Sabemos de que se trata
La prudencia ha sido desde siempre considerada una virtud superior.
Revela dominio del impulso y aptitud para la reflexión.
Pero, cuando la prudencia se convierte en inacción, se transforma en cobardía.
Nosotros estamos siguiendo ese camino. Estamos convirtiendo esa convicción en un
compromiso con la Argentina, y con nuestros productores agropecuarios.
Prudencia, moderación, responsabilidad, por supuesto. Siempre.
Cobardía, silencio, complicidad, no. Ni ahora, ni nunca.
Es esta conviccion la que nos permite llevar a cabo nuestra siembra todos los
dias.
Nos mantuvimos de pie. Resistimos el atropello autoritario. Hemos logrado
superar todas las tormentas. Las que desata el gobierno y las que desata el
cielo. Las inundaciones, la sequía real y el desprecio absoluto por el diálogo.
Pese a todas las zancadillas, hoy podemos decir que el campo argentino mantiene
su frente alta, orgulloso de ser el más competitivo del mundo, pese a los palos
en la rueda de quienes no conocen ni quieren conocer la revolucion tecnologica
en la que estamos embarcados y han hecho de la ignorancia una practica politica.
Con responsabilidad, seguimos trabajando.
Sería fácil hacer leña del árbol caído en el ocaso de un gobierno que terminara
su gestion dentro de dieciseis meses. Sería fácil echar nafta al fuego. Siempre
es mas sencillo destruir que construir.
Derribar es cuestión de minutos. Edificar exige tiempo y sudor. En nuestras
raíces y en nuestra sangre, está metido el valor del esfuerzo y de la paciencia
que nos enseñaron nuestros padres. Si nos gustaran los facilismos, no seríamos
productores agropecuarios.
Por eso siempre apostamos a crear, no a destruir. Producimos alimentos. Creamos
vida, nada más y nada menos. No somos los unicos que lo hacen pero somos parte
escencial de esa labor indispensable.
El mundo nos enseña que se puede lograr una buena articulación entre lo
público y lo privado. Para el bien de todos. Para el crecimiento colectivo.
Queremos una Argentina generosa donde abunde el alimento, la educación de
excelencia, la libertad, la seguridad ciudadana y la justicia para todos.
Esa es nuestra utopía, es decir el sueño hacia el que nos encaminamos día tras
día dandole realidad con nuestra marcha.
Estamos dispuestos a poner el hombro y a cargar sobre la espalda lo que haya
que cargar para ayudar a que este país tenga un futuro apasionante: Uno futuro
federal, un futuro donde el delito deje de existir tanto en las ciudades como en
el campo y desaparezca la inseguridad.
Un futuro donde educar no solo signifique unicamente capacitar para el desempeño
profesional, sino también capacitar para la responsabilidad ciudadana y la
solidaridad social.
La escuela pública supo hacerlo. Recuperarla equivale a recuperar otra calidad
de convivencia para los argentinos.
Un futuro donde contemos con políticas diferenciadas para pequeños productores.
Capaz de promover su arraigo y asegurar su vida en familia.
No somos soberbios: sabemos aprender de nuestros errores. Tampoco somos
cobardes: nadie va a desviarnos de nuestra misión.
Insisto: No nos jactamos de tener algo que enseñar: Pero si algo podemos
demostrar es que sabemos aprender del mundo, de la ciencia, de la técnica y de
nuestra propia historia.
No caímos en la trampa de la provocación. No pudieron aislarnos.
Hoy estamos todos juntos y mas que juntos unidos, tirando para el mismo lado. La
Mesa de Enlace es un ejemplo invicto de convivencia en la diversidad. En ella
cada uno defiende con pasión lo que piensa, pero pone por encima el interés de
todos.
Con la Mesa de Enlace y junto a los trabajadores rurales, seguiremos empeñados
en recuperar el Renatre, ejemplo de convivencia entre trabajadores y
productores.
También tendimos puentes de confianza hacia todos los empresarios. Hemos
integrado el Foro de Convergencia Empresaria, ese esfuerzo tan auspicioso que
viene a demostrar que no hay desarrollo real sin ciudadanía.
Y ya sabemos cuáles son las Políticas de Estado para que, gobierne quien
gobierne, tengamos el marco institucional que nos contenga a todos y permita
encauzar el potencial productivo del país.
Necesitamos entonces el compromiso de las fuerzas políticas, tanto de las que
sean en el futuro oficialistas u opositoras.
Unas y otras deberan mantener a lo largo del tiempo la vigencia de esas
Políticas de Estado.
Sin vacilaciones ni claudicaciones.
Seguimos trabajando.
Sabemos que la inmensa mayoría de los argentinos quiere sumar. Sabemos que son
minorías las que nos quieren dividir. Y hay que decirlo una vez más y en voz
alta: no lo han logrado ni lo van a lograr.
Quedo demostrado: la lógica del gobierno actual no funciona: el insulto, el
prejuicio, la intolerancia, la soberbia de creer que se puede saberlo todo sin
tomar en cuenta a los que no piensan como uno.
Si se sigue aplicando lo que no funciona, no podemos esperar resultados
diferentes.
No se afianzara el federalismo.
No habra sustentabilidad.
No habra empleo digno ni desarrollo armonico de las provincias.
Prosperara en cambio el narcotrafico.
La inseguridad seguira cosechando victimas.
Seguiran estancados nuestros ferrocarriles.
La corrupcion seguira riendose en nuestra cara.
Se extendera el desarraigo de quienes no pueden vivir en su propio suelo y el
miedo podra mas que la alegria de ser Argentino.
Es hora de probar con lo Nuevo, que es tan viejo como el mundo: animemonos a
descartar lo que no funciona. Tengamos el coraje de la innovación. Decidamonos a
aplicar el sentido común y garantizar la seguridad juridica. Entonces lloveran
miles de inversiones en el suelo fértil de toda la patria.
En este momento, el gobierno se enfrenta a algo a lo que no puede escapar: el
momento del balance.
Hagamos memoria.
Diez millones de cabezas menos.
14 mil ganaderos menos.
135 frigoríficos menos.
15 mil empleados del gremio de la carne menos.
7 años de incumplimiento de la cuota Hilton, que nos han hecho caer del tercero
al décimo tercer puesto en exportaciones de carne.
Seguimos produciendo la misma cantidad de leche que en 1999, pero siete mil
tambos han desaparecido. Mientras tanto, todos nuestros competidores aumentaron
su producción.
Producimos un 40 por ciento menos de lana. Eso significa 20 millones de kilos
menos por año. Detrás de cada oveja hay un ovejero, y detrás de cada ovejero hay
una familia. Un tercio de nuestro territorio depende de la oveja. La oveja
significa soberanía, y hoy, en Santa Cruz, por falta de rentabilidad, hay 600
establecimientos ovejeros menos. O 600 campos abandonados, que es lo mismo.
El mismo panorama desolador reina en la producción de algodón, en la de
aceituna y aceite de oliva, y en tantos otros sectores.
No solo el maiz y el trigo; hasta la soja deja de ser rentable a medida que
nos alejamos de los puertos. Ha caído el precio internacional, es verdad. Pero
el gobierno, en vez de respaldar a la producción, ha seguido ahogandonos a
través de las retenciones. Politica irracional y destructora, concepto absurdo
de poder que se funda en la siembra de esterilidad.
La intervención del Gobierno hizo que tuviéramos las dos peores siembras de
trigo en cien años. Hay dos grandes perdedores: los productores y los
consumidores. Y dos grandes ganadores, los que se cartelizaron, y los que
abusaron de su posición dominante en complicidad con el Gobierno. Quebraron la
competencia y la transparencia de los mercados. Y así nos fue a todos los que no
optamos por la fiesta de la destruccion.
Solo en concepto de retenciones a los granos, el gobierno recaudó 76 mil
millones de dólares en diez años.
Se llenaron los bolsillos y recaudaron como nunca. Ningún Gobierno, desde el
retorno de la democracia, tuvo tanto poder y tanto dinero. Y sin embargo, no
soluciono ningún problema de fondo.
Despues de la supuesta decada ganada, el 90 por ciento de los caminos siguen
siendo de tierra y sin mantenimiento. y en el diez por ciento restante vivimos
esquivando pozos.
El populismo demagógico cree que todo se resuelve con algunos pesos y mucha
publicidad.
Este gobierno no quiere resolver los problemas de los más necesitados; se los
quiere sacar de encima y valerse de ellos como capital electoral.
No quiere transformar la realidad injusta porque apela al facilismo. No apuesta
al esfuerzo, a la educación de calidad. Este proyecto no tiene alma, no tiene
amor por la patria ni por los argentinos, no tiene en cuenta las personas, solo
le interesa la rentabilidad lograda mediante el fracaso de las mayorias.
Fue la década depredada. Depredaron los recursos del campo, las
reservas energéticas y las del Banco Central. Depredaron la credibilidad de las
estadísticas públicas. Y se extiende sobre todos nosotros la sombra de un nuevo
default, mientras nos dicen que la cuenta la pague el que sigue.
Sin embargo, y a pesar de todo, nada está perdido sin remedio.
Nuestra brújula es la necesidad de cambiar.
La esperanza es la fuerza espiritual que nos impulsa a no resignarnos; una
esperanza que construimos con propuestas y consensos.
No nos caracteriza la desorientacion ni el desanimo. Nos caracterizan la
imaginacion y la creacion de alternativas.
Ya sabemos perfectamente qué es lo que NO hay que hacer.
Por donde No hay que ir
Ahora queremos aportar a lo que Sí hay que hacer.
Queremos concretar el gran potencial que tenemos. Podemos producir alimentos
para mas de 700 millones de personas.
Ir hacia ese horizonte es decidirse a terminar con el hambre que humilla a
nuestro pais.
Para lograrlo, necesitamos políticas públicas adecuadas.
Un Estado en el que el poder esté al servicio de la ley y no la ley al servicio
del poder.
De aqui al año 2020, podemos pasar de 100 a 160 millones de toneladas de granos.
De 11 a 18 mil millones de litros de leche.
Podemos llegar a los 5 millones de toneladas de carne, sin un solo frigorífico
cerrado, sin un solo trabajador en la calle.
Podemos cosechar 20 millones de toneladas de trigo por año, 4 veces más de lo
que necesitamos para abastecer el consumo interno, podemos repoblar de ovejas la
Patagonia y generar decenas de miles de puestos de trabajo.
Por eso, por toda la República se extiende una convicción unanime: es urgente
cambiar el rumbo.
Con el campo en marcha, el país que viene no tendrá nada que ver con este.
Ya logramos el compromiso inicial de las principales fuerzas políticas con
voluntad de dialogo. Celebramos esas propuestas, y esperamos que pronto se
transformen en hechos concretos.
Responsabilidad, siempre; cobardía, nunca. Menos aún corrupción.
El corrupto es un hombre que se aprovecha del poder político o económico para
robar los dineros públicos, y para conspirar contra el orden democrático como
dice la Constitución Nacional. Eso es intolerable para todos que se levantan al
alba para trabajar y no para fabricar billetes o apropiarse de empresas ajenas.
Repetimos: faltan 16 meses.
Cuál es la propuesta del Gobierno para este último tramo?
Va a intentar solucionar con sentido común los mayores reclamos de la gente ? O
seguira empecinado en caminar a ciegas hacia el porvenir.
Sentimos angustia e inquietud por la inflación y la inseguridad que no paran.
Por el fantasma de un default que nadie quiere, y por la falta de
profesionalismo y de ética republicana de muchos funcionarios.
Que nadie mire para otro lado ni haga la plancha: en 16 meses se puede hacer
mucho bien, pero también se puede insistir en los desaciertos.
Seguimos trabajando.
Con responsabilidad y sin cobardía para hacernos cargo de la Argentina que
tenemos y edificar la Argentina que queremos. Nadie lo va a hacer por nosotros.
Vamos a fomentar la cosecha de valores, el arraigo a la tierra y el amor por
lo nuestro. La tradición pero también la innovación. La inversión y el
crecimiento. Trabajamos para nuestros hijos, por supuesto. Pero también
trabajamos para ver nosotros mismos los resultados de nuestro esfuerzo. Tal vez
no lleguemos adonde quisieramos llegar, pero nadie nos podrá acusar de no
encaminarnos con resolución hacia donde debemos ir.
Amigos: el campo es progreso y por eso progresista. El campo es industria,
construcción, comercio, servicios, infraestructura, y alimentos para todos.
El campo es semilla y locomotora del desarrollo.
El campo es cultura porque aporta conocimiento.
El campo es mucho más que el campo.
El campo somos todos.
El campo, es Argentina.