Con la estimación de un 16% de aumento en el volumen de la cosecha estadounidense –que lleva la cifra de 89 millones de toneladas de soja en 2013/14 hasta las casi 104 millones previstas para este ciclo– se perforó el piso de los 400 dólares durante el mes de agosto.
Para el analista Ricky Negri, esto creará graves dificultades para que los productores puedan mantener sus números en regla. “La encuesta de CREA hecha a 711 productores y a 180 asesores agrícolas indica que la cosa no pinta bien. La intención de financiamiento para 2014/15 ha crecido: 48% de las empresas van a financiar más del 40% de los costos de implantación”, señala Negri.
A la reducción de los precios se suma el alza de los costos, redundando en “una situación económica mucho peor que la del año pasado, que fue buena en términos de resultados físicos, pero con magros resultados económicos”, advierte Negri. “Con los valores y costos actuales, en el promedio del país, el margen proyectado es de 2,2 quintales menos que el año pasado, una situación que, claramente, tiene un impacto mucho mayor en las regiones más alejadas de los puertos, por la alta incidencia de los fletes”, agrega.
Sin embargo, los costos también atacan por otros flancos: “no sólo incide la inflación, sino también las malezas difíciles, cuyo control ha incrementado el gasto en herbicidas en 32 dólares más por hectárea en promedio entre todas las regiones. Incluso, hay muchas zonas que están en el orden de los 47 o 48 dólares adicionales”.
Dentro de este marco, los alquileres emularon parcialmente el movimiento hacia la baja respecto del año pasado, pero sin alcanzar a compensar la combinación del incremento de costos y la disminución de los precios. “Esto hace que el tema de los arrendamientos se mantenga muy frío por el momento, se están cerrando pocos contratos. En la mayor parte de las regiones se ha registrado que los alquileres bajaron un 5%, lo que no alcanza a compensar el aumento de la incertidumbre y los mayores costos”, apunta Negri.
La situación resulta aún más grave por la falta de alternativas más competitivas: “Los márgenes del maíz están peores que los de la soja, y los del girasol, si bien no han bajado tanto como los otros, tampoco le llega a los talones”.
En este contexto, según el analista, es esperable un área destinada a la soja parecida a la de la campaña pasada, pero con menos tecnología. “Las empresas van a tener que afinar mucho el lápiz para mantener la misma superficie agrícola que el año pasado. Sin embargo, esto no va a ser tarea fácil, porque incluso los dueños de los campos tendrán aumentos en los gastos corrientes y en la presión impositiva, por lo cual los arrendamientos no podrán bajar mucho tampoco”, señala.
Para Negri, los precios pueden no haber encontrado todavía su piso definitivo. “Siempre se puede seguir bajando, todo depende del volumen de la cosecha norteamericana”, finaliza