En su nueva editorial, el economista jefe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), perteneciente a la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, comentó que a mediados de la tercera semana de julio la oleaginosa marca US$ 436 por tonelada en el Mercado de Chicago para su posición de venta más cercana (agosto), perdiendo US$ 86 dólares respecto de mediados de junio. Un retroceso de 17% en 30 días”.
La baja en los precios internacionales resiente la generación de divisas de la soja (y sus productos derivados). Teniendo en cuenta lo que resta de comercializar del ciclo 2013/2014, la merma sería de entre US$ 1.500 y US$ 2.000 millones
Los nuevos precios externos ponen mucha presión sobre la campaña agrícola 2014/2015, que puede llegar a enfrentar el escenario externo menos favorable desde 2010. El precio de la soja a mayo 2015 se ubica en US$ 413 por tonelada en Chicago, que compara con un promedio de US$ 527 por tonelada para igual mes de los últimos 4 años
Una novedad poco afortunada para la economía del país se ha producido en las últimas semanas. Tiene que ver con lo sucedido en los mercados de commodities agrícolas y el fuerte retroceso de los precios de la soja y sus productos derivados en el Mercado de Chicago.
A mediados de la tercera semana de julio la oleaginosa marca US$ 436 por tonelada en el Mercado de Chicago para su posición de venta más cercana (agosto), perdiendo US$ 86 dólares respecto de la cotización de mediados de junio (un retroceso del 17% en 30 días). El aceite de soja, por su parte, se ubica en US$ 812 por tonelada, bajando US$ 60 dólares en el mismo período (7%), y la harina de soja en US$ 422 por tonelada, con un ajuste de US$ 87 dólares (17%)
En el caso del grano de soja los precios actuales no se veían desde enero del año 2012. El ajuste en las cotizaciones responde básicamente a una expectativa de mayor abundancia de porotos en el ciclo agrícola 2014/2015, anticipada por lo que sería una gran campaña en Estados Unidos. El Departamento de Agricultura del mencionado país (USDA en sus siglas en inglés) ha transmitido en su último informe que el área sembrada con soja ha sido récord y que los cultivos se encuentran en óptimas condiciones, lo que posibilitaría una excelente productividad media y volúmenes de producción récord.
El área sembrada con soja en USA ha llegado a 34,3 millones de hectáreas, creciendo en 3.4 millones de hectáreas respecto de lo sucedido en la campaña previa. Prácticamente toda esta superficie sería cosechada (99,1%), con un rinde medio proyectado por USDA de 3,04 toneladas por hectárea, que se ubica por encima de la media de las últimas 9 campañas (2,84 toneladas). Bajo estas consideraciones la producción se ubicaría en 103,4 millones de toneladas, 14 millones de toneladas por encima del ciclo 2013/2014 (15%).
Si se supone un escenario de rindes de 2,89 toneladas por hectárea (rinde mediano histórico), menor al que prevé actualmente el USDA, la producción de USA llegaría a 98,1 millones de toneladas, y se ubicaría de todos modos bastante por encima de la campaña previa (+9 millones de toneladas, +9,5%).
Bajo esta proyección de lo que podría suceder en USA y suponiendo valores normales para el resto de variables del mercado (demás productores de soja, consumidores), el USDA anticipa un crecimiento relevante en los stocks finales de soja, fundamento de mercado que tracciona los precios a la baja.
Para tener una mirada más abarcativa de la relativa abundancia de soja es interesante agregar las existencias finales de la oleaginosa con las del maíz, en función del elevado grado de competencia que existe entre estos granos por la tierra en los países productores líderes y también cierta sustituibilidad en el consumo. Si las existencias de uno de estos granos son escasas es de esperar que haya presión para recuperar volumen, que haya más asignación de tierras al grano escaso (redistribución), y que en este proceso quede inevitablemente afectada la producción del otro grano. Si las existencias de ambos granos son escasas la presión sobre el mercado y los precios será mayor dado que el esquema de redistribución de tierras no puede aplicarse y el reacomodamiento de las existencias requiere de mayor productividad, nuevas tierras a la producción y una demanda más contenida por los mayores precios.
En la última década las existencias conjuntas de soja y maíz se encuentran en niveles bajos, medidas en días de abastecimiento al consumo. En la década de los ’80 y ’90 los granos remanentes al final de cada campaña permitían abastecer entre 90 y 100 días de consumo, mientras que en buena parte de la década del ’00 estos valores bajaron a un rango de entre 65-70 días. La novedad es que en la campaña que se avecina (2014/2015) habría una recuperación significativa de los stocks conjuntos, continuando la tendencia iniciada hace dos campañas. Sobre la base de las proyecciones de USDA, las existencias cubrirían 80 días de consumo, la mayor cantidad de días de las últimas doce campañas.
En el mercado de Chicago existe una participación importante de actores no comerciales, agentes que no participan en la cadena de la soja, que no acuden al mercado de futuros en búsqueda de una cobertura, pero que compran y venden el poroto y/o sus derivados a los efectos de generar una ganancia financiera con estas operaciones. Estos actores especulan con los cambios posibles en los precios (toman posiciones de riesgo), por lo que usualmente se los conoce como “especuladores”. Su rol es clave dado que proveen de mucha liquidez al mercado, permitiendo que los actores comerciales puedan entrar y salir con mayor fluidez.
Existe la discusión respecto de si los fondos de especulación tienen influencia en la tendencia que siguen los precios. Hay quienes piensan que los fondos son capaces de generar un cambio de tendencia. Para otros, los fondos no son capaces de generar estos cambios, que tienen que ver con los fundamentos del mercado (escasez / abundancia relativa del producto), pero si tienen influencia en la velocidad y profundidad de los movimientos cíclicos de precios.
Más allá de esta discusión, un análisis simple del movimiento de los precios de la soja (posición más cercana) y la posición neta de los actores no comerciales (si se encuentran “comprados o vendidos” y en que magnitud), permite visualizar que la posición neta comprada de los fondos aumenta cuando el precio está subiendo y lo contrario ocurre cuando el precio está bajando. De hecho en las últimas semanas los fondos han disminuido notablemente su posición comprada (han salido a vender) y esto seguramente ha influido en la baja del precio de la soja, aunque no necesariamente signifique el “origen” o la “causa madre” de la baja, la que probablemente resida en el análisis de los fundamentos del mercado realizado anteriormente.
Este ajuste no es una buena noticia para el país, ni para la coyuntura, ni para el año 2015 y el ciclo agrícola 2014/2015. El problema para la coyuntura es que el país cuenta todavía con mucha soja de la campaña 2013/2014 que está sin precio de venta fijado. De acuerdo a estimaciones propias basadas en estadísticas del Ministerio de Agricultura de la Nación, se habrían vendido aproximadamente 21,0 millones de toneladas de soja de la campaña 2013/2014, hacia fines de junio (sólo operaciones con precio cerrado), incluyendo tanto las compras declaradas de la exportación como las de la industria. Si el volumen total de la campaña se confirma en una cifra cercana a las 55,5 millones de toneladas, las ventas acumuladas a la fecha antes referida representarían el 38% de la producción. En perspectiva histórica el ritmo de las ventas se encuentra por debajo de campañas anteriores, tanto en términos absolutos (toneladas) o en relación a los volúmenes producidos. La media de ventas de las últimas 7 campañas se aproxima a las 23 millones de toneladas para similar período y el porcentaje comercializado de producción ha promediado el 52%.
Nótese que las ventas se demoraron a pesar que el escenario de precios internacionales declinantes, actualmente confirmado, tenía buena probabilidad de ocurrencia. Factores domésticos influyeron en la decisión de retener los granos y más que compensaron las señales externas que sugerían lo contrario. Probablemente la necesidad de conservar el capital (excedente o capital de trabajo) en activos que resguarden la inflación, la restricción de compra de divisas y la presencia de una brecha cambiaria del 40% contribuyeron (contribuyen) a mantener la tenencia de activos dolarizados hasta último momento.
Si el ritmo de ventas hubiese seguido un patrón histórico, con una comercialización por caso del 50% de la cosecha hacia fines de junio, las ventas hubiesen alcanzado las 27,75 millones de toneladas, 6,75 millones de toneladas adicionales a las efectivas, que se hubiesen vendido a un precio mayor al que probablemente se terminen vendiendo.
Por su parte, las divisas que terminará generando el complejo serán inferiores a las que hubiesen sido bajo un escenario de precios externos como el que se tuvo en el primer semestre del año.
De acuerdo a primeras estimaciones, la baja en los precios internacionales, de mantenerse, resiente la generación de divisas de la soja (y sus productos derivados) que resta por comercializar (segunda mitad de este año y comienzos del 2015) en un monto aproximado de entre US$ 1.500 - US$ 2.000 millones.
Finalmente, los nuevos precios externos ponen mucha presión sobre la campaña agrícola 2014/2015, que puede llegar a enfrentar el escenario externo menos favorable desde el año 2010. El precio de la soja a mayo 2015 se ubica en US$ 413 por tonelada en el mercado de Chicago, habiendo promediado los US$ 527 por tonelada en el mismo mes durante los últimos 4 años.