Cambiar la jurisdicción de pago no sólo afecta mucho los contratos, sino que será inaceptable -por voluntad o hasta por legislación- para muchos bonistas y significará un desacato absoluto a una sentencia norteamericana.
Pero nada cambiará hasta que el Congreso Nacional no sancione sin cambios -¿o con ellos?- el proyecto que decidió enviarle. Insólitamente, hay un gesto de buena voluntad que flexibiliza enormemente la posición argentina, incluido en el anuncio. Y es la de pagar a los tenedores del 7 por ciento de los bonos defaulteados que no aceptaron los canjes ya mismo como si hubieran accedido.
Este gesto de buena voluntad nunca se hizo antes y daría por tierra -todo depende del Congreso- con el famoso "cerrojo", que impide pagar a quienes no aceptaron los términos de la reestructuración.
Ese gesto, creen muchos especialistas, habría sido de enorme utilidad durante el proceso en el tribunal del juez Thomas Griesa. En cambio, el empecinamiento del Gobierno fue hábilmente utilizado por los abogados de los fondos buitre como muestra de "mala voluntad".
Cabe desear que haya lugar para la buena voluntad y que no se desencadene un desastre que repita en la realidad el final del colosal grotesco discepoleano Mateo, cuando el protagonista dice como suerte de responso a su suerte echada: "Ya era tiempo. ¡Y qué tarde es!"
Detalles
Los detalles legales que amenazan esta iniciativa son enormes. Hay tenedores de bonos, fondos que no tienen sumas pequeñas, que por las normas a las que están sometidos no pueden aceptar otras jurisdicciones o legislaciones que no sean las de Nueva York.
La Argentina acaba de firmar contratos con China para modernizar sus trenes. Otra tardía medida de una administración que lleva más de una década y llevó el gasto público al récord histórico. Pero si hay diferencias con los chinos, se dirimirán en arbitrajes en el exterior. En París, por ejemplo, y en inglés. El Gobierno no cree que eso vulnere la soberanía.
Aceleración
Si los bonistas que están cobrando no aceptaran las nuevas condiciones podrían declarar el default y pedir la "aceleración" de los bonos. Es decir, que les paguen todo, ahora.
La esperanza del éxito parece exigua, pero tal vez la Presidenta apuesta a arrinconar a la oposición con el lema "Patria o buitres".
La idea de conseguir financiamiento externo para moderar la estanflación, motorizar inversiones en el área energética y tener un final de mandato con indicadores económicos razonables parece cada vez más difícil.
¿Por qué alguien que hoy cobra en Nueva York, en Londres o en Tokio aceptará hacerlo en la Argentina, donde no sólo hay cepo cambiario, sino que además se prohíbe girar utilidades a algunas de las compañías más grandes del mundo?
Si los bonistas aceptan y eligen otro agente de pago, ¿algún banco importante aceptará ayudar a que se evada el cumplimiento de una sentencia de los Estados Unidos? Demasiada incertidumbre.
Dudas y preocupaciones
Nicolás Dujovne
Dujovne & asociados
"El proyecto amenaza con enterrar cualquier posibilidad de acuerdo a partir de enero"
Fausto Spotorno
Orlando Ferreres y asoc.
"El país va a tener un serio problema de divisas en 2015, algo que, con esto, se complica más"
Dante Sica
abeceb.com
"Es un endurecimiento de la posición del Gobierno. En el fondo, no se está acatando el fallo judicial de Griesa".