El consumo registró un retroceso de 3% en los primeros tres meses del año, mientras que el precio de la canasta se encareció 36% en el último año, de acuerdo un estudio de la consultora Kantar World Panel.
Entre enero y febrero de este año, los lácteos bajaron 7% y los alimentos en general sufrieron una caída del 2 por ciento. El segmento que retrocedió de forma más marcada en el periodo fue Cuidado Personal, con una variación negativa del 9%, mientras que el rubro Cuidado del Hogar descendió 5 por ciento.
Más allá de compras por eventos puntuales, como el Día de Padre en junio, el consumo no se reactivó en los meses subsiguientes, informó hoy el diario Perfil, que estimó que la demanda interna podría retroceder hasta 2% este año.
Las categorías cuyo consumo más cayó fueron cremas faciales, postres para chicos y tratamientos para el cabello. Leches saborizadas, cremas para el cuerpo y postres para adultos también estuvieron dentro de los ítems que cerraron a la baja el primer trimestre. En este sentido, destacó la firma de investigación, el consumo en las categorías menos indispensables bajó 14 por ciento.
"Los lácteos también se reemplazan por las harinas y empeora la nutrición", detalló el country manager de Kantar para la Argentina, Juan Manuel Primbas. Asimismo, frutas, verduras y carnes también fueron en parte reemplazadas por harinas por el aumento en los precios. En este sentido, la Unión de Industriales Fideeros indicó que el consumo de pastas aumentó 5% en el último año, según señaló hoy el periódico.
Según apuntó Primbas, el nivel socioeconómico más afectado fue el más bajo, con una caída del 6% en el consumo y compras más acotadas y de menos categoría. Sin embargo, explicó, aún "se sigue privilegiando la marca".
El consumo, subrayó, retrocedió en todos los niveles de ingresos entre enero y marzo de este año, excepto en el más alto, en el que aumentó 1% respecto del mismo periodo del año pasado
"Cuando el consumo de alimentos desciende, está claro que son los sectores más vulnerables de la población los que están sufriendo los mayores costos de la crisis económica", destacó en este sentido un estudio del Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana.
El mayor uso de efectivo, de la mano con una menor financiación, acompaña la caída en el consumo, mientras que se tendió a favorecer las compras en comercios más cercanos al hogar por encima de las grandes compras mensuales. La búsqueda de promociones o descuentos también fue una constante.