El referente de Los Grobo, Gustavo Grobocopatel sembró la semilla de un debate que se viene: el impacto de los agroquímicos y la necesidad de que empresarios e investigadores amplíen la mesa de diálogo. La intención es sumar a la ciudadanía de cara a los avances en biotecnología. Participaron investigadores, médicos, economistas, ingenieros agrónomos y una docente.
Bajo el lema “La Misión”, la tarde del miércoles generó un interesante debate sobre el impacto de la Agricultura en el Ambiente y la Salud Humana.
En continuidad con el panel llevado a cabo en el XVII Congreso Aapresid (2009), los disertantes debatieron sobre el impacto de los agroquímicos en la agricultura. Los efectos sobre la salud humana y el ambiente desde distintos ámbitos de la comunidad. “¿Qué misión tenemos para un desarrollo sustentable?”, se preguntaron los expositores en un debate que sigue abierto y cuyo desafío quedó sobre la mesa: “Habrá que sentarse en una mesa para consensuar con la sociedad civil”, dijo el ingeniero agrónomo y referente de Los Grobo, Gustavo Grobocopatel.
En el día del ingeniero agrónomo y del veterinario, Grobocopatel hablo como
“ambientalista” y destacó que existen y están en desarrollo nuevos agroquímicos
más amigables. La agenda de los empresarios debería tener presente conversar con
la sociedad civil. Sentó las bases para comunicar en conjunto con la sociedad
civil y expresar los puntos de vista diferentes sobre los aspectos ligados a la
salud y el medio ambiente.
“Como empresarios no tenemos que preocuparnos solamente por las consecuencias,
sino también de las causas que generan controversias con parte de la comunidad”.
Sergio Federovisky, biólogo y periodista ambiental, presidente de la Agencia Ambiental de La Plata, que acaba de editar “Argentina, de espaldas a la ecología” (Le Monde Diplomatique) habló del lugar que ocupa la tecnología. “Es una herramienta. No creo que sea ni enemiga ni tampoco endiosable. La participación colectiva, va a permitir respetar esa divergencia y tener la suficiente inteligencia para tomar decisiones que siempre van a molestar. Las decisiones siempre a alguna de las partes no convencen del todo”, expresó.
El periodista relató lo que sucedió en el barrio Ituzaingó de Córdoba, donde tras diez años de denuncias, los habitantes de ese sector de la ciudad -rodeado de campos de soja- lograron que la Justicia prohiba fumigar con agroquímicos cerca de zonas urbanas. Según expuso la justicia, de cinco mil habitantes, 200 tuvieron cáncer.
Gustavo Grobocopatel (Los Grobo), mencionó los alcances del rol del Estado, que tiene que ver con la capacitación, comunicación, regulación. “Hay una inmensa mayoría de gente que se asusta por desconocimiento o por miedo. Esto debería abordarse con prevención y conocimiento científico. El peor de los caminos es descalificar sin conocer”, señaló.
En tanto, el doctor Daniel Gómez, jefe del Servicio de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba arrancó con varias frases polémicas: “En un país donde no hay seguridad no todos somos chorros. Sabemos que los agroquímicos no son agua bendita”, aunque reconoció no hay “algunas sustancias peores que no tienen tan mala prensa, porque quizás hay un desconocimiento silencioso”.
“Deberíamos analizar el verdadero asesino de la inteligencia o cómo se disparan en el ambiente todos los contaminantes”, dijo. El especialista señaló los efectos en el medio ambiente y los casos que se observan en el barrio de Ituzaingó. ”Cromo, arsénico y plomo en la contaminación en el agua”, relató Gómez.
“Hay un producto del que nadie habla y es el primer factor que de tan silencioso ni siquiera se tiene en cuenta como cancerígeno y yo diría que es el principal: Es el alcohol”, disparó Gómez, al frente del Servicio de Toxicología del Hospital de Urgencias de Córdoba.
También fue parte de esta charla, Gabriel Delgado, licenciado en Economía Agropecuaria desde 1997, máster en Finanzas en el CEMA (Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina) y Doctorado en Finanzas de esa Universidad.
En tanto, Rita Gardellini, fue quien ofició de representante de la voz de la calle. La escritora rosarina, docente investigadora y directora de escuela primaria estatal, planteo una pregunta sobre los riesgos de modificación del ambiente y se interrogó por el vaciamiento de los pueblos rurales. ”¿Podría el Estado invirtiendo más dinero generar más información y estudios sobre el impacto de los agroquímicos y por ende mejorar las condiciones medioambientales que producen?”. El debate quedó abierto y todos acordaron retomar el diálogo.
Cabe destacar, que moderó el debate, Gustavo Braier, licenciado en Economía Política egresado de la Universidad de Buenos Aires. Facultad de Ciencias Económicas y responsable de una Ong.