Por ahora, los fundamentos juegan en contra del precio de la soja.
En primer lugar, hay que destacar la fortaleza del dólar en término de las demás divisas. El dólar, en los últimos meses, ha caminado en suba.
EE.UU. muestra signos de un inesperado incremento en su PBI al mismo tiempo que genera expectativas de aumento en la tasa de interés.
Afortunadamente, la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen ha anunciado que por ahora, no se aumentará la tasa de interés. Por las dificultades económicas en algunas regiones del mundo, Yellen prometió seguir el monitoreo de la información antes de proceder a un aumento de las tasas. Recordemos que las tasas se encuentran en un bajísimo nivel que va de 0% a 0,25%.
El temor a que Rusia no pueda solucionar su actual crisis y la posibilidad de una mayor debilidad de la economía china, a lo que se suma la incertidumbre sobre las economías emergentes y de la U.E. no deberían presionar sobre las autoridades de la Reserva Federal para tomar decisiones de severidad financiera.
La fortaleza del dólar, en contraposición, implica la devaluación de las otras monedas. De esta forma, los países importadores de granos sufren un menor poder de adquisitivo de productos del exterior.
Otro elemento que sigue pateando en contra es el alicaído valor del petróleo. La baja es de cerca de 45 dólares por barril, desde mediados de año a la fecha.
Finalmente, no puede dejar de nombrarse el baldazo de agua helada derivada de la enorme oferta norteamericana de soja.
Por ello, fundamentalmente, las estimaciones sobre stocks finales en el mundo no dejan de sorprender por su extraordinaria magnitud.
El gran interrogante acá es el futuro de la demanda. Sobre todo la de China y otras economías emergentes.
La cuestión es que, más a mediano plazo, probablemente la baja del precio del petróleo incentive la demanda de la soja. Porque, merced a esta baja, los países importadores de petróleo dispondrán de mayor poder de compra de soja.
El caso de China es contundente. Porque el consumo de carne, producto que requiere del complejo sojero, sigue en ascenso. Cuando la gente se acostumbra a determinado nivel de alimentación, no la abandona fácilmente.
La demanda de combustibles líquidos del país asiático en 2014 llegaría a 11 millones de barriles diarios.
De esta forma, China se ubicaría, en breve, como primer importador de petróleo del mundo.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), organismo de estadística y de análisis sobre energía, estima que China desplazaría del primer lugar a EE.UU.
China es el segundo consumidor de petróleo del mundo. Y la EIA estima que pasaría a ser el primer importador mundial al finalizar el año 2014.
La baja del precio del combustible es una buena noticia para este gigante país.