La industria semillera está en alerta: como consecuencia de la pérdida de rentabilidad del campo, este año los productores compraron menos semillas fiscalizadas de soja y, en cambio, se volcaron a usar más semillas propias guardadas luego de la última cosecha.
El año pasado, 18 por ciento de la semilla que se utilizó para sembrar soja fue fiscalizado. Es decir, esa que los productores adquirieron a las empresas. Ahora, según estiman firmas agrupadas en la Asociación de Semilleros Argentinos (ASA), ese porcentaje bajará al 15 por ciento.
Para tener una dimensión de la semilla fiscalizada, de los 20 millones de hectáreas que se están sembrando con soja, tres millones corresponden a ese mercado.
"El motivo de la caída en la semilla fiscalizada tiene que ver con que no cierran los números del productor y, entonces, éste trata de achicar costos y comprar menos semillas", expresó a LA NACION Ricardo Pettinaroli, gerente de marketing de Don Mario, una de las compañías líderes en soja.
"Como el año viene complicado, el productor está comprando menos semilla fiscalizada, usa menos tecnología y emplea más semilla propia. Va a caer la semilla fiscalizada", coincidió otra fuente de la industria.
Según Pettinaroli, otro factor que puede haber influido en la performance de las ventas fue la complejidad que tuvo en un primer momento el sistema de pago de la regalía para el nuevo evento de soja que incorpora la resistencia a insectos, cuya tecnología es de Monsanto. "Había una complejidad que hizo también que se compraran menos semillas", afirmó.
Además del porcentaje de semilla fiscalizada, hay otro porcentaje en el mercado que es por regalía extendida, un sistema en el que el productor les paga un canon a las empresas cuando vuelve a sembrar una variedad que antes había adquirido.
En este punto también hay otro dato preocupante: hoy las empresas están terminando de cobrar estas regalías de la última campaña con una caída. Del 16 por ciento de regalía extendida en el mercado se está bajando a 14 por ciento. Peor aún se estima que retroceda otro escalón, a 13/14 por ciento, cuando, el año próximo, las compañías vuelvan a cobras las regalías.
Si se suma el 15 por ciento de semilla fiscalizada y el 14 por ciento de regalía extendida, se llega a que, este año, el mercado formal (fiscalizado más regalía extendida) representará un 29 por ciento del total sembrado. En la campaña anterior, el total se había ubicado en torno del 32 por ciento.
Al margen de lo que es el mercado fiscalizado y de regalía, el resto de la siembra se hace con semilla de uso propio del productor, algo permitido por la ley de semillas, y con la denominada "bolsa blanca", semilla que en cambio se comercializa de manera ilegal.
Inquietud en el sector
La ilegalidad es un aspecto que inquieta a las compañías del sector. De acuerdo con las estimaciones del especialista Gustavo Idígoras, de la consultora BIM, el mercado informal representa unos 1300 millones de dólares. En cambio, fuentes de la industria semillera señalan que el mercado fiscalizado y de regalías ronda los 180 millones.
Idígoras se refirió al momento actual de las empresas de la industria de semillas. "Está atravesando un año muy duro, te diría el peor en los últimos 10 años. No sólo vendieron menos, sino que, además, los productores compraron menos semillas fiscalizadas para reducir sus costos", analizó.
En los últimos años, a la industria también la afectó la baja en la superficie de trigo. Además, se sumó la caída en el área con maíz. Según proyecciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, en este cultivo se harían para grano comercial 570.000 hectáreas menos que el año pasado.
Empresas semilleras de primera línea recortaron sus dotaciones de personal ante la caída del área maicera. Se habla de unos 200 despidos en el último tiempo. "Hubo un recorte importante en el sector por distintos motivos, entre otros, por la situación del negocio", admitió otra fuente consultada.
Toda la industria semillera ocupa a unos 8000 trabajadores de manera directa y a otros 5700 indirectamente.
La crisis de este año tuvo además otra manifestación. A pesar del lanzamiento de la nueva soja transgénica, que incorpora la protección contra insectos, las ventas no fueron hasta el momento todo que se había esperado.
"Había bolsas para 1,2 millones de hectáreas, pero hasta ahora no se logró pasar la mitad del potencial", contó otra fuente del sector. Esta menor performance es otro de los factores que impactaron en la caída de la venta de semillas fiscalizadas.