Más de 1.200 productores, feriantes y artesanos de las cuatro provincias del noreste argentino, se reunieron en INTA Expone NEA para compartir experiencias productivas y de comercialización, en el marco del Año Internacional de la Agricultura Familiar.
Con una alta concentración de agricultores familiares –que producen y crean arraigo e identidad territorial–, esta región concentra al 25% de los agricultores familiares de todo el país. A su vez, representan el 85% de las unidades productivas de la región, en una superficie que no supera el 20% de la tierra cultivable.
Además de Chaco, Misiones, Formosa y Corrientes, también participaron promotores de otros puntos del país, como San Juan, Santa Fe, Mendoza, Tucumán y Santiago del Estero. En todo el mundo, alrededor de 1.500 millones de campesinos, minifundistas y agricultores de pequeña escala, producen el 50% de los alimentos en unas 500 millones de unidades productivas y apenas el 20% de las tierras disponibles.
“Para nosotros estar aquí es muy importante porque intercambiamos experiencias, comercializamos nuestros productos y podemos conocer en esta exposición nuevas tecnologías”, expresó Juan Prestes, presidente de las Interferias de Misiones. “Estuvimos presentes unas 85 ferias francas de 53 municipios de toda la provincia”, precisó.
De acuerdo con el vicepresidente del INTA, José Catalano –quien encabezó el encuentro, acompañado por Carlos Casamiquela y Francisco Anglesio, ministro de Agricultura de la Nación y presidente del INTA, respectivamente–, “este es un sector que tiene derecho a la vivienda, a la salud, a la educación, pero también a la tecnología. No sólo se trata de producir más, sino de vivir mejor”. En este sentido, Catalano consideró: “En el INTA tenemos políticas activas”.
Para Casamiquela, existen pocos antecedentes de programas estatales dirigidos a promover la soberanía alimentaria y continuados en el tiempo, para lo cual puso como ejemplo al Prohuerta, que hace ya 24 años desarrollo el INTA junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y ha sido implementado con éxito en otros países, como Haití.
“Ratificamos el compromiso del ministerio y ahora avanzamos en la capacitación de los promotores con la firma de un convenio con las universidades de La Plata y de San Martín, para que los jóvenes del Prohuerta puedan acceder a una tecnicatura en agroecología y economía social”, aseguró Casamiquela.
Por su parte, el presidente del INTA destacó la integración de las políticas públicas. “Me enorgullece que el INTA haya logrado llevar este programa a otros países para que logre perdurar en el tiempo”, expresó Anglesio. Asimismo, expresó que este segmento de productores “aporta la mitad de los alimentos que se consumen en el mundo” y que.para el instituto “es fundamental abordar los problemas que caracterizan la agenda particular de la agricultura familiar en la Argentina, donde los emergentes más sensibles tienen que ver con el acceso a la tierra, a la tecnología y a los mercados”.
El encuentro contó también con la presencia de Liliana Periotti –subsecretaria de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación–, Eliseo Monti –director nacional del INTA–Verónica Piñero –coordinadora nacional del Prohuerta–.
Ferias francas
La agricultura familiar se hace visible y se afianza en las ferias francas, en la participación de los pequeños productores en los cultivos industriales de algodón, tabaco, yerba mate y té, como así también en una canasta diversificada de productos locales, como los maíces y la mandioca.
Estos espacios de comercialización tienen una larga trayectoria en esta provincia y están en crecimiento en todo el país. Un estudio realizado este año por la Subsecretaría de Agricultura Familiar indicó que existen 22 mil feriantes, distribuidos en 18 provincias. Se registran 504 ferias (330 más que en 2009), que llegan a 180 mil consumidores que eligen los mercados de proximidad.
Sin embargo, persisten las dificultades por las condiciones de acceso a los mercados, en infraestructura comercial y logística operativa. Lo que se verifica es una fuerte concentración en la distribución y comercialización en los centros urbanos.
En la Argentina, las seis principales cadenas de supermercados manejan el 56% de las ventas de los productos alimenticios, incluyendo bebidas. Tienen además una enorme ventaja financiera: pagan a 90 días y cobran a 30, con una fuerte presión sobre los productores. Por eso, demandan una participación en la regulación de precios distorsivos y la armonización de leyes y normativas que regulen y promuevan su funcionamiento.
Entre los temas que se plantearon en el encuentro de INTA Expone NEA, la experiencia de Brasil se mostró como un ejemplo. Allí existe una ley por la cual el 30% de las compras gubernamentales deben adquirirse en productos que provengan de la agricultura familiar. Una normativa similar está por adquirir status parlamentario en Uruguay, donde avanzan en una ley que organice la demanda y planifique la producción para generar una mejor oferta a nivel territorial, con criterios de compra de cercanía y circuitos cortos con la menor intermediación posible.