El PBI de la cadena del maíz logró crecer US$ 2000 millones en los últimos cuatro años porque el aumento en la producción con mejores rendimientos se tradujo en un mayor uso de insumos y en un incremento del consumo interno.
En la campaña 2009/2010, cuando se sembraron 2,7 millones de hectáreas para grano y se cosecharon 23 millones de toneladas, el PBI maicero, que incluye producción, servicios, insumos, transformación y sector público (a través de los impuestos), se ubicó en US$ 7000 millones. Para el ciclo 2013/2014, con 3,6 millones de hectáreas y 25 millones de toneladas de producción, el PBI de la cadena trepó a US$ 9000 millones.
"La cadena creció mucho apalancada en tecnología, rendimientos y no tanto en área sembrada. El 95 por ciento del crecimiento de la producción se debe a mejoras en los rindes", expresó Ramiro Costa, economista de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que disertó ayer en el Congreso Maizar 2014, organizado por la cadena del cultivo.
De la cifra del PBI maicero, un 27% se lo lleva el sector primario; otro 27%, el Gobierno, a través de los impuestos, y un 46%, la industrialización, desde la ganadería, la avicultura, la molienda y los exportadores, entre otros.
El economista destacó que del 27% que se va a impuestos un 70% corresponde a tributos coparticipables y provinciales y un 30% son retenciones a la exportación (el sector aporta el 7% de lo recaudado por retenciones). Este carácter más federal en materia impositiva se debe a que se trata de una cadena muy amplia y al peso del consumo interno, que el Gobierno calcula superior a los 12 millones de toneladas.
En el ciclo 2013/2014 toda la cadena facturó US$ 21.200 millones. A su vez, el maicero es el tercer complejo exportador de la Argentina, detrás de la soja y la industria automotriz. A diferencia de los autos, junto a la soja es un neto generador de divisas, ya que demanda pocas importaciones en el total que aporta.
En el congreso también disertó el secretario de Agricultura de la Nación, Gabriel Delgado, que subrayó que hay potencial para agregar más valor en el grano. "La Argentina exporta el 65 por ciento de su producción sin procesar, frente al 10 por ciento de Estados Unidos y el 31 por ciento de Brasil; la Argentina tiene que imitar a esos países", expresó el funcionario.
Delgado después participó del cierre del congreso. Allí escuchó un reclamo del presidente de Maizar, Gastón Fernández Palma, por un documento aún no respondido con 15 puntos, entre otros por las retenciones y el reclamo de libertad de mercado. "Estamos en la etapa final de un gobierno con el que tenemos muchos encontronazos, pero creemos que podemos trabajar en una interacción público-privada que nos permita generar con inteligencia actitudes positivas. Sería poco leal a mí mismo si no dijera que tenemos diferencias. Tenemos una empatía con Delgado que me hace ser amable para recordarle que hay 15 puntos pendientes que le enviamos hace tiempo y todavía estamos esperando respuesta. Son parte del reclamo de la cadena y nos vamos a mantener firmes", expresó el presidente de Maizar.
Delgado respondió: "Agradezco la sinceridad y, más allá de las diferencias, nosotros somos interlocutores válidos para plantearles a diferentes instancias del Gobierno las consideraciones que ustedes hacen. Hay cuestiones colegiadas y que no dependen únicamente del Ministerio de Agricultura".
En el marco del congreso, que tuvo como lema el desafío de mejorar la comunicación, habló además el periodista y escritor británico Mark Lynas, ex activista contra los transgénicos ahora arrepentido de sus posturas. "Hay muchos países que han prohibido los cultivos transgénicos, pero eso es un error, porque no hay ninguna prueba científica que lo demuestre. Muchos se aprovechan de la ignorancia de la gente", remarcó Lynas.