El área sembrada con trigo en esta campaña crecerá entre 15% y 17% por las buenas condiciones climáticas y una mejora en el precio internacional respecto de cultivos alternativos como colza y cebada, según un informe de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
La expectativa de siembra en la campaña actual es mejor que la del año pasado, porque mejoró el precio relativo respecto de cultivos alternativos que venía registrando un crecimiento exponencial de su superficie, afirmó Daniel Miralles, docente e investigador de la Fauba, según un cable de la agencia Télam.
El informe señala que, después de varias campañas en las que disminuyó fuertemente su área de siembra, el trigo vuelve a generar expectativas de crecimiento, para alcanzar las 4,5 millones de hectáreas. Sin embargo,esos números están lejos de los históricos de la Argentina: hasta no hace muchos años, el cultivo ocupaba 7 millones de hectáreas.
Ante esta situación, el sector productivo viene reclamando que se levanten los controles que pesan sobre las exportaciones desde el 2006 e inclusive ahora, por la caída del margen de ganancias del cultivo. Piden también que se quiten las retenciones, del 23% sobre las exportaciones.
Según Miralles, la cosecha de trigo mejora la estructura financiera de los agricultores a lo largo del año, ya que genera un ingreso de dinero en diciembre y enero, cuando el campo no tiene otro ingreso líquido.
Las expectativas de rendimientos también son alentadoras por las buenas condiciones hídricas de los suelos de gran parte de las zonas productivas y los pronósticos climáticos para el resto del ciclo productivo, indica el trabajo académico.
Con la siembra estimada, si el clima acompaña y no hay ataques de enfermedades como en el ciclo pasado (afectado por fusarium), el consumo interno estaría asegurado, afirmó el docente de la Fauba.
El especialista advirtió que regiones como el Litoral y zonas deprimidas del centro de la provincia de Buenos Aires registraron un exceso de lluvias y tienen napas a muy pocos centímetros de la superficie del suelo, con riesgo de anegamiento.
En estos casos, indicó Miralles, la siembra de trigo puede ser una ayuda porque aumenta el consumo de agua excedente en períodos con baja demanda ambiental, como el invierno.
También destacó la importancia de los cultivos de invierno en los sistemas agrícolas por el aporte de carbono en las rotaciones, las mejoras en el control de malezas.