En esta última semana y en pleno mes invernal, la región tuvo temperaturas de hasta 27°C, ambientes saturados de humedad y fuertes tormentas, acompañadas de caída de granizo en zonas puntuales del oeste bonaerense. La siembra de trigo cierra con dificultades en el norte de Buenos Aires; falta un 20% de la intención en el oeste y un 10% en el este. A estas alturas, es difícil que logren concretarse. Mientras tanto el riesgo de pérdidas sigue creciendo en los maíces tardíos por la continuidad del tiempo húmedo.

Aunque puedan sumarse algunos lotes más de trigo en las zonas retrasadas, se estima que el área triguera finalmente concretaría un crecimiento de 2,5% respecto a la campaña pasada (635.000 ha). Entre las demoras por los problemas de caminos para entrar a los lotes, la falta de piso y menor intención de siembra a la pensada inicialmente, las labores de implantación del cereal están cubriendo el 95% del nuevo total intencionado en la región núcleo.

En el norte de Buenos Aires hay cuadros trigueros que muestran fallas en la germinación por los excesos hídricos, impidiendo el adecuado cierre del surco ante el paso de la sembradora y la oxigenación necesaria para desencadenar los mecanismos de germinación (ver mapa de reservas de agua). Los trigos que han logrado germinar sin problemas están creciendo rápidamente en muy buenas condiciones. Los estadios fenológicos se particionan en igual proporción entre emergencia y foliación (ver gráfico 1.). Los primeros lotes sembrados comienzan a macollar pero las temperaturas óptimas de esa etapa rondan los 8°C.

Por el contrario, la cosecha de maíces tardíos se encuentra ralentizada por las mismas condiciones que favorecen el crecimiento del trigo. En el gráfico 2 se observa que por el efecto del viento y el deterioro de la caña hay nuevas caídas de plantas que aumentan las pérdidas de pre-cosecha. Por otra parte, al no descender la humedad del grano aumenta la susceptibilidad a contraer enfermedades o a brotar en la misma espiga. En muchos casos, las necesidades financieras obligan a levantar la producción sobre suelos con condiciones de excesiva humedad, dando pie a la compactación por amasado en los lotes. El grano se cosecha con un promedio de 18% de humedad y debe ir a secado, aumentando aún más los costos de la campaña. A esta problemática, en el norte de Buenos Aires se suman los problemas de mal estado de los caminos que no permite transportar el grano. Del total del maíz sembrado en diciembre, está cosechado un 70% y los rindes fluctúan entre 70 y 100 qq/ha. Se percibe una leve mejoría en los rindes de los lotes tardíos que no tuvieron cultivo de invierno como antecesor.


Agua Útil para trigo (17/7/14)