El maíz ya no es rentable. A pocos días de que comience la siembra, las condiciones actuales impactan negativamente sobre esta producción y su cadena de valor, con el riesgo de sufrir una caída en la inversión, la producción y el empleo que esta actividad genera, ya que en el 93% de los 249 distritos analizados el maíz no sería rentable.
Así surge de las estimaciones de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea). La caída del precio internacional del maíz, sumada a la excesiva presión impositiva que pesa sobre la producción agropecuaria -a nivel nacional, provincial y municipal- y la inflación llevarán a que este año el cultivo sea rentable -pero con un elevado riesgo- sólo en el 7% de los distritos donde se siembra maíz.
Hay regiones del país donde se van a necesitar rendimientos 70% superiores al promedio de las últimas 6 campañas para poder equiparar los gastos de producción de maíz con los ingresos. Ese es el caso del NOA. Mientras que en la mayor parte de los departamentos de Santa Fe, se requerirá un rendimiento 10% superior al del promedio histórico para cubrir los costos.
Este estudio comprobó que en muy pocas localidades –generalmente aquellas cercanas a los puertos o industrias- hay posibilidades de que sea viable con los rindes históricos del cultivo de maíz y con un precio de cosecha de 140 dólares por tonelada (precio para la posición de abril de 2015, en el Mercado a Término de Buenos Aires; ver mapa adjunto).
Desde la Comisión de Enlace, Aacrea, Aapresid y Maizar queremos recalcar que de continuar esta política de alta presión impositiva nacional que afecta a las empresas, y con el mantenimiento de los tributos y de las restricciones a la exportación, con el elevado riesgo comercial que esto conlleva, el maíz vivirá una situación similar a la que atravesó el trigo en las últimas dos campañas, recordadas como las dos peores siembras en 100 años. Esto traerá consecuencias socio-económicas muy negativas para las comunidades del interior de las provincias -donde el campo hace el 78% de su inversión- ya que la actividad y el empleo se verán fuertemente afectados.
La Argentina necesita salir del modelo de monocultivo de soja que deben desarrollar los productores por la intervención oficial en los mercados de cereales. Este sistema es técnicamente insostenible a largo plazo, está en juego la productividad de los suelos, y debe volverse a una rotación de cultivos. La inviabilidad económica del maíz no ayuda para ir hacia un modelo sustentable.
A días de la siembra, es imprescindible que se generen las condiciones necesarias para que se siembre maíz en una superficie considerable y para que no se repitan experiencias negativas ya vividas.