En su editorial, el economista del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón, destaca que los márgenes esperados de la soja para la próxima campaña se proyectan al 50% de la media de los últimos 11 años en zona núcleo y al 40% en zonas extra-pampeanas. La situación es más compleja para el maíz, con márgenes que convergen a cero en lugares distantes de los puertos
Asimismo, los costos domésticos resultan muy elevados, caso de las tarifas de las asociaciones de transporte, que llegan a duplicar las que se observan en países como Brasil
El deterioro de la rentabilidad se puede acentuarse con el nuevo intento de utilizar el tipo de cambio como ancla antiinflacionaria y por la continuidad de la política de comercio externo administrado (cereales)
El ajuste de precios que los mercados esperan
En cada ciclo agrícola los productores hacen sus números proyectando márgenes agrícolas “teóricos o de escritorio”, que se construyen sobre la base de suponer un determinado rinde productivo (en general la media histórica), simular precios externos e internos a momento de cosecha y evaluar lo que puede suceder con los distintos costos, en particular aquellos que deberán asumirse lejos en el tiempo cuando esté la producción lista (cosecha y flete).
Una de las variables determinantes de los márgenes esperados son los precios, tanto externos como internos. Los dos mercados de referencia actualmente a los que se presta más atención son el Mercado de Chicago, para tener la mejor estimación posible de lo que pueden valer los granos en el mundo y el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA) para disponer de la misma información pero a nivel de precios locales.
A continuación se presentan los precios esperados Mayo 2015 en estos dos mercados para el caso de la soja, concentrándose el análisis en este grano al ser el principal producto agrícola del país. Además del precio esperado se incluyen en el análisis los precios observados en cada mes de mayo de los últimos 5 años.
El Mercado de Chicago muestra un precio Mayo 2015 de US$ 388 la tonelada, valor que implica un ajuste importante respecto de los precios observados en el período 2011/2014. En efecto, en años previos la soja ha cotizado entre US$ 500 y US$ 550, por lo que la pérdida de valor se encuentra en un rango de US$ 110 – US$ 160 por tonelada (entre 22% y 29%).
Hay que remontarse hasta mayo de 2010 para encontrar un valor más bajo que el que se espera para el 2015.
El MATBA muestra un precio de la Soja de US$ 255 la tonelada a mayo 2015. El patrón de precios observados y esperados en el mercado a término local se asemeja considerablemente al de Chicago, con una diferencia de “nivel”, por el hecho que el MATBA ya tiene descontados los derechos de exportación (35% soja y 32% harina) que pagan los exportadores argentinos. En el caso del MATBA el ajuste de precios esperado está en el orden del 20% y el 27% en comparación con los valores de los últimos años (20% respecto a mayo de 2014). Al igual que en el caso externo, hay que retroceder hasta el año 2010 para encontrar valores inferiores a los esperados.
Tan lejos tan cerca del puerto
Suponiendo similar nivel de eficiencia productiva / administrativa, fortuna climática, poder para conseguir insumos a mejor precio, etc., existe una cuestión objetiva de localización de la actividad agrícola que termina definiendo su ecuación económica. La localización se refleja en los mayores o menores costos de transporte, que se definen en relación a la distancia del establecimiento a los puertos, básicamente de Rosario, región del país donde se ha concentrado la demanda (interna y externa) y que ha pasado a ser el lugar de referencia para la formación de los precios.
Si bien una de las grandes ventajas de Argentina (en relación por caso a Brasil o Estados Unidos) es que su producción sojera se encuentra “en promedio” relativamente cerca de los puertos (trabajos realizados para campañas anteriores indicaban una distancia promedio ponderada de 340 kilómetros), este promedio incluye regiones muy cercanas a las vías fluviales de exportación (caso de toda la producción de Santa Fe que en promedio está a 150 km del puerto), existen otras regiones de producción mucho más alejadas, donde las distancias pueden superar los 1.000 km caso de establecimientos agrícolas de Salta y/o Jujuy.
En un ciclo de márgenes esperados muy finos, por la importante baja esperada en el precio de los distintos granos, caso de la soja ya cuantificado y mencionado, y por la posibilidad de un nuevo retraso del tipo de cambio (al menos intención anunciada por el gobierno), la ubicación del campo pasa a ser una variable determinante.
Tan determinante, por caso, de la posibilidad o no de pagar un precio por el uso de la tierra.
En palabras más simples, campos muy alejados de los puertos (más de 600 / 800 km) tienen actualmente una muy baja posibilidad de generar a sus propietarios una renta libre de riesgo (monto fijo de alquiler), como ha venido sucediendo durante muchos años. Incluso bajo esquemas de aparecería, pagar un % reducido de la producción lograda puede ser mucho, salvo que se estipule que este % dispare a partir de determinado nivel de rindes / precios (ingresos) o que ese % sea variable en función de estas últimas variables (más alto para rindes / precios superiores).
Las tarifas del transporte y su relación con el precio de los granos
En el último cuadro tarifario sugerido por la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), vigente a partir de setiembre de 2014, las tarifas en dólares parten de US$ 17 la tonelada para una distancia de 100 km hasta llegar a US$ 70 para una distancia de 1.100 km. En términos del valor que actualmente tienen en el mercado de Rosario los dos granos de referencia de Argentina, se encuentra que la incidencia de estas tarifas sugeridas va del 14% al 56% del precio del maíz (US$ 125 la tonelada) y del 6% al 24% en el caso del precio de la soja (US$ 290 la tonelada). Si bien estas tarifas son teóricas / sugeridas y luego el mercado define los valores efectivamente pagados puede deducirse que la incidencia de los fletes es muy fuerte en las zonas muy alejadas de los puertos y muy fuerte para el caso del maíz, que es el producto de menor valor.
La distancia se ha hecho muy relevante además debido a que uno de los costos que más ha subido en los últimos años es el de los fletes, al menos el de los fletes sugeridos / exigidos por las entidades que representan a transportistas (FECOTAC, FADEEAC, CATAC).
Un análisis comparado de las tarifas
En una comparación con los valores de los fletes en Argentina (sugeridos) y los valores que se han podido relevar para los mercados de Estados Unidos y Brasil (en base a estadísticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, nótese que las tarifas de estos países son tarifas observadas de mercado), se encuentra que para un viaje corte de 161 kilómetros, utilizado de referencia para la comparación, en Argentina las entidades de transportistas piden una retribución de US$ 23 por tonelada (III trimestre 2014), mientras que ese mismo viaje en Estados Unidos se paga US$ 13 y en Brasil US$ 10 la tonelada. Puede deducirse que la brecha de tarifas es muy importante, al menos con las tarifas exigidas. Esta brecha seguramente se reducirá luego en el mercado, las empresas transportistas tienen serias dificultares para cobrar estas tarifas pretendidas, pero incluso suponiendo una tarifa de mercado que sea 70% de la tarifa sugerida / teórica, la brecha seguiría existiendo, en particular frente a Brasil.
Otro dato interesante es que la brecha de tarifas entre los países que se compara era más baja 7 años atrás. En otras palabras, las tarifas en dólares han crecido considerablemente más en Argentina que en Estados Unidos / Brasil entre los años 2007 y 2014. En efecto, mientras que han crecido un 33% en los países competidores, las tarifas exigidas han crecido un 76% en Argentina, es decir, más del doble.
Proyección de márgenes brutos
A continuación se proyectan márgenes brutos teóricos para dos establecimientos agrícolas, uno ubicado en el sureste de Córdoba, a 145 km del puerto, el otro ubicado en proximidades de Las Lajitas, Salta, a más de 1.100 km del puerto.
Se supone una tasa de inflación anual del 35% y un dólar mayo 2015 a $9,65, valor al que estaba cotizando la divisa extranjera en el mercado del ROFEX en los últimos días. Se trabaja a pesos constantes de mediados de 2014 y se concentra el análisis en márgenes de soja y de maíz.
Los resultados muestran varias cosas interesantes:
a) Los márgenes brutos del ciclo 2014/2015 del establecimiento de Marcos Juárez, de mantenerse todas las variables tal como se proyectan, se ubicarán al 50% de lo que han sido las márgenes medios en las últimas 11 campañas. La situación no difiere mucho según granos.
b) Los márgenes brutos del establecimiento de Las Lajitas prácticamente desaparecen en el caso del maíz y se ajustan en un 60% respecto de la media de las últimas campañas. El impacto de los fletes sobre el maíz se siente con mucho más fuerza en este establecimiento.
c) A los márgenes brutos hay que descontarles los gastos de estructura, erogaciones que son fijas en algunos casos (no dependen de si se trabaja o no el campo, caso de los impuestos a la propiedad) o que no son costos directamente vinculados a la producción (caso de gastos administrativos, de asesoramiento contable / técnico, etc.). Como estos costos han crecido mucho en los últimos años (entre US$ 100 y US$ 300 dólares la hectárea según donde se ubique el campo y lo “austero” que se maneje), éstos pueden llegar a absorber todo el margen bruto.
d) Nótese que los márgenes brutos proyectados son sobre campo propio, es decir no hay en los costos imputación alguna vinculada con el alquiler o uso de la tierra. En el caso del campo Las Lajitas, es difícil que algún arrendatario esté dispuesto a pagar algún costo de uso, considerando los márgenes brutos proyectados.
e) Además de cubrir los costos, la producción debe también alcanzar para pagar una “prima” (excedente) por el riesgo que está asumiendo quién trabaja un campo, el riesgo productivo de no lograr, por los motivos que sean, los “rindes históricos”.
Nótese que un campo como el de Las Lajitas tiene menos margen para pagar por esta “prima”.
En síntesis
Los márgenes agrícolas se proyectan en niveles muy inferiores a la media de los últimos 11 años. Influye la baja en los precios internacionales pero en particular los elevados costos de producción, transporte e impuestos, medidos en moneda dura, que actualmente tiene la Argentina.
Estos elevados costos por ejemplo se revelan claramente en las tarifas que exigen las asociaciones de transporte para trasladar los granos cubriendo sus propios costos económicos (sin tener por caso que resignar la posibilidad de cubrir la amortización de sus equipos). En relación a países competidores, estas tarifas exigidas pueden ser hasta más del doble de las que se observan en el mercado de Brasil.
El hecho que los costos estén tan elevados perjudica claramente a las zonas más alejadas de los puertos. En la proyección de márgenes realizada puede apreciarse que un campo ubicado a más de 1.100 km del puerto no tiene ecuación como para sembrar maíz, le queda la opción de la soja pero incluso ésta puede ser insuficiente para afrontar gastos fijos, de administración y otros costos, usualmente no incluidos en las estimaciones de márgenes brutos, y una prima por el riesgo que se está asumiendo (la posibilidad que un infortunio climático no permita lograr los “rindes históricos”).
El escenario se agrava debido a la intención del gobierno (manifestada públicamente) de mantener cierto control sobre el tipo de cambio, es decir, de no permitir que éste siga el ritmo del resto de precios de la economía. También debido a que continúan las políticas de comercio externo administrado de cereales (maíz y trigo), lo que castiga el precio interno del maíz y genera incertidumbre en su colocación.
Si estos últimos factores fueran corrigiéndose y si además se iniciara un proceso de baja (gradual) de los derechos de exportación, se acrecentarían las chances de volver a tener un impulso inversor en el sector.
En caso que nada de esto último ocurra, el ciclo 2014/2015 será un ciclo para “pasar”, donde probablemente se observe una nueva sustitución de área maicera por área sojera, y un repliegue de la agricultura, con salida de zonas muy alejadas de los puertos y mayor concentración en la región pampeana del país.