Es un aumento del 19% vs. las 3,62 millones de has de la campaña pasada. La excelente humedad en los suelos de las principales zonas trigueras hacen óptimas las condiciones de siembra. Hay muchas hectáreas que la campaña pasada eran de cebada y volverán a trigo. El panorama de la siembra y futura producción del cereal pinta muy bien.
Ahora, ¿cuáles son las razones para ser optimistas en un aumento de superficie (y producción), si sabemos perfectamente que hace tan solo 7 años sembrábamos en la Argentina casi 6 millones de has. de trigo?
¿Qué paso en estos años para ir bajando en forma drástica y exponencial las hectáreas de siembra? ¿Qué pasó en el país para que los productores no tengan motivación para sembrar más, o al menos mantener las hectáreas de hace años?
Estos interrogantes tienen respuestas concretas, y lamentablemente tienen un origen único: las malas decisiones y planes/programas erróneos o equivocados de este Gobierno y su modelo nacional y popular, que afectó y afecta directamente a la producción de alimentos y a la cadena agroindustrial en general.
Desde 2003, hasta ahora, hubo muchas variaciones en las siembras de trigo: En la campaña 03/04 se sembraron 6,04 millones de has, en la 04/05 6,26; en la 05/06 5,22; en la 06/07 5,67; 07/08 5,92, 08/09 4,73; 09/10 3,56; 10/11 4,60; 11/12 4,63; 12/13 3,16; 13/14 3,62. Y, como dijimos antes, en esta nueva 14/15 se sembrarán 4,3 millones de hectáreas.
Algo similar pasó con las producciones, con rangos que variaron desde las 14,6 millones de toneladas en la campaña 03/04, llegando a las 16,3 millones en la 07/08 hasta 8,02 en la 12/13 por ejemplo. Los que estamos en el sector y trabajamos en él, sabemos perfectamente los motivos por los cuáles nuestro querido país, que fue el Granero del Mundo y puede ser uno de los grandes supermercados del mundo está así y tampoco está donde debe estar.
En el caso del trigo hay varias razones: las trabas en la comercialización, los ROEs, las retenciones a las exportaciones del cereal, el no poder vender el cereal en el mejor momento y al mejor precio, los altos costos de producción en dólares, la excesiva carga impositiva que soportan los productores de las principales zonas,.
También la falta de acceso al crédito real y accesible principalmente para los productores medianos y chicos, hacen que desde hace años (desde el 2006 cuando se impusieron las trabas a las exportaciones y otras medidas para proteger la mesa de los argentinos) la Argentina no sea de los principales productores y menos aún de los mayores exportadores de trigo. Rusia, Ucrania (antes del conflicto actual), Canadá, Francia, nos han superado.
Estos países tienen reglas claras, cuidan su producción para proteger su consumo, y a su vez vender sus excedentes a los mejores precios, en los momentos de mayor necesidad de los demás países demandantes, y ven las oportunidades de ganar nuevos y más mercados.
La Argentina no tiene esa posibilidad desde hace años. No cuidamos ni el mercado interno (hasta hemos tenido problemas de stock en los últimos 2 años, nuestro precio de $ 20-22 del kilo de pan es de los más caros de la Región) y menos el externo. Hemos perdido mercados en forma gradual, e innecesariamente. Si se hubiera querido, con 2 o 3 medidas que se hubieran tomado en estos días, previos al comienzo de la siembra, hubiéramos llegado a más de 1,2 millones de hectáreas respecto a la campaña pasada.
Si las autoridades hicieran bien los cálculos, se darían cuenta del impacto que tiene el producir más hectáreas y obtener más toneladas, respecto a defender sin razones lógicas el mantener las retenciones a las exportaciones de este cereal y los cupos (ROEs). Querer es poder decía mi abuela y cambiar es posible. Mi duda es si quieren hacerlo.
Es triste que el sector pida simplemente volver las medidas a antes del 2006 y no hacer nada y tampoco es bueno que tengamos que esperar a cambios de gobiernos para poder pensar en una Agroindustria en crecimiento y desarrollo con reglas claras. Argentina puede producir alimentos para 480 millones de personas, y aquí hay gente que está por debajo de la línea de pobreza.
Que nosotros tengamos que estar luchando para lograr hambre cero es lamentable. Tenemos todo para poder ser líder en producción de alimentos. La región puede producir alimentos para más de 3000 millones de personas, y nosotros tenemos con Brasil, ser las locomotoras de estas producciones. Ojalá pensemos en grande en este tiem-po, sin ideologías que miren mal a un sector que siempre escucha, ayuda y salva las papas en los momentos que el país más necesita.