El gobierno de Cristina Kirchner eligió la pelea política para defenderse de las críticas por la sospechosa muerte del fiscal del caso AMIA Alberto Nisman. Los principales funcionarios profundizaron ayer sus ataques contra Diego Lagomarsino, de quien dicen sospechar por la muerte del fiscal, y lo acusaron de mentir en sus declaraciones públicas de anteayer, cuando explicó ante la prensa por qué le prestó a Nisman su pistola calibre 22 con la cual luego apareció muerto el fiscal.
Por un lado, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, calificó de "gran invento" la conferencia de prensa de anteayer de Lagomarsino. "Si uno escucha con atención, la inconsistencia de sus declaraciones se van motorizando segundo a segundo", aseguró el funcionario.
Según confiaron a LA NACION altas fuentes de la Casa Rosada, Cristina Kirchner está convencida de que Lagomarsino miente al decir que "Nisman les tenía miedo a su custodia". Según ella, sería la manera de desincriminarse por haberle prestado la pistola. Podría evitar una condena si demuestra que intentó ayudar a un amigo, y fiscal, desesperado. El acto de entregarle un arma a una persona sin permiso de portación es un delito que el Código Penal sanciona con uno a seis años de prisión.
Según el Gobierno, Lagomarsino puso un manto de sospecha sobre la custodia de Nisman, de la Policía Federal que responde al secretario de Seguridad, Sergio Berni, y ello tampoco cayó nada bien en Balcarce 50.
Por otra parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, atacó a Maximiliano Rusconi, el abogado defensor de Lagomarsino, el empleado informático de la fiscalía especial del caso AMIA. "Se refirió a la Presidenta en términos inapropiados. El abogado debe tener prudencia en los hechos públicos", dijo el ministro coordinador. Fernández y Capitanich hablaron en sus conferencias de prensa matutinas, ya habituales, en la Casa Rosada.
Capitanich contestó así a las críticas previas de Rusconi a la Presidenta. El abogado había respondido anteayer a las acusaciones de Cristina Kirchner contra su defendido, formuladas el lunes por cadena nacional. "Voy a sugerir que Cristina Fernández y Aníbal Fernández, ya que tienen tanta información, se presenten como testigos", expresó Rusconi en Radio Mitre. "Estoy indignado con este caso", añadió.
La Presidenta había vinculado el lunes último en su discurso por cadena a Lagomarsino con Nisman y con el Grupo Clarín. Señaló que tenían "una amistad íntima" y que el empleado informático tenía previsto tramitar su pasaporte el 14 de enero, justo el día en que el fiscal presentó su denuncia contra el Gobierno por encubrimiento a Irán en el atentado a la AMIA.
Con esos elementos, además de la entrega de la pistola, Cristina Kirchner transformó a Lagomarsino en el principal sospechoso. Luego Aníbal Fernández había acusado a Lagomarsino de "hacer servicios de inteligencia" durante las marchas de familiares de la tragedia de Cromagnon.
Una alta fuente del Gobierno dijo a LA NACION: "¿Cómo sabemos que Nisman le dijo a Lagomarsino que no confiaba en la custodia? Nisman está muerto y no puede confirmarlo. Lagomarsino miente para zafar de una condena por prestarle la pistola. Si demuestra que Nisman tenía temor de la custodia entonces zafa. Pero Nisman había pedido que no le tocaran la custodia y rechazó una oferta de Alejandra Gils Carbó (procuradora general de la Nación) para incrementarla. Nisman tenía todo el poder sobre su custodia y le decía que se fuera para que no interfirieran en su intimidad y que no avisara a la Policía Federal".
Por ese motivo, la Casa Rosada continuará con sus ataques a Lagomarsino y a su abogado defensor. En esa línea, Aníbal Fernández dijo ayer que la conferencia de prensa del empleado informático "parece que está armada de forma tal que lo que se diga lo dejará de la mejor manera parado a este señor".
El secretario general de la Presidencia se hizo eco de la denuncia del abogado José Iglesias, padre de una víctima de Cromagnon. "Quien dice que Lagomarsino iba a las marchas de Cromagnon y a la casa del doctor Iglesias es el propio Iglesias. Qué estaba haciendo (allí) tendrá que explicarlo Lagomarsino", dijo Fernández. Agregó que está dispuesto a declarar en la causa "si [la jueza] entiende que es necesario, oportuno y conveniente"