su imagen, según plantearon cinco encuestadores y analistas políticos consultados por LA NACION.
Graciela Römer, consultora política y directora de Graciela Römer & Asociados; Mariel Fornoni, directora de Management & Fit; Alejandro Catterberg, director de Poliarquía; Mario Riorda, especialista en comunicación política, y Jorge Giacobbe, consultor y director de Giacobbe & Asociados, no dudaron al marcar el duro impacto que la muerte del fiscal tiene sobre la imagen del Gobierno.
"El caso Nisman tiene impacto sobre el Gobierno; hoy, el oficialismo está bajo sospecha, existe un vaciamiento de la palabra que afecta la credibilidad del discurso del Poder Ejecutivo", analizó Römer. "A partir de la muerte del fiscal, hay un punto de inflexión. La inseguridad y el desempleo marcaban la agenda de demandas sociales; ahora, la impunidad, la corrupción y la Justicia van a empezar a tallar más fuerte en la opinión pública", completó la socióloga.
Fornoni opinó con datos recabados por su consultora, que marcan que el 84% de los consultados en una encuesta cree que el caso repercute en la imagen pública de la Presidenta. "Esa encuesta la hicimos el día siguiente de que se conociera la muerte del fiscal; hoy sería mucho peor el resultado para la Presidenta", subrayó Fornoni. Estimó que "para la sociedad será un antes y un después, un momento de quiebre. Hay un miedo por no saber quién se hace cargo, somos paternalistas".
La cadena nacional de Cristina Kirchner tiene un objetivo definido para Fornoni. "Buscó disolver el problema, correr el eje de la discusión con la propuesta de modificar el área de inteligencia y, más tarde, con la difusión de su candidato para reemplazar a Eugenio Zaffaroni en la Corte. El Gobierno retoma la iniciativa y mantiene a la oposición preocupada por reaccionar a la agenda que impone Cristina", consideró.
La directora de Management & Fit arriesgó un escenario electoral marcado por la muerte del fiscal de la causa AMIA. "A priori, si este hecho fortalece la demanda de cambio, afectaría a Scioli y a Massa. El beneficiado sería Macri", planteó.
Para Catterberg, la onda expansiva del caso excede a la Presidenta. "Produce un impacto negativo para la Argentina, que irá más allá de lo que queda de la gestión kirchnerista. Aumenta la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones, incrementa la anomia social y la sensación de desprotección del Estado y de ausencia de justicia. Internacionalmente, el país agrega una mancha más a los juicios y prejuicios de los dirigentes e inversores", afirmó.
Tiempo de elecciones
El año electoral es otro factor para tener en cuenta en el análisis. "El Gobierno debe decidir si recorrerá los últimos meses de su gestión radicalizando su discurso o si cederá en algunas de sus batallas, para que la transición sea lo más ordenada posible", reflexionó el director de Poliarquía.
"El tema ha impactado porque su nivel de instalación en la ciudadanía es total y con encuadre adverso para el Gobierno", aseveró, en tanto, Riorda. Sin embargo, no descarta un contraataque del kirchnerismo.
En esta reacción que plantea Riorda se enmarca la aparición de Cristina en la cadena nacional. "Implicó un acto de comunicación política para revertir un fuerte encuadre negativo inicial", argumentó. Según el especialista, "suponiendo que [la muerte de Nisman] afecta al Gobierno, no quiere decir que represente una mejoría para la oposición".
Giacobbe señaló: "Las primeras mediciones son contundentes y marcan fuertes consecuencias para el Gobierno. Y existen porciones de la población que eran kirchneristas y afirman que, ahora, no votarían nuevamente al Gobierno". El consultor afirmó que "hay mediciones que indican que porciones importantes de la opinión pública creen que fue un asesinato. Si esto se comprueba definitivamente, no sé con qué autoridad moral podría seguir el Gobierno. Es un caso de proporciones similares al de Kosteki y Santillán".
Según Giacobbe, "el Gobierno se da cuenta de que se está disolviendo su valor en la opinión pública. La cadena implica presencia y discurso fuerte, para intentar evitar esa disolución". El analista rescató que "desde el punto de vista del marketing político, lo que hace la Presidenta es correcto. Tiene que generar acciones para tratar de mantener la rienda".