Las dos condiciones deberían darse en forma conjunta y armónica: buenas políticas económicas y buenas empresas que actúen según lo debido. "En esto no se puede ser rengo; si hay desequilibrio, lo paga la sociedad con pobreza y desigualdad", dice Alfredo Davérède, presidente del Capítulo Argentino del Club de Roma, una organización no gubernamental que tiene su sede principal en Suiza, y que por estos días trabaja en hacer un aporte para que personas de poblaciones rurales de nuestro país accedan al agua de red.
Davérède, que es contador y tiene una amplia actividad en el mundo de las empresas, afirma que la sustentabilidad, tema fundamental del Club de Roma, tiene que ver con el ser humano "en su forma de relacionarse con la naturaleza y con los otros". Y agrega que la ONG se propone, con acciones como el Premio a la Creatividad Intelectual, alentar el pensamiento crítico sin miedo a lo nuevo y diferente "para superar modelos vigentes que pueden estar equivocados o ser obsoletos".
El Club de Roma nació en 1968 y se planteó la misión de reflexionar, desde un equipo interdisciplinario, sobre el posible impacto del crecimiento económico en el medio ambiente y en el futuro de la humanidad. Un grupo de investigadores del Massachusetts Institute of Technology tuvo a su cargo la realización de un estudio global, cuyos resultados se conocieron en 1972 en la publicación Los límites del crecimiento, que tuvo luego varias actualizaciones.
La visión actual de este grupo es que la fuerza de la realidad obliga a quienes toman decisiones a asumir una mayor responsabilidad. Sostienen que hoy se está ante el surgimiento de una nueva conducta moral, que implica una nueva relación con la naturaleza.
Una vuelta al concepto expresado en el primer párrafo de la nota: según el pensamiento del Club de Roma, mientras que los gobiernos deben crear las condiciones para incentivar las inversiones de las empresas y vigilar la calidad del accionar del sector privado, las compañías deben actuar como herramientas que articulen muchos elementos, para procurar hacer su aporte al bienestar social.
Pero las decisiones que guían la forma de hacer negocios, claro, dependen de personas y de ellas se espera una nueva sensibilidad. "Tengo experiencia empresarial y creo que quienes dirigimos empresas diluimos un poco nuestra responsabilidad cuando decimos que la empresa actúa con responsabilidad social; es como cuando se actúa en las comisiones, donde el accionar es más difuso. Yo invito a que cada funcionario empresario, cada directivo, piense en que él tiene en lo personal una responsabilidad civil y que una de sus obligaciones es preservar el medio ambiente", dice quien preside el capítulo argentino de la ONG, reabierto en 2006 tras unos años de una década y media de ausencia en el país.
El acceso a servicios básicos de la población y el desarrollo del uso de energías renovables son algunos de los temas que engloba el concepto de la sustentabilidad. "Hay comunidades enteras en las que niños y mujeres caminan 10 kilómetros diarios para obtener agua", dice Davérède. Y reflexiona: "La falta de calidad de vida en un número importante de habitantes condiciona sin dudas la posibilidad de desarrollo general de la sociedad".
Concierto del Agua
Con el objetivo de recaudar fondos para el Movimiento Agua y Juventud Argentina -que realiza obras para que 191 familias de tres parajes de la provincia de Santiago del Estero accedan a agua segura-, se realizará el Concierto del Agua, mañana a las 20.30. Será en el Teatro Colón y está organizado por el Club de Roma. Participarán los concertistas José Luis Merlín (guitarra) y Alexandra Syniakova (flauta) y el grupo MúsicaQuantica, integrado por músicos de diferentes provincias argentinas y de otros países latinoamericanos.