En la Argentina existen al menos 110 productos agroalimentarios que están "en peligro de extinción", según especialistas de la Facultad de Agronomía de la UBA. No se trata de una amenaza como la que acecha a miles de especies vegetales o animales. Estos alimentos agonizan porque no tienen demanda en los mercados y por lo tanto los productores se ven cada vez más desalentados a producirlos.
Los alimentos bajo riesgo son usualmente productos tradicionales generados en economías regionales, muchas veces por pequeños productores que enfrentan grandes dificultades para llegar a los mercados. A nivel global, una organización dedicada al rescate de este tipo de culturas productivas y gastronómicas, llamada SlowFood, está armando un cátálogo con este tipo de productos en peligro de extinción. Ya llevan detectados 1.875 casos y han encontrado una fórmula divertida para hacer conocer la problemática. Como aquellos animales en peligro que sobrevivieron en el Arca de Noé, aquí los suben a bordo del "Arca del Gusto". El catálogo compelto puede encontrarse en http://www.fondazioneslowfood.it/arca
El arrope de uvas, típico de las provincias del noroeste; el vino de la costa bonaerense; o el alfeñique, un derivado de la caña de azúcar característico de Tucumán, son algunos de los productos típicos de la Argentina que ya se han subido a esa Arca. Pero hay muchos más, como la aceituna de monte, el amaranto, la añapa, la cabra criolla del norte de Neuquén, muchas variedades de maíces y papas andinas, la granadilla, el mistol, el pulpo colorado del Chubut, la torta galesa o el yacón. Hasta la carne proveniente del ganado bovino criollo se considera en "peligro de extinción".
SlowFood (nombre antagónico a la cómida rápida o "fast food") trabaja para el rescate de ese tipo de productos porque considera que su pérdida "no sólo equivaldría a la desaparición de recursos alimenticios y económicos, sino también de una parte importante de la cultura que acumularon durante siglos los pueblos de diferentes regiones del país".
Varios docentes y alumnos de la Facultad de Agronomía se sumaron, desde aquí, a esta campaña. El grupo de investigación, coordinado por Hugo Cetrángolo, puso manos a la obra para identificar este tipo de alimentos hace tres años, a partir de la tesis de grado de Aldana Gatti, quien identificó 10 alimentos en peligro de extinción: la achojcha (una hortaliza), las frutas ajipa, tomate de monte, chirimoya y pitanga, los tubérculos ulluco y añu, el licor de yatay, el arrope de algarroba y la miel de abejas meliponas.
"Muchos materiales valiosos de nuestro país, cultivados en el pasado, se encuentran en riesgo de desaparecer como consecuencia del desplazamiento de las poblaciones rurales de las regiones marginales del noroeste y noreste a centros urbanos, donde se produce la pérdida de la identidad cultural y costumbres en el proceso de asimilación de los aborígenes en sociedades urbanas", afirmó Gatti.
Actualmente hay otros productos postulados para sumarse a la lista de 110 alimentos ya identificados. La porpia Facultad de Agronomía presentó tres frutas nativas de Misiones para su incorporación al Arca del Gusto: el maracuyá, la guayaba y la granadilla morada. Est investigación fue desarrollada por Valeria Casavola, también en su tesis para acceder al título de Ingeniera Agrónoma.