La decisión de frenar las ventas anticipadas de maíz frente a la expectativa de que subieran las cotizaciones puede costarles caro a los productores brasileños. Con la segunda cosecha del cereal (denominada safrinha) de la temporada 2013/2014 ganando ritmo en el país y las señales que indican que el cultivo en Estados Unidos evoluciona sin grandes dificultades en el ciclo 2014/2015, el escenario de precios se torna cada vez más sombrío para el segundo semestre, lo que llevó a los agricultores a pedir ayuda al gobierno para poder distribuir la producción.
Safras & Mercados cree que cerca del 35% de la actual cosecha de maíz de Brasil se negoció hasta la primera quincena de julio, porcentaje muy inferior al estimado para el mismo período de 2013 (60%). De la primera cosecha, levantada a comienzos de 2014, 80% está comprometido, frente a 95% hace un año.
Tenemos una situación internacional de precios bajando y pocos compromisos de exportación de maíz brasileño, lo que ejercerá más presión de baja sobre el grano en el mercado interno en las próximas semanas, observó Paulo Molinari, analista de la consultora.
La reducción de la cosecha de verano de maíz en Brasil, la especulación cambiaria el dólar llegó a cotizarse a R$ 2,40 a finales de enero, pero cayó a R$ 2,20 y la indicación de caída en el área plantada en Estados Unidos en 2014/2015 estimularon a los agricultores a frenar la comercialización. Pero esas variables fueron perdiendo fuerza y, a pesar de esa tendencia, gran parte de los agricultores no aprovechó las oportunidades de venta.
En Sorriso (Mato Grosso), uno de los polos de producción más importante del país, hubo ofertas a R$ 15 por bolsa en abril, con entrega para agosto y septiembre. Hoy, los valores ofrecidos por algunas tradings giran en torno de R$ 10.
La Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), vinculada al ministerio de Agricultura, estimó que la cosecha total de maíz caerá 4,1% en Brasil en 2013/2014, a 78,2 millones de toneladas. Pero con la proyección de exportaciones casi 21% inferiores para este año, aumenta el desafío de distribuir la producción en el mercado interno.
Según la Secretaría de Comercio Exterior (Secex/Mdic), el país envió al exterior 5,4 millones de toneladas entre enero y junio, lejos de las 21 millones de toneladas que la Conab prevé para todo el año.
No será fácil encontrar destino a tanto maíz. China tiene los stocks aparentemente completos y no importaría grandes cantidades hasta final de año, según Pedro Dejneka, socio director de la correctora AGR Brasil, con sede en Chicago. Los países productores tendrán que competir unos con otros por los compradores que restaron, presionando más los precios, dijo.