Entre 2011 y 2014, los precios de los campos agrícolas de los Estados Unidos, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia no dejaron de aumentar. Subieron entre un 50 y un 55% en el corn belt, en el cinturón productivo de estados como Iowa e Illinois, en los Estados Unidos. Pero también se incrementaron hasta un 50% en las mejores tierras de Paraguay, más de 30% en Uruguay, más de 25% en Bolivia y 11% en Brasil. En la Argentina, por el contrario, bajaron por lo menos 20 por ciento.

Mientras en los otros países la racha alcista continuó a la par de una demanda ávida por tierras, acompañó las commodities y las expectativas de una buena renta, en la Argentina, el cepo cambiario instaurado en 2011, las restricciones para girar divisas, la ley de tierras, que limitó la tenencia por parte de extranjeros, y la pérdida de rentabilidad del negocio por volverse más riesgoso y con alta presión impositiva, hicieron caer la actividad y los precios. En fin, el país se desacopló de una tendencia global.

Pero hay una coincidencia casi unánime entre los especialistas del mercado inmobiliario rural local de que la recuperación tiene una fecha: 2015, con un nuevo gobierno que asuma con señales amigables para la inversión. Algunos arriesgan que el repunte podría adelantarse si entre algunos compradores primara una lógica de aprovechar la baja. "Si el próximo gobierno da señales de que va a estimular a los productores incentivándolos a continuar invirtiendo en la producción, por un lado, y por el otro, si produce un sinceramiento y apertura del sistema cambiario, seguramente el mercado de tierras se activará", dijo Claudio Mejía, director de Compañía Argentina de Tierras (CAT).

Juan José Madero, director de la división campos de L.J. Ramos Brokers Inmobiliarios, indicó que habrá un efecto positivo si se afrontan distorsiones como el cepo, la intervención en los mercados y la ley de tierras.

"Cualquier política que implemente un nuevo gobierno en el sentido de atemperar o eliminar estas cuestiones, sin dudas impactarán en un mejor ambiente de negocios en general y en el sector agropecuario en particular, por lo que sería esperable una recuperación de los valores en el mediano plazo", explicó Madero.

Agustín De Elizalde, de la firma Elizalde, Garrahan & Cía, apunta a la ley de tierras. "Reviendo la ley de inversiones extranjeras, que necesita un cambio que contemple menores restricciones, se tendría que reactivar fuertemente la demanda de tierras", apuntó.

La ley fijó en 1000 hectáreas la tenencia de extranjeros en la zona núcleo. Todas las provincias debían presentar equivalencias, pero hasta el momento lo hicieron Misiones, Tierra del Fuego, Tucumán, Mendoza, Río Negro, Formosa, La Pampa y San Luis. Ni Córdoba, ni Santa Fe ni Buenos Aires, las principales provincias, lo han hecho.

"Las tierras en manos de extranjeros son apenas el 6% de la superficie continental. El hecho de que no esté completa la lista de provincias con las equivalencias hechas no es el motivo de peso para limitar las inversiones. La ley en sí misma y la normativa reglamentaria sí lo son. De todas formas resulta sorprendente y hasta contradictorio que después de dos años de promulgada falten presentar sus equivalencias 14 provincias, entre ellas las de mayor peso productivo con alrededor de 24 millones de hectáreas", indicó Mejía.

Esperanzas

Federico Nordheimer, de la inmobiliaria que lleva su apellido, prevé una recuperación de los precios, aunque no de manera explosiva.

"Estimo que los precios a partir de 2015 van a tender a subir. No sé si bruscamente o paulatinamente. No creo que los aumentos den un salto abrupto de un día para el otro. Va a depender de cómo se acomoda el sector agropecuario y el país, si los márgenes mejoran", dijo.

Opinó que si en otros países los precios aumentaron es porque la renta fue mayor. Sostiene que no es posible que en el tiempo pueda sostenerse un escenario de disparidad entre la Argentina y naciones vecinas. "Recordemos que las condiciones de producción en la Argentina, por clima y suelo, superan a sus países vecinos", precisó.

Mariano Maurette, de la división campos de Alzaga Unzué & Cía, subrayó que por las medidas que se tomaron en el país "el daño causado en los mercados inmobiliarios fue tremendo". Pero aguarda aires de cambio. "Nuestra visión es claramente optimista. Inclusive podría darse antes de 2015, o bien dependerá de cómo evolucionen las encuestas y el clima preelectoral. Para muchos, está casi descartado que ningún gobierno que reemplace a éste será tan hostil e indiferente a la problemática del campo", afirmó.

Según Maurette, hay inversores que intuyen que podrían aprovecharse las bajas antes de que llegue un nuevo ciclo donde no se descartan alzas.

Marcos Lanusse, consultor, cree que lo que pueda ocurrir con el sector estará vinculado con las decisiones políticas que se tomen luego de 2015. "Resulta difícil especular sobre el futuro de la Argentina. Afuera se nota la expectativa por lo que se puede hacer si es que un nuevo gobierno ofrece a los inversores extranjeros seguridad jurídica, previsibilidad y posibilidad de girar sus ganancias al exterior. Si las condiciones se dan, también puede venir una fuerte inversión al sector", remarcó.

Lanusse también se inclina por modificar la ley de tierras. "Se partió desde una buena intención cuando se pensó en legislar el tema, pero luego, lamentablemente, las cosas no salieron como muchos esperaban", dijo, y concluyó: "En definitiva, creo que lo que pase con nuestro país a partir de 2015 será principalmente una decisión política del gobierno que le toque asumir".