Tienen sangre fría y mucha audacia. ¿Cuál es entonces la diferencia entre los clavadistas extremos que se arrojan al mar desde La Quebrada, en Acapulco, México y los chacareros argentinos que enfrentan la próxima campaña de maíz?

Los márgenes brutos de hoy les indican que no hay suficiente agua para arrojarse. Según Aacrea en el 93% de los 249 distritos analizados, el maíz no es rentable. En NOA van a necesitar rendimientos 70% superiores al promedio de las últimas seis campañas para equiparar los gastos de producción. Lo trágico es que este trabajo se elaboró cuando el precio de cosecha era de 140 dólares por tonelada, precio para la posición de abril de 2015 en el Mercado a Término de Buenos Aires. No con los 130 dólares que cotiza en estos momentos. No hay agua para tirarse. Por eso algunos productores comenzaron a devolver bolsas de semilla de maíz. "La situación es mucho más grave de lo que se habla o de lo que se puede reconocer, estamos escondiendo la cabeza como el avestruz", se alarma el productor Patricio Watson.

La falta de agua para tirarse a invertir no es un problema exclusivo de los maiceros. El Gobierno esta empecinado en seguir aportando lo suyo como para agregarle más riesgo a cualquier inversión. Esta semana el Senado de la Nación dio media sanción al proyecto de reforma de la ley de Abastecimiento y la AFIP se descolgó con que ya no le basta la declaración jurada de la existencia de granos de los productores sino que ahora exige las coordenadas de GPS para localizar los silos bolsas en el campo. De esta forma, el kirchnerismo terminó de afinar dos herramientas para aumentar la intervención o directamente confiscar.

Volviendo a los dilemas de los chacareros-clavadistas, la ola salvadora que están esperando antes de hacer contacto con el agua no es otra cosa que una nueva devaluación del dólar oficial. La mayoría de los productores consultados cree que el Gobierno se encontrará obligado hacerlo antes de fin de año.

Esta expectativa se puede ver reforzada con algunas señales positivas que ocurrieron en el exterior. En el caso del maíz, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) todavía no se expidió si mantendrá la obligatoriedad de mezclar etanol en la nafta sólo en un 15%. En noviembre del año pasado los petroleros norteamericanos lograron el recorte y fue el primer año en que la producción de etanol cayó y permitió que las empresas petroleras no compren todo el etanol que decía la ley de 2007. Esta medida causó un gran impacto en la demanda de maíz, disimulado por los altos precios que tenía el cereal por la seca que sufrieron los farmers. "Hoy los petroleros están jugando al póker, mezclando etanol como si estuviera aprobado el recorte. Por eso es que si la EPA vuelve a la ley original va a haber un pico de demanda para cumplir con el volumen anual", afirma Martín Fraguío, director ejecutivo de Maizar. En definitiva, no se sabe si se mantiene el volumen previsto por la ley de 2007 de14,4 billones de galones de etanol o este se va a bajar a los 13 billones de galones que lograron el año pasado. Esta diferencia equivale a unas 15 o 20 millones de toneladas de maíz y según los especialistas el precio se vería afectado en un 10%.

Son señales a tener en cuenta aunque lo decisivo siga siendo el nivel de incertidumbre local. Sin estabilidad cada decisión de inversión tendrá el mismo nivel de riesgo que tirarse al vacío como los clavadistas de Acapulco.

RESUMEN

250

millones de dólares

Son los que ingresarán por compras de Rusia de lácteos argentinos en el 2014, según el CIL.