Sin votos en contra, aunque con cuestionamientos de la oposición, el Senado sancionó ayer una ley que exime de impuestos al biodiésel, una medida destinada a incentivar la producción de ese combustible que se obtiene a partir del aceite de soja.
La iniciativa, que había sido aprobada la semana pasada por la Cámara baja, fue sancionada en general por 63 votos a favor y las abstenciones de Fernando Solanas (UNEN-Capital) y Magdalena Odarda (CC-Río Negro).
Sin embargo, en particular, la iniciativa fue aprobada por 41 votos a favor, 19 en contra y cinco abstenciones.
La ley sancionada ayer exime de la alícuota del 22% del impuesto adicional al gasoil, hasta el 31 de diciembre de 2015, a la venta del biodiésel que sea destinado a la generación de energía.
Además, desgrava del impuesto a los combustibles líquidos (19%), también hasta el final del año próximo, al biodiésel en cuya producción se haya utilizado gasoil como material de corte. El oficialista Aníbal Fernández (Buenos Aires) justificó la medida en la necesidad de compensar las trabas a la importación que impuso la Unión Europea al biodiésel producido en la Argentina. "La idea es que esto nos permita sostener una posición de defensa de la producción nacional", agregó.
Desde la oposición se apoyó la idea de la desgravación impositiva, pero se la adjudicó a la errática política energética del kirchnerismo. También se cuestionó el hecho de que la ley delegue en el Poder Ejecutivo la facultad de modificar la alícuota por decreto.
También hubo cuestionamientos políticos y ambientales. Así, Adolfo Rodríguez Saá (PJ-San Luis) denunció que la medida "beneficiará a unos pocos grandes productores", razón por la cual aseguró que se está ante "un nuevo caso de capitalismo de amigos". Por su parte, Odarda denunció que la ley "fomenta el avance de la frontera sojera y la introducción de una política de monocultivo que atenta contra las economías regionales".